Capítulo 2.

1K 65 13
                                    

—Por favor... —repitió Suga por enésima vez. Respiré hondo.

—Bien, bien. Haz lo que quieras.

—¡Gracias, gracias! — me abrazó inmediatamente. Yo no pude reaccionar y quedé tiesa hasta que al fin me soltó. Luego me giré y me dirigí al que ahora era nuestro cuarto. Yoongi entró detrás de mí. Me senté en la que suponía era mi cama y solté un largo bostezo.

—¿Qué hora es?

—Las 05:03 de la madrugada.

—Aún quedan algunas horas. —él asintió. —¡Pero ahora duermes en tu cama, eh!

—Claro, claro. —rió. Me acomodé tapándome con el acolchado y caí dormida enseguida.

+

Gee, gee, gee, gee, baby, baby, baby, gee, gee...

—¿Qué rayos haces? —la primera imagen que vi fue a Suga mover sus caderas al ritmo de Gee de Girl's generation, o SNSD.

—Nada fuera de lo normal. —aclaró su garganta y se puso serio. — Sólo me preparaba para nuestro primer día de clases. —me reí.

—Ah, ya veo, ¿eres comediante?

— Muy graciosa. Bailarín y rapero, ¿qué hay de ti? He oído que tu debilidad es la danza, Kim Sun-Hi.

—¿Cómo sabes eso? ¿Y cómo sabes mi nombre?

—Yo... sólo... Choi Min Ki.

— Ah, ¿el señor de ayer, digo, hoy? —él asintió. —Pues, yo canto. Amo hacerlo. Y, es cierto, no soy muy buena con el baile. Pero estoy segura que podré mejorar.

—Hay mucha competencia...

—Lo sé, pero lo intentaré al máximo. —Suga soltó una carcajada. —¿De qué te ríes?

—Eres rara. —me encogí de hombros y saqué un jean azul ceñido y una remera holgada blanca con rayas rosas pálido y un 56 en el medio, del armario. Sin hablar con Suga, me adentré en el baño. Cuando salí de allí, él ya no estaba. Suspiré y miré la hora: ya tenía que irme.

La primera clase que me tocaba era "Comprensión escrita de la música" en la cual tenía una base, como la mayoría aquí. Me senté al lado de una chica de cabello corto, el cual estaba recogido por un pequeño moño violeta. Ella me miró e hizo una leve reverencia, a la cual yo sonreí.

—Soy Kim Sun-Hi, ¿y tú?

—Jang Young Mi. —me respondió tímidamente.

—Que bonito nombre.

—Gracias, a mí me gusta el tuyo. —sonrió.

—Estoy nerviosa, ¿tú no?

—Bastante, pero ahora más calmada. —suspiró. —Creía que nadie aquí era amable.

—¿Qué?

—Ya sabes, es como si todos compitieran por debutar y no les importara en absoluto hacer amigos.

—Eso es preocupante. —ella asintió.

La clase transcurrió tranquila, y al final de ésta un chico bien parecido se nos acercó.

—¿Ahora qué clases tenemos? —le preguntó a Young Mi.

—Tenemos entrenamiento en el baile.

—Oh, eso es genial. También tengo esa clase ahora. —comenté.

— Oye, preséntame a la señorita, ¿no? — murmuró el chico aflojando su corbata. Young Mi soltó una pequeña risa.

My roommate is a boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora