❝uno❞Presione el botón del bolígrafo contra la mesa otra vez, y otra, y otra, y otra...
—Detente —gruñó Iwa-chan a mi lado.
Y otra, y otra, y- y ya no había bolígrafo en mi mano.
—Iwa-chaaaan, devuélvemelo —pedí con un puchero en mis labios. Aquel bolígrafo era mi única diversión en las sesiones de estudio con Iwaizumi.
—No.
¡Ay!
No tenía ganas de seguir insistiendo, hoy era lunes, no había entrenamiento que recargará mi energía e Iwa-chan me obligo a quedarme a estudiar con él, como si fuera necesario, el año apenas empezaba, es decir que en esta época debíamos de relajarnos lo más que podíamos antes de lo exámenes para las universidades.
Maldito Iwa-chan. Yo no pensaba ir a una universidad.
Solté un bufido tal cual niño berrinchudo y volteé mi silla dándole la espalda a mi mejor amigo, crucé mis brazos y concentré mi mirada en la ventana. El sol brillaba con intensidad a pesar de pasar ya las tres de la tarde, me recordaba a ella, siempre con energía y brillando por donde pasaba.
Y si, cada cosa que pasaba frente a mi me recordaba a ella, por eso me pregunté... ¿Cómo estará ahora?
Espero que bien.
Seguramente paseando por los pasillos de la Shiratorizawa, observando su alrededor con entusiasmo y sonriéndole a cada persona con la que se cruzará, buscando inconscientemente encontrarse con el hermano que tanto admiraba, preparando sus mejores servicios para sus futuros partidos o prestando más atención de la necesaria a las clases de física que tanto le gustaban. Aunque conociéndola, posiblemente también se encuentre triste, ocultando tal sentimiento tras su bella sonrisa y cientos de libros de ciencias.
Nunca me gusto verla triste aunque los últimos días que recuerdo encontrarme con ella, siempre estaba así.
—¡Oikawa-senpai! —volteé hacia la puerta al escuchar el grito que la quito de mis pensamientos. Agradeciendo en silencio, ya debería dejarla ir pero la verdad es que una vez que aparecía en mi mente, me costaba mucho sacarla de ahí.
Oh, esas eran las nuevas chicas de primero junto a algunas de segundo. Y eso me hacía recordar que ella también pasaba a primero este año.
Si tan solo la hubiera conocido este año... mierda, ya debo parar.
—¡Yahoo chicas! —sonreí alzando mi mano para saludarlas. Las menores volvieron a gritar, mi amigo se acercó y amablemente les pidió que se retiraran, había pedido este salón para estudiar y la única condición del coordinador era que no hubiera ruido, así que no pude defenderlas y solo dejarlas irse.
Entonces desde mi asiento vi como dos pequeñas manos se extendían con algo en ellas hacia mi amigo, Hajime se inclinó frente a la chica de la cual no pude ver su rostro —aunque estoy seguro que es muy pequeña por la altura de sus brazos extendidos— y tomó el objeto de sus manos, luego cerró la puerta y camino hacia mi con una sonrisa tranquila en su rostro.
Momento extrañoooo.
—¿Una fan, Iwa-chan? —pregunte con picardía.
El ceño fruncido de mi amigo volvió pero aún así colocó con delicadeza lo que había recibido en mi pupitre, era una lonchera.
—Eh —susurre sorprendido al momento en el que escuche crujir a mi estomago. Si había comido en la hora del almuerzo, ¿por qué de repente sentía apetito?