Haré todo

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Byounggon abrió la puerta de su apartamento nuevamente para encontrar a su madre sentada en una de las sillas del comedor.

—¿Y? —dijo de repente cuando Byounggon entró.

—¿...qué? —preguntó con temor.

—¿Lo alcanzaste? ¿Pudiste hablar con él?

Byounggon estaba aún confundido pero asintió suavemente.

—No pudimos hablar mucho, igual se fue.

Su madre pareció pensar en eso un rato con tristeza.

—Está bien, seguramente podrás hablarle bien pronto —intentó animarlo pero Byounggon estaba simplemente confundido.

—No entiendo...

—Si realmente se quieren es probable que regrese —le aseguró.

—¿Ya lo sabías? —le preguntó finalmente.

Su madre permaneció en silencio un rato.

—Supongo que se puede decir que lo sospechaba.

Byounggon se sintió agobiado así que se tuvo que sentar.

—¿Desde cuándo?

—No lo sé, es algo que siempre sentí pero como nunca me dijiste nada, pensé que simplemente no eras bueno coqueteando con chicas o algo así —sugirió.

—No puedo creerlo...

—¿Por cuanto pensabas tenerlo oculto?

—Para siempre era la idea inicial...

—¿No confías en tu madre? —le preguntó en un tono triste.

—No es eso, simplemente no quería desilusionarte o que te sintieras avergonzada de mí.

—Nunca podría sentirme avergonzada de tí Gonie, eres mi hijo perfecto, todos los días eres un orgullo para mí —le dijo acercándose.

—Lo sé, perdón por mentirte, pensé que era lo mejor... O tal vez solo era lo más fácil para mí.

Su madre se sentó a su lado abrazondolo, así que Byounggon lloró, no pudo evitar llorar aferrándose a su madre, al menos no la había perdido a ella. No sabía si lloraba de alivio por eso o de tristeza porque su Yonghee se había ido para siempre.

Su madre lo consoló y finalmente hablaron de la situación. Al llegar su padre, Byounggon tuvo finalmente que contarle.

El señor Lee no lo tomó tan bien como su madre, luego de algunas explicaciones y pequeños confrotamientos, sus padres se fueron asegurando que necesitarían un tiempo para procesar todo.

Salir del clóset era muy incómodo, Byounggon desearía no tener que hacerlo, que fuera algo complemente normal, pero luego de que sus dos padres supieron, se sentía libre, como si estuviera libre de sus cadenas.

Deseó haberlo hecho antes, así en este momento de satisfacción por haber dicho la verdad, estaría al lado de Yonghee, en sus brazos, feliz y libre.

Esa noche se acostó en su cama con tristeza, el lado de la cama de Yonghee aún olía a él, la mayoría de su ropa seguía en el armario y al abrirlo se notaba el aroma de su colonia favorita.

Byounggon durmió abrazado a la almohada de su novio, o bueno su ex novio tal vez. El dulce aroma de Yonghee le recordaba sus besos, los besos que siempre compartían en esta cama.

Cuando pasaban horas besándose, a veces lograban algo más, a veces no. Byounggon siempre estaba contento con lo que fuera, mientras tuviera a Yonghee a su lado, probando sus labios y sintiendo su olor, todo era ideal.

Pero es tan fácil | GONHEEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora