One shots Sakura Haruno

Shisui Uchiha

Mi espalda choco contra la puerta de mi departamento, aquel hombre se comportaba con desesperación al momento de besarme, corrí mi cara un momento para ver y poder colocar la clave del departamento y poder entrar.

No era un gran departamento, una cama no demasiado lujosa, una pequeña cocina y un diminuto armario, lo suficiente para sobrevivir. Pero apostaba mil yenes a que el ni siquiera se había percato del entorno, estaba por demás decir lo concentrado que se encontraba chupando mis pechos y dejando rastro sobre ellos, al final se lo cobraría en la cuenta.

Le saque habilidosamente la corbata, y comencé a desabrochar cada uno de los botones de su camisa, su torso desnudo bien marcado derretiría a cualquier mujer, y aun me preguntaba por que el estaba aquí conmigo ahora.

Mi vestido quedo tirado sobre algún lugar del departamento, aunque aparentaba ser caro, simplemente era una falsificación del original, los zapatos lo mismo, tan incomodos por lo baratos que eran, que deshacerme de ellos era ahora de los mas placentero. 

Me tumbe sobre la cama, dejándo que me acorralara contra la cama, el se imponía sobre mi, con esa cara sin expresión, nuestros labios chocaron, y la danza entre nuestras lenguas comenzó.

Sus manos viajaban hasta mis muslos y subía estrepitosamente hasta mis bragas, el sonido de la tela rasgada fue lo único que escuche hasta sentirlo dentro de mi. Su pelvis chocaba contra la mía, y yo solo gritaba, me aferraba a su espalda con cada embestida.

—Date la vuelta— Me ordene y yo solo obedecí, dándole la espalda y alzando mi trasero sin ninguna objeción de por medio.

El volvió a entrar en mi de golpe, sacándome todo el aire que contenía, dolía incluso ser tratada así, mis gemidos convidados con gritos que se callaban al chocar contra el colchón. Con una de sus manos tomo mi mentón y puso mi cabeza de lado sobre el colchón.

—No me gusta cuando no te puedo escuchar —A el le gustaban mis gemidos, mi gritos, el ruido de las embestidas, las palmadas que me daba en el trasero, a el le excitaban los sonidos.

Podía sentir como me llenaba de mas, estirándome al máximo, con cada penetración solo me aferraba con mas fuerza a la cama, mi coño comenzó a contraerse pero era doloroso el orgasmo con el adentro.

—Por favor, paraa —Gemí y lloriquee, pero el siguió— Paraa, detente —Esta vez me escucho y salió por completo de mi dejándome vacía y bajo la influencia de la mitad de un orgasmo. Lleve mis dedos a mi entrada y comencé a introducirlos imitando sus movimientos, mis paredes apenas y rozaban mis dedos al contraerse, llegar a un orgasmo de esta manera era tan humillante, porque ni siquiera podía, no después de tener a semejante pedazo de carne dentro de mi.

Solté un grito y maldecí en voz alta, cuando el volvió a entrar en mi, como si hubiera adivinado mis pensamientos, pero era peor, con una de sus manos obligaba a que mis dedos estuvieran dentro de mi junto con su erección, sentía que me iba a desgarrar en cualquier momento.

—Si te querías venir con tus dedos me lo hubieras dicho antes, permíteme ayudar— Se burlo mientras comenzaba a moverse a un ritmo frenético. Mis ojos estaban lloroso y mi mente estaba en blanco en este punto.

El saco mis dedos y su erección de mi, y cambio la posición que teníamos, el acostado me obligo a oponerme encima de el dándole la espalda, introdujo nuevamente su erección en mi y comenzó a moverme de arriba abajo. Con esta posición lo sentía aun mas profundo que antes, era una delirante tortura. 

Sentí tus dedos llenos de saliva intentar introducirse en mi trasero, una de sus manos me tenía bien sujeta y moviéndome, así que huir de esta posición era tonto, aunque en el fondo me reí, esto igual seria añadido a la cuenta, el lo sabia, así que no me quedaba de otra mas que soportar.

Por fin 2 de dos dedos entraron en mi trasero mientras el me embestía, joder que me sentía sumamente llena. Tanto que solo gemía, sin percatarme del paso del tiempo ni de lo que fuera a suceder después.

—

El sol golpeando mi rostro me despertó, apenas recordaba en qué momento me había quedado dormida. Mis caderas se encontraban  adormecidas, de estar acostada pase a sentarme en la cama, estirándome y bostezando a la vez.

Una vez despierta camine fuera de la cama, me coloque una camiseta la suficientemente larga que tapaba mi cuerpo desnudo. Me dirigí al comedor, y ahí se encontraba un fajo de billetes sobre una nota "Te llamaré luego, si hace falta más dinero, lo compensaré la próxima".

Me rei porque en el fondo sabía que incluso había más dinero de lo que costaba mi servicio.

El ya no se comportaba como un simple cliente, comúnmente los clientes adquirían mi servicio una, dos, tres veces a lo mucho, ya sea por curiosidad o por necesidad pero era normal que se aburrieran de un mismo cuerpo y buscarán a alguien más, pero con esta era la décima vez que nos veíamos en un mes.

Poco sabía de él, siempre usaba traje, nunca sabía que era lo que pensaba o sentía, tenía una cara de poker única.
Después de todo era un cliente no era necesario saber más allá de la cuota que cobraba y que ellos aceptaban. Nada de asuntos personales, nada de problemas, solo desahogo corporal.

Fruncir el seño y me agaché tomando una tarjeta de color negro de suelo, apuesto que se le había caído del bolsillo y no se percató antes de irse.
La observe y sonreí de lado, de la mayoría si no es por decir que de todos mis clientes nisiquiera sabía su nombre pero ahora, el de este hombre lo conocía, en letras doradas sobre la tarjeta resaltaba:

Uchiha Shisui
Director corporativo de US®

U

na rápida búsqueda basto para verificar su identidad, era el, la primera foto que aparecía era el junto con su actual esposa en su boda.

Por algún extraña razón dolía, el solo era un cliente, me recordé, un cliente que termine trayendo a mi departamento sin darme cuenta, algo que nunca había hecho antes.

Hola! Espero que le guste este one shot!
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