Capítulo 8

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Prohibiciones

Despierto en mi cama, cuando bajo la mirada del techo blanco, frente a mi con ojos de aniquilación, estan mi nonna y mi madre, ambas cruzadas de brazos molestas. Mamma jala las mantas arrojandolas al suelo.

—Que mierda pasa contigo Luciana Marie?!. —Pregunta mi madre histérica.

—¿Que pasa mamá? No recuerdo nada. —La cabeza me va a estallar.

—¡Volviste a drogarte! No te basto con lo de hace dos años?! Quieres poner de nuevo en vergüenza a la familia, sabes lo que me costo mantener el secreto?! —Fiorella habla autoritaria subiendo la voz, se toca la cabeza negando.

—Que?! Estan locas, nonna yo no me drogue, le prometí a mi papà que no lo haría de nuevo. —Me defiendo molesta.

Mamá me arroja a la cama una revista donde estoy en la portada con el enunciado "De nuevo Martinelli en la portada. Luciana Martinelli dando el ejemplo como siempre"

—Que haces sobre la mesa de ese asqueroso lugar? Pareces una vil mujersuela.

—No lo recuerdo, lo último en mi cabeza fue la cena con Maxim, luego no se que mas paso.

—Esto lo hacias cuando abusabas de los antidepresivos Giura di non farlo più. — "jurame que no lo hiciste de nuevo"

Fiorella se sienta en el comodo sillón frente al tocador, cruza las piernas y mantiene la espalda recta y la barilla en alto.

—Nonna lo juro. Me afecta que duden de mi palabra, he hecho muchas cosas pweo mentir jamas.

Ambas mujeres me tienen en una emboscada y ninguna confia en mi. Para ellas siempre sere la. Chiquilla loca y descontrolada que me consideran, por no ser un robot imitador de la reina.

—Li amo, ma se non si fermano, si può entrambi lasciare questa camera da letto. —"las amo, pero si no se detienen, ambas se tendran que marchar de este dormitorio"

Habla mi papà entrando a la habitación, luce su traje de golf completamente blanco e increíblemente pulcro. Salgo se la cama, y corro a él y lo abrazo fuerte.

—Papito yo te lo prometí. —Lo miro abrazándolo por la cintura y hago un puchero. —Lo juro que no consumo nada, ni lo hare se nuevo. —hablo afligida.

Cuando estoy con mi papá, se sale de mi interior la niña de 8 años del pasado. Marie y Fiorella lo saben, cuando papá esta ellas pierden a mi lado.

—Calma amore, yo confio ciegamente en tu palabra piccola.

Me da un beso en la cabeza, le dedico una enorme sonrisa. Sus ojos azules se centran en las dos elegantes mujeres, que estan frente a nosotros.

—Escucharon a mi piccola no? Es inocente, ya tome acciones legales contra esa revista amarillista.

—Amore por eso es asi, tu le acólitas todo. —Le reprocha mamá, cruzándose de brazos.

—Marie, te amo y me enamore de ti como un ciego, pero no me agrada que te unas a mi mamma para atacar a Lu. Si no quieren una discusión conmigo ambas calmaran los animos. —Ambas asienten y se van, papá me abraza fuerte.

—Cambiate cariño, no les prestes atención a esas mujeres de la realeza, se les olvida lo que es la diversión. —Besa mi mejilla y se marcha.

Sonrio y tomo un delicioso baño de agua caliente, busco un atuendo adecuado y me arreglo rápidamente, tomo mi telefono sobre la mesa, la pantalla refleja tres letras que me ponen el corazón a bombear de manera descomunal, no lo dudo y abro el  mensaje de Zev.

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