Pensamientos de un redimido

Bitacora de un enamorado

Saludos capitán de mi sentimientos y alto rango de mi amor. Me reporto un tanto apresurado por la causa; ya hace algunos meses me preguntaste hasta donde llegaba mi amor por ti y desde entonces emprendí un viaje sin seguro hacia el infinito. Tantas cosas por contarte pero seré breve. Al abandonar esa atmósfera en donde respirábamos el mismo aire me crucé con la luna quien me pregunto el origen de mi viaje. Yo le dije la verdad; le dije que tenía una flaca hermosa anhelando saber cuánto era mi amor por ella, y yo como soy caballero emprendí la travesía como muestra de mi afecto. La luna me dijo que era algo muy tierno y que incluso ella sentía envidia de que te amara alguien como yo. Me sonroje, me sentí orgulloso y me despedí formalmente de ella. Luego unos días mas tarde las estrellas sintieron curiosidad por mí, me vigilaban constantemente y las fugases me perseguían en ocasiones. En un momento todas se juntaron y me encerraron en un círculo formado por ellas. Les pregunte cual era el inconveniente y respondieron que se sentían enojadas porque mis ojos llevaban tu rostro y brillaban más que ellas mismas. Yo les ofrecí mis más sinceras disculpas y les conté de ti y de tu hermosa sonrisa. Hable con tanto tacto y con tanto detalle dije tus virtudes que temblaron y quedaron cautivadas. Me dieron paso y me prometieron cuidarte todas las noches en el cielo mientras yo seguía mi viaje.

Por ultimo descendí estremecido en el espacio por el calor que el sol generaba, me acerque lentamente y cuando el vio mi presencia bajo sus tonos un poco. Fue amable. Me dijo con entusiasmo que le alegraba mi presencia pues por amor pocos se arrimaban a aquel lugar a visitarlo. Cuando le dije el motivo de mi viaje él quiso conocerte, pues eres tú. Así que le mostré ese precioso retrato tuyo donde sonríes desmesuradamente y cruzas como una dama tu delicada mano en tu mentón. Le robaste el aliento. El simplemente no podía creer que alguien brillara con más fuerza e intensidad que el mismo. Yo desconfié de sus halagos, le arrebate la foto y me fui celoso de que alguien más decidiera amarte. Aquí está el reporte de mis días que llevan por título tu nombre, te extraño más que al oxígeno y los animales y espero con total paciencia el día de mi regreso para que pueda nuevamente mi corazón abrazarte.