Pensamientos de un redimido

No es igual.

Dicen que los sueños se hacen realidad sin advertir que las pesadillas a veces también escapan del yugo de la ilusión para existir.

Y aun cuando me hicieron ciertas menciones preferí no creer en las palabras, pues es costumbre ya escuchar incluso en el viento la irracionalidad del ser humano y en este caso la ignorancia fue la falta de creencia por parte de mí ser.

Y así... palpando el nuevo aire fresco a través de las ventanas, sentí como en los viejos tiempos el abrazo maternal al llegar a este hermoso lugar escudriñado y protegido en sus cuatro puntos cardinales por colosales montañas desbordantes de riqueza natural.

Que delicia de vista es contemplar la majestuosidad de la naturaleza aún virgen, allá en el horizonte más cerca que en cualquier otra parte, las flores dejan brotar su exquisito aroma y el viento vuelve helado con fines de pureza.

Y la música que abunda en el ambiente, va al son de las comparsas y también de los tambores tenues que van siendo tocados por el movimiento de las caderas más hermosas y sensuales.

Y a pesar de estar pisando la hermosa tierra que vio crecer mis desatinadas piernas, la alegría no duró mucho pues noté que ciertos cánceres brotaban en lo que quedaba de mi generación. Y al volver a las acogedoras calles pobladas de arbustos y mangos que me vieron crecer ya no era el ruido de las risas infantes las que sonaban con estruendo, ya no era el juego de escondite, yermis o ponchado con el que aprendí a ser ágil, ya no eran los traviesos guerreros ingeniando historias cada día e imaginando mundos que un adulto jamás podría describir.

Ahora solo son calles sombrías y oscuras donde las risas se han reemplazado por madrazos y palabras de odio, donde es notable el humo y el olor a vareta aún más que ni el mismo oxígeno, y ni hablar que las fuentes de juventud eterna han sido reemplazadas por el aguardiente y cerveza febril que hace amargar las caras, ya no es respetado aquel que tenía más cartas y tazos, si no el vagabundo que se cargado a más de uno a sangre fría y puñal. Ya no era lo mismo… ahora el niño vive para seducir y el hombre para responder por sus preñeces, más la niña aprende a ser caprichosa y superficial y cuando es mujer solo ha aprendido a aparentar y a ver más valioso a quien más le pueda entregar.

Tal vez sea difícil comprender el hecho de que has crecido ves ahora la cruda realidad.