One shots Sakura Haruno

Gaara

Voltee a ver el reloj en cualquier momento la pelirrosa entraría por la puerta, la última vez que nos vimos dejamos las cosas incompletas debido a la inoportuna aparición del Hokage-sama.

A pesar de estar acostumbrado a las temperaturas elevadas en Suna me sentía sofocado bajo la vestimenta de Kage, con un movimiento rápido me la quite y la puse en el perchero a un lado del escritorio.

Unos toquidos llegaron como música a mis oídos y sabía que era ella, me sentía impaciente y las mano me quemaban por terminar lo que la última vez comenzamos.

Entonces Sakura entro, con la mirada hacia el piso daba un aspecto perfecto de sumisión y nerviosismo, aunque era una de shinobi más fuertes que conocía parecía perder toda su fuerza delante de mi.

—Kazekage-sama Buenos días, Hokage-sama me pidió que le disculpara por no venir  personalmente a terminar el encuentro de genins pero me pidió que le entregará esto como disculpa— Sakura se acercó a mi con una caja de dangos de colores y la coloco en mi escritorio— Además que yo estaré en su representación en el último eventos entregando los reconocimientos...

—Sakura-chan me alegro que estes en su lugar a veces Hokage-sama suele ser muy distraído, ahora sí bien mañana es el evento, hoy no deseo hablar en lo absoluto de el— la interrumpí de golpe al ver cómo hablaba muy rápido y retrocedia a la vez al punto de pasar frente a mi escritorio hasta la puerta de mi oficina.

—Yo...Kazekage-sama Temari-san me invitó a comer junto con su hermano Kankuro-san...yo tengo que retirarme — ella tartamudeaba porque posiblemente sabía lo que quería hacer en este momento.

Movilicé mi arena hasta envolver con ella sus tobillos para evitar que caminara, la demás arena comenzó a subir a acariciar sus piernas y cuerpo por encima de su ropa.

—Sakura-chan la última vez que nos vimos me dejaste un erección que me duró días creo que hoy deberias remediarlo— Las muñecas de Sakura ya estaban sujetas con arena impidiendo moverse.

Me acerque sigilosamente a ella y moví su cuerpo con la arena, estaba totalmente a mi merced, obligádola a quedar totalmente abierta de piernas, algo más de arena la obligaba a tener las caderas alzadas.

—Kazekage-sama por favor...—Sakura susurró con la mejillas ardiendo en un vivo color rojo, sus ojos reflejaban un sentimiento de confusión y éxtasis.

Decide no prolongar el sufrimiento y dolor que albergaba dentro de los pantalones y saque mi erección al aire mientras la estimulaba con mi propia mano, joder! Estaba llegando a mi límite de abstinencia, necesitaba entrar en ella y llenarla de mi.

La arena se encargaba de acariciarla por sobre la ropa con fuerza, apretando su trasero y pechos, sacando jadeos inaudibles de sus labios.

Sin más cuidado solo le alce la falda color rosa que siempre usaba,  dejándome a la vista sus bragas que estaban ya mojadas remarcando el contorno de su intimidad.

—Mira como estás— moje mis dedos restregándolos contra sus bragas húmedas y los separe delante de sus ojos para que apareciera su humedad pegajosa— estás lista para recibirme.

Alinee mi erección contra su entrada y entre de un estocada, como consecuencia las caderas de Sakura intentaron hundirse contra la arena creado mayor fricción de mi erección con su interior.

—Sakura-chan te recomiendo que no hagas eso, solo te lastimas al bajar tus caderas— le advertí aunque para mí era de lo más satisfactorio sentir como se volvía más estrecha. Aun  advertida ella siguió hundiendo sus caderas cuando comencé a estampar de manera olímpica mis caderas contra las suyas, sus gemidos eran ahogados por la arena sobre su boca y de esta manera evitar que se escucharán por todo el edificio.

Mi erección no cedía, el chapoteo de nuestros líquidos incrementaban mi excitación y con un movimiento rápido moví el cuerpo de Sakura con la arena obligádola a quedar boca abajo, abrí sus trasero con ambas manos y aprecie su entrada escurriendo de su esencia, gotas caían sobre el suelo y la arena, su cuerpo estaba tenso por la acción como si le avergonzara ser examinada de esa forma.

Aquel paisaje era tan lasivo, que lleve mis dedos a sus entrada y la abrí, me agaché y enterré mi lengua en su entrada, sorbí con fuerza la humedad que seguía brotando de ella, chupe y lami toda su intimidad hasta llegar a su trasero en dónde termine por clavar mis dientes.

Con más fuerza entre y fundí nuestros sexos en uno, en cada embestida ella me apretaba con más fuerza volviendo mi resistencia de hierro en un frágil cristal. Lleve mi mano a su abdomen y lo presione mientras la llenaba por completo, su piel se erizo al sentirme desbordar dentro de ella.

Salí de ella y me retranque contra el escritorio, con un rápido movimiento hice que la arena la pusiera en la posición inicial, delante de mi. Su mirada estaba perdida, estaba sonrojada, ya había quitado la mordaza de arena de su boca y su lengua estaba por fuera y escurría saliva de ella mientras que de su coño mi semen caliente brotaba.

Guarde mi erección dentro de mis pantalones y acomode el resto de mi ropa y cabello para verme igual que antes de ver a Sakura entrar por la puerta. Con ayuda de la arena comencé a limpiar y poner en su lugar la ropa de la pelirrosa, la cual parecía algo confundida por mi tan repentina actitud.

Tome su rostro con ambas manos y choque nuestros labios como última caricia.

—Memoriza mi rostro porque será la última vez que lo veas sin moretones—le sonreí y me di la vuelta para esperar a la furia andante.

—¡¡Mocoso infeliz!! ¿Que le hiciste a Sakura-chan? Sabía que no tenía que dejarla a solas contigo, lo sabia, Hokage-sama me pidió que tuviera los ojos bien puestos en ti y cuando el idiota de Kankuro trato de una y mil manera evitar que yo llegara hasta tu oficina sabía que estabas con ella!— Temari mi hermana no dejaba de gritar y golpear mi rostro hasta el punto que Kankuro la tuvo que sostener por los hombros.

—Oye recuerds que es el Kazekage— le recrimimo Kankuro— aparte de que Gaara es tu favorito.

Temari tomo a Sakura de la mano y me fulminó con la mirada antes de salir.

—Temari te advirtió que no te metieras con Sakura-chan, si el Hokage-sama se entera que te metiste con su ex-alumna y consejera vas a crear una quinta guerra shinobi.

—Si no quisiera que me la cogiera no la hubiera dejado venir sola en primer lugar y si me disculpas tengo asuntos que atender.

Kankuro salió de mi oficina y cerré mis ojos para revivir los sucesos anteriores y sonreí solo al recordar a la pelirrosa retorcerse de placer debajo de mi, los golpes de Temari habían valido la pena.

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Sorry por la falta de actualización pero acabo de iniciar clase