| Zinerva |
Estamos en el ascensor, miro a los lados y me siento una pulga. Tailer mide como 1.70 y su jefe y el otro tipo creo, miden dos metros. Si no fuera por el entrenamiento que recibí de mi padre y el hecho de que un par de veces, cuando estaba borracha, me peleé con dos hombres del mismo tamaño que ellos, estaría intimidada. Cuando estoy borracha no me importa el tamaño, soy muy busca pleitos.
El ascensor para, abre sus puertas en un piso inferior al que vamos y unos hombres con traje iban a entrar, pero se quedan quietos al ver al jefe de Tailer y de la nada ambos agachan la cabeza de forma sutil, casi disimulando, no entran y la puerta vuelve a cerrarse.
«Eso fue raro»
— ¿No te incomoda estar con varios hombres en un lugar tan pequeño? — susurra Tailer en mi oreja.
Solo niego. En cierta forma, desde pequeña mis amigos eran todos hombres y tuve pocas amigas, por no decir ninguna, así que no me da nervios estar aquí. Después de un par de minutos en el ascensor, este se vuelve a abrir y esta vez no es el piso donde me iban a entrevistar, sino uno más alto todavía, creo que es el piso número 20.
— Tú ve a realizar tu trabajo — ordena el jefe de Tailer —. No te pago para estar paseando por el edificio — lo regaña como si fuera un niño pequeño.
« ¿Este tipo qué se cree? »
Tailer se queda en el ascensor y nosotros salimos detrás de él jefe. Ahí caigo en cuenta de que me quedé sola con un tipo al que acabo de insultar junto a un hombre desconocido que parece ser su amigo. Camino detrás de él hasta que llegamos a lo que supongo es su oficina.
— Las damas primero — dice el jefe de Tailer.
Yo entro y después ellos detrás. Él se sienta en su escritorio. Miro la oficina y es de estilo rústico, con colores opacos, pero me gusta, sobre todo que la pared de enfrente está hecha de vidrio y tiene una gran vista de la ciudad de Nueva York.
— Tome asiento, señorita Zinerva — yo solo le hago caso. Él agarra un teléfono que está en su escritorio, marca un número.
― Llámame a Jane, por favor — dice y cuelga.
« ¿Quién será Jane? »
Lo observo. Sinceramente es guapo, además el traje hecho a medida hace que se pegue a su cuerpo marcando sus músculos. Miro sus ojos azules claros y sus cejas pobladas, cabello negro, mandíbula cuadrada, piel blanca. Al parecer no hay ni una sola imperfección en este hombre, aunque no muestra ninguna expresión.
Desvío mis ojos de él al darme cuenta de que lo estoy mirando mucho. Después de un rato, la puerta se abre, más no es por la que entré; al parecer hay otra entrada. Estuve concentrada pensando en lo atractivo que es y no me percaté de eso. Miro a la vieja que me dejó esperando como boba. Ella se acerca a nosotros y ni siquiera nota mi presencia, como si fuera algo insignificante que no merece su atención, mis manos se cierran rápidamente en puños, mis dedos se apretaron con fuerza contra mis palmas.
— Buenos días — saluda ella —. ¿Para qué me mando a llamar, jefe? — dice la vieja.
— La señorita dice que la dejaste esperando, pero tú me dijiste que ya no habían personas por entrevistar — contesta.
— No, señor — se pone nerviosa —. La señorita no estaba aquí, solo llegaron esas 3 chicas — miente la vieja.
Él iba a contestar, pero yo lo interrumpo para defenderme.
— Si yo no estaba aquí — empiezo a sentir la rabia apoderarse de mí por su mentira —, ¿por qué sé en qué orden entraron y cómo eran físicamente? — le pregunto a ella —. Si quiere, se lo digo porque parece que se le olvidó — hablo de manera lenta, pero firme, tratando de controlar mi lengua.
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Zinerva
WerewolfSaga: Petrovic Libro: 1 Zinerva Smit de 22 años vive en la ciudad de Nueva York tratando de reunir todo el dinero posible para construir su propia empresa , pero se ve obligada a trabajar como secretaria de Garald, todo fuera normal si el no fuera...