- Lyncon: vaya..... eres tan hermosa, eres endiabladamente sexy, a pesar de tu juventud desbordadas sensualidad.
- Lyncon: Voy a explorar todo tu cuerpo, descubriré para tu placer y Para el mío todos los misterios de tu cuerpo, descubriré junto a ti cómo lograr que llegues al orgasmo, haré tu cuerpo adicto al mío, no te compartiré con nadie
Sentí su lengua saborear, paladear mi sexo, sobre todo mi clitoris. Temblé de extasis, mi rostro ardió de placer, no podía callar mi
Voz, gemía en voz alta sin poder evitarlo.- Lyncon: si tal como lo pensé, eres deliciosa, tan dulce, tan suave, vamos preciosa vente para mi, déjame beber el néctar secreto de tu cuerpo
Gemí de delirio sexual cuando me penetro con la lengua una y otra vez. Él abría separado la vulva con los dedos sin dejar de lamer y sorber mis fluidos.
De pronto un calor sofocante subió mis pies hasta la cara, me tensé desde los dedos de los pies al pelo y grité alucinada cuando explotan luces blancas detrás de mis párpados.
De mi sexo salpique semen que él bebió con morbosidad.
Escuche tras las brumas de mi cerebro debido a las convulsiones que atacan mi cuerpo.
Como el de desabrochaba rápidamente el cinturón.
Como se abrió el botón y bajo el cierre de la cremallera del jeans.
No permitió que me repusiera de mi primer orgasmo.
Lamia y me penetraba con la lengua sedienta.
Lanzándome a un segundo clímax.
Vibrante, convulsionante, sumisa, lánguida me dejé abrazar, me rodeó en torso, me jalo y me atrajo a su cuerpo. Me monto otra vez sobre sus muslos, estando el en el suelo, sentando en sus pantorrillas.
Rodee su cuello con los brazos. Ni le pude ver el pene, pero lo sentía vibrar en la piel de mis muslos al abrasarnos apasionados, buscando nuestros labios y lenguas. El agarró con la mano derecha mi seno izquierdo bajo la cabeza. Succionó y lamió fuertemente el pezon, luego pasó al otro seno y repitió la acción manteniendo mi cuerpo junto al suyo con el brazo izquierdo, ordenándome con fuerza.
Afiebrada le pedí sin palabras que succione mucho más mis senos, jalando su cabello, con los dedos, apegándome a mi piel. Me frote en su ereccion, buscando sentirlo en mi interior. Y él en respuesta me frotaba encima de su pene. Ambos jadeábamos de deseo. Adore tal placer y lujuria. No había cabida para la ternura, ni para demasiada previa. Deseaba sentirme poseída de forma apasionada y posesiva. Y él respondió a mis exigencias.
Con ambas manos agarro mis nalgas. Me monto sobre la punta de su ereccion. Me frote sobre el adelante y atrás. Su calor se sentía bien. Mi vagina latía y se dilataba, ansiosa con tenerlo en mi interior. Así que me moví buscando que se deslice hacia mi interior.
- Lyncon: tranquila, no te desesperes, mi tamaño te va a lastimar si me introduzco bruscamente
- Octavia: no importa si me arde, lo quiero dentro de mi, no me hagas esperar, me estoy volviendo locaÉl sonriendo y complacido me acomodo en su punta, lo sentí introducirse lentamente. Al sentir que me tense con fuerza adivino que le seria el primero con el que tendría sexo. Me mantuvo en su punta y me movió de adelante y para atrás que se deslice Licona poco hacia mi interior.
- Lyncon: ¿así que te estabas guardando para mi? Preciosa, gracias por eso, me gusta saber que soy tu primer amante
- Lyncon: creo que lo sabía desde antes. Eres toda mía, me amas. Es a mi quien deseabas y esperabas
- Lyncon: la forma en la que me mirabas y luego como avergonzada huías de mi mirada. Si, sabía que era yo el unido hombre que amabas. O al que crees amar, tú nena, me amas de forma idealizada. Le pondremos arreglo a esa situación después
Quise rebatirle el dicho de que creo que lo amo, y quise que me explicara cómo se supone que le pondrá arreglo al supuesto amor idealizado que le tengo, pero me quede en la intención ya que me perdí en la gama de sensaciones intensas que me producía con la unión de nuestros cuerpos.
Gemí afiebrada de placer y de ardor porque me retiraba completamente de él y me volvía a penetrar, cada vez mas profundo. Ame como su anchura me fue estirando.
Al tenerlo hasta la mitad dentro de mi me movió arriba y abajo, luego lado a lado. Me abrace delirante de su cuello. Estaba completamente ajustada a sus formas. Ambos apretamos los labios ante el nivel de extasis que nos hacía vibrar.
Su miembro viril me hacía razonar de pies a cabeza con cada vaivén. Busque su boca y lengua. Él me besó con igual pasión febril y de un jalón lo tuve dentro de mi.
Gemi a viva voz al sentirlo deslizarse, abriendo mi sexo una y otra vez, se movió lentamente, pero sin pausa, besando con su punta la profundidad de mi útero.
En cada nueva estocada dentro de mis paredes estrechas, el ardor y el placer me hacían vibrar. Toda mi piel enrojeció debido al extasis. Mi mente se nublo. Disfrute entregada en cuerpo y alma nuestra pasión. Mi piel se cubrió con una capa de sudor. Lo sentí en igualdad de condiciones. Descubrí que el extasis entremezcla el placer, y el dolor. Los separa una delgada línea.
Mi libido. Mi placer y mi lujuria se intensificaban a medida que transcurrían los segundos y los minutos. Poco a poco el fue perdiendo el control. Me movió frenéticamente sobre el. Ese ardor me gustaba, me hacían dar cuenta de que él estaba realmente haciéndome su Mujer, no más bien su amante. Solo él sabía si habría otra ocasión en que se unirían nuestros cuerpos o si aquel el primer y el único encuentro que tendríamos.
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Un Amor Prohibido
RomansaOctavia López tiene 18 años, ha estado secretamente enamorada del papá de su mejor amiga. Ella ha tratado de luchar contra de sus sentimientos, incluso tiene novio, pero al enterarse de que Lyncon Rivera su amor desde adolescente, está divorciado q...