Capítulo 13.

631 46 8
                                    

—Estás siendo exagerada—Boram rodó los ojos—No nos han arrojado tomates, ni mucho menos; así que por favor, cálmate. 

—¿Cómo te atreves? La actuación fue terrible, seguro no nos escogieron para las presentaciones individuales—Chorong bufó—¡No es justo! Me esforcé mucho como para que ustedes lo arruinen. 

—¿Perdona?—Boram la miró ofendida—¿Piensas que nosotros no nos esforzamos? Hemos dado lo mejor, tanto en los ensayos, como en el día de la obra—apretó la mandíbula—¿Entendido? ¡Deja de echarnos la culpa porque tu voz ha salido quebrada de los nervios y el público te odió, ¿vale?!—explotó. 

Chorong se acercó a ella, gritando cosas inentendibles e hizo de sus manos puños. En ese momento, fue cuando creímos que sería mejor interferir; sabíamos que si lo hacíamos antes, sólo saldríamos heridas nosotras y era mejor dejarlas descargarse, pero no hasta ese punto. 

—¡Chicas, chicas!—exclamé—No hay mucho tiempo, ¿si? Su actuación no es el problema ahora, si han sido electas o no, lo sabrán en unas horas. El problema actual es que nos queda muy poco tiempo para terminar la coreografía, ¡céntrense! El acesor Choi MinKi dijo que los directivos fueron los que nos encargaron este entrenimiento especial, algo deben de haber visto en nosotras—asentí presionando mis labios—Mejor demostremos hoy en qué somos buenas. 

Luego de un par de quejas, las chicas al fin accedieron a colaborar con Young Mi y conmigo y finalmente, tras varios intentos, logramos terminar el baile y ensayarlo correctamente unas quince veces.  

Chorong y Boram decidieron irse antes a finalizar de alistar sus maletas y de paso, arreglar la situación entre ellas, YoungMi y yo estuvimos de acuerdo en que lo hicieran, con la condición de que no se maten. 

—SunHi, ¿te sientas conmigo en el autobús?

—Claro, ¿por qué no?—me encogí de hombros. 

—Bueno, gracias—sonrió—Por cierto, ¿qué hay con YoonGi?

—Oh...—pasé suavemente la mano derecha por mi nunca, mientras que mantenía la otra apoyada en el suelo de la sala—¿Suga? Pues... n-no lo sé, ha...—dirigí mi mirada hacia el otro lado—Ha estado raro, ya no me hablas, sabes... ni en la habitación. 

—¿Ni en la habitación?

—No, hasta cuando se va a duchar me avisa con señas y ni siquiera me mira a los ojos—agaché la cabeza—D-debí ha... haber hecho algo ma-malo, ¿no?—mi voz salió afligida. 

—¡Claro que no! Vamos, ¿qué tan grave podrías haber hecho?—negó con la cabeza—Tal vez sólo está en sus días—rió. 

—Ts—chasqueé la lengua—, graciosilla—reí apenas—Seguro fui yo—mordí mi labio inferior—suelo fastidiarlo. 

—¡Pero no puede ser para tanto!—exclamó YoungMi, a lo asentí. 

—Sí, sí puede—murmuré.

Sabía perfectamente por qué YoonGi me estaba evitando, y aunque en cierta parte le agradecía que no se lo haya dicho a ninguno de los demás, la culpa me comía por dentro; estaba actuando de inocente, hacía de cuenta que no era la culpable y que no tenía en claro la razón de por qué me ignoraba, pero era por culpa de mi relación de «algo como amigos» con TaeJoon. Y lo entendía, claro que sí, estaba en todo su derecho de estar enfadado conmigo, ¡Pero ya habían pasado dos malditas semanas y no me dirigía NI UNA SOLA PALABRA! Yo también había intentado el entablar una conversación e incluso disculparme, pero simplemente no me hacía caso y parecía que seguiría así por un largo tiempo; y eso me preocupaba mucho. 

My roommate is a boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora