Aomine se despertó un horripilante dolor de cabeza. La luz matinal de la mañana molestaba sus ojos, sus labios estaban tan secos que sentir el viento chocar contra ellos le dolía. Ni siquiera en sus peores resacas se había sentido así.
-Mierda... - Intentó colocarse de lado mientras sostenía su cabeza con ambas manos.
Lo último que recordaba era pelear con ese imbécil de Kagami por el estúpido árbol de navidad, maldiciones al aire por aquí y por allá, luego, en un momento, simplemente perdió la cabeza y arrojó el pavo de navidad aún en la bandeja al piso.
-¿Crees que esto es especial? ¡Madura de una vez Kagami!
Kagami no podía creer lo que había hecho.
-¡Ojala nunca te hubiera conocido, idiota!- Grito antes de encerrarse en su habitación.
Después de eso, el moreno salió al patio, azotó la reja de la entrada a su hogar y sacó un cigarrillo, era todo lo que sabía.
-Disculpe - una voz lo hizo respingar - no puede estar aquí.
Un sujeto alto de traje rojo se encontraba erguido frente a él, le hablaba en inglés y a duras penas podía comprender lo que decía.
- Disculpe, señor, tiene que irse de aquí -repitió el hombre- puedo llamar a una ambulancia si no se siente bien pero este no es un lugar para...- el guardia hizo un rápido escaneo con la mirada sobre él - dormir.
Aun con la cabeza dando vueltas, el moreno se aferró a lo que quedaba de sus sentidos para levantarse de aquella dura y fría banca sobre la que yacía, la gente que transitaba lo miraba como si estuviera haciendo algo realmente vergonzoso.
"Al carajo con ellos", pensó, solo quería una aspirina y saber dónde estaba.
Finalmente, el sujeto de traje rojo pomposo se fue, no sin antes esperar que el peliazul se alejara un par de metros. Vagas imágenes recorrían su mente conforme cruzaba el paisaje, se sentía en un deja vu, creía reconocer el sitio de algún lado aunque no recordara de donde. Tomó asiento en una mesa a las afueras de una cafetería para no caer debido al mareo.
- Disculpa. Una chica de pelo rosado y alegre sonrisa en traje de mesera se acercó a él - ¿estás bien? – preguntó con un amable tono - luces un poco perdido.
-¿Dónde estoy? – fue lo único que salió de la boca del chico.
La chica le miró extrañada por un par de segundos.
- Es una broma ¿verdad?
Aomine solo giró su cabeza de lado sin apartar sus ojos de la chica, comenzaba a desesperarse y la pelirosa podía notarlo.
-Estamos en Londres ¿No lo sabes?
-¿Londres? Espera.. ¿Cómo rayos llegue a Londres? ¡Hace unos momentos estaba en Narita! - frunció el ceño con tal fuerza que sus cejas se juntaron.
-Escucha – la chica dejó un vaso de agua delante de él - no pareces de por aquí, pero si eres un turista debo decirte que eres muy maleducado.
Aquella frase le pareció a Aomine lo más real que había podido procesar hasta el momento.
-Por otro lado – continuó la pequeña pelirosa- si no es una broma, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites, pero al menos prométeme que buscaras ayuda.
El moreno bebió un poco del vaso con agua, recargo los codos sobre la mesa, dejando caer su cabeza entre sus manos, la chica levantó su bandeja y dio la vuelta para regresar al local.
-Espera ¿Cómo te llamas?
La chica mostró una brillante sonrisa al momento.
– Me llamo Sakura, bienvenido a Londres.
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Navidad por ti
Fiksi Penggemar¿Alguna vez has deseado cambiar tu pasado? ¿O poder revivir un momento muy preciado para ti? Dime, ¿Quién no desea tener el poder de regresar en el tiempo? Muchas personas darían todo lo que poseen por volver realidad ese sueño, pero claro, ningún s...