Capítulo 36

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Angel.

La reina del imperio corta el listón rojo, con el cual queda inaugurada oficialmente la fundación Martinelli, para niños desamparados en la sede Londres. No encontré mejor manera en ocupar mi tiempo que está nueva fundación que nace hoy.

Todos vestimos de blanco, el color de la esperanza, la fe y el progreso, es de buena suerte usar este color cuando de nuevos proyectos se tratan.

—Es un honor para mi, recibir la bendición de mi amada nonna, en este nuevo camino que acabamos de emprender. Ante las cámaras quiero que todos se sientan bienvenidos y si en algún momento conocen a alguien o ustedes necesitan un refugio los niños de Londres siempre serán bienvenidos aquí. —Acompañada de la mano de mi madre, mi padre, y mi nonna, hablo a la prensa.

—Señora Gabaldi, ¿Donde está su esposo? Una dama de sociedad debe siempre estar acompañada de su caballero.

—No se en que época vive, pero déjeme informarle que mi esposo me considera totalmente competente para asumir cosas por mi misma. El que Zev Alexander Gabaldi no esté aquí, no significa que no tenga su apoyo.

—Tiene razón, es sólo que una vez más usted rompe una de las tradiciones de su imperio. —Habla el sujeto. El mismo que atacó a mi padre hace un par de semanas cuando dio la noticia de Lorenzo ante la prensa.

—A qué se refiere caballero.

—En estos eventos siempre las mujeres de su familia van acompañadas de sus esposos. El difunto Lio con la reina, su padre con la señora Marie, usted es la única sola.

—Mi hija no está sola. Y le recuerdo que el día de hoy lo que importa es la fundación.

—Le agradecería, se comporte a la altura y deje el chismorreo para los demás. —Habla gentilmente mi madre, causando que los presentes rían.

—¿Esta fundación está vinculada con la que dirige el señor Lucian?

—Por supuesto que si. Soy novata en este sentido y la fundación es una sede aquí en Londres, derivada y la cual tendrá la asesoría de mi amado zio Lucian.

—Y la participación del doctor español más conocido del país.

—El doctor Emiliano fue quien dono este edificio para nuestra fundación, hoy se les dará un recorrido, para que no sólo ustedes sino quien lo necesite, conozca el lugar.

—Es un orgullo para nuestro país, un diamante más del imperio. Siempre sorprendiéndonos. Nos alegra que sea parte de nuestro país, señora Gabaldi. —me dedica una sonrisa la chica que tiene el micrófono frente a mi.

Le dedico una sonrisa llena de amabilidad y los flashes de las cámaras nos deslumbran.

Damos el reccorido a la prensa, la cual entrevista a las pocas personas que nos ayudarán en la fundación y a los 10 niños que ya se encuentran en ella.

Emiliano ingresa al lugar con nosotros, tuvo mucho que ver con nosotros, al parecer sus padres son amantes de hacer obras de caridad.

Saluda amable y educado a todos y sonrie a la cámara dejándose entrevistar. Una vez terminan toma mi mano y me acerca a él, sujetandome de la cintura.

—Sonríe a la cámara, Mary quería una foto de nosotros en pareja. —Sonríe y guiña un ojo. Me alejo con educación.

—Por favor señora Gabaldi, ustedes dos son los fundadores, una foto para mi reviste Élite. —pide amable.

—Bien. —Me acomodo al lado de Emiliano y sonrio para la cámara. Nos toman 5 fotos y se retiran.

—Bueno socia, mis padres están ansioso por conocerte. —Habla el español sonriendo.

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