Era el primer mi día de clase en el instituto I.E.S. Rodeira. Estaba en mi cuarto curso de la E.S.O.
Nací en Rusia, más concretamente en Moscú, la capital de esta. Vivíamos allí ya que mi madre era rusa, ella es una mujer rubia, tiene los ojos azules, es más alta que papá, en casa siempre hablábamos español, pero ella, cuando se enfadaba, soltaba algunas expresiones en ruso que hasta para mi eran intraducibles.
Mi padre, un hombre de pelo oscuro y ojos negros que medía apenas 1´73, era gallego, en parte, era por lo que habíamos vuelto a su tierra, pero el motivo principal era que todo en Rusia era más complicado para mí, una niña de 15 años, delgaducha con el pelo claro y corto, ojos negros y con una expresión seria.
No era fácil para mí como ya he dicho, pero no sabría explicar el por qué, ni siquiera yo lo sé, la gente de mi edad se burla por cualquier cosa, supongo que a mí me toco por sorteo o algo así.
En Cangas el clima era húmedo y sin duda hacia más calor que en Rusia, nos fuimos a vivir a un piso que al parecer estaba cerca del de los padres de mi padre, eso quiere decir que son mis abuelos, dos señores mayores con más canas que arrugas que difícilmente se levantaban de su sillón. Nunca los había visto, nadie me había hablado de ellos, tampoco yo había preguntado por mis abuelos, los padres de mi madre, vivían en Moscú, ya estaban enterrados bajo tierra, debería estar triste, o eso dice mamá, pero el único contacto que había tenido con ellos fue cuando por navidad me dieron 100 euros cada uno, así que tenía 200 euros de dos viejos que para mí eran desconocidos.
Mi casa era pequeña y acogedora, las paredes eran blancas como la nieve, me pase todo lo que me quedaba de la tarde del día que llegue decorando y preparando mi habitación.
Entre al instituto a las 8:32, era el primer día así que me podía permitir llegar dos minutos tarde, todos los chicos y chicas estaban en el patio de la entrada, la mayoría tenía el pelo castaño, había poca gente rubia y eso se me hacía extraño. Me limite a apoyarme a una pared y a esperar a que alguien nos mandara entrar, mientras esperaba decidí reproducir una canción en mi móvil con los cascos puestos, escuche “Gipnozi de Mal´bek feat. Syuzanna”, solo pude escucharla un rato hasta que un profesor nos mandó entrar a todos en el edificio, los de 4 teníamos que ir a un aula grande para que nos dijeran en que clase estaríamos.
Después de media hora dándonos un discurso sobre que nos teníamos que esforzar y dar lo mejor de nosotros porque era un curso duro, (cosa que, hasta en Rusia, siempre decían). A mí me habían puesto en C, no era una letra que me gustara, pero tampoco iba a decir nada. Me senté al fondo de la clase, en una esquina al lado de la ventana, nadie se había sentado a mi lado hasta que una chica de pelo negro entro en clase.
- Hola, Cloe, ya estás en cuarto y aun no cambias, bueno, te puedes sentar junto aquella chica del fondo -le dijo la profesora.
Ella sin decir nada vino hasta mi sitio y se sentó a mi lado.
La profesora comenzó a pasar lista hasta que llego a mi nombre.
- Irina García Vólkov
Levante la mano y la profesora alzó la vista para buscar a la persona que tenía un apellido tan raro.
- Oh, tu eres Irina, bonito nombre, pero, ¿Y ese apellido?
- Supongo que te refieres al de Vólkov, bueno, mi madre es rusa, ese apellido es suyo, Irina también es un nombre ruso solo que parece más normal.
- A ver dinos algo en ruso –dijo un chico de la segunda fila, era una de las pocas personas rubias.
- Отъебись –le respondí yo riéndome-
ESTÁS LEYENDO
La cara de un asesino
Mystery / ThrillerUna de las alumnas del instituto I.E.S Rodeira muere de una forma extraña. Un grupo de amigos investiga sobre su muerte para conseguir saber quién fue su asesino/a.