Parte 9 Envenenado

240 33 64
                                    


—Miren a quién tenemos aquí.

Qi Rong venía acompañado por dos guardias de aspecto rudo, seguramente había estado exigiendo salir de su arresto domiciliario y sin más opción tuvieron que acompañarlo. 

No era la primera vez que Shi Qing Xuan se había encontrado con Qi Rong vestido de esta forma, se habían cruzado más de una vez cuando venía a visitar a la Emperatriz Zhuo, pero este príncipe tenía un agujero en la cabeza e no era capaz de notar que era él

Aunque quería decirle unas cuantas cosas, ahora mismo solo era un invitado de la madre real, así que bajó la cabeza y saludó— Su alteza.

Con superioridad, Qi Rong alzó la barbilla — ¿Qué hace una puta barata como tú aquí? Aunque abraces los muslos de la Emperatriz Viuda no conseguirás nada o es que ¿Planeas abrir tus piernas al Emperador?

Una sombra negra cubrió el rostro de Shi Qing Xuan, tenía muchas ganas de golpear a este mocoso. Contuvo su mano y cerró sus ojos— Su alteza, chen tiene deberes que realizar, con su permiso.

Reverencio y quiso seguir su camino, pero su camino fue bloqueado por esos dos guardias. Frunció las cejas y miró a Qi Rong.

Qi Rong le sonrió con arrogancia —Acompañaras a este honorable un rato. Quiero ver con qué clase de habilidades conseguirte poner a la vieja de tu parte.

Si fuera otra circunstancia, Shi Qing Xuan ya habría golpeado a estos matones y de paso a Qi Rong, pero este era el palacio real, aquí estaba indefenso y sin poder.

Sin más opción, siguió al príncipe hacia su  patio. Dentro de la ciudad prohibida el castillo donde vivía el Emperador era el más grande, le seguía el de la Reina Madre y luego el de Qi Rong, sólo porque el Príncipe Heredero prefería la vida modesta y sin lujos.

Dentro era igual que el exterior, lujoso y lleno de reliquias, sin embargo, el aire que desprendía era arrogancia casi sombrío, debido a la personalidad de Qi Rong no contaba con sirvientas, solo había viejos eunucos para limpiar y ordenar.

La sala era enorme, contaba con muchas reliquias y tesoros adornando las esquinas y los muebles, en su centro disponía con un amplio sillón que también podía servir de cama, se parecía al trono del dragón solo que menos llamativo.

Obligado por los soldados, Shi Qing Xuan se sentó en aquel sillón, Qi Rong se colocó a su lado e inmediatamente deliciosa comida fue colocada frente a ellos al igual que vino para acompañar.

Tanto los guardias como los sirvientes se retiraron dejando la habitación en silencio.

—Come— Ordenó Qi Rong tomando una pata de cerdo.

Indiferente a los delicados platos frente suyo, Shi Qing Xuan mantuvo su mirada al frente— Chen no puede entretenerlo su alteza.

Viendo el perfil de esta mujer, Qi Rong escupió un pedazo de hueso— ¡Hipócrita! Fingiendo ser una buena persona, pero en realidad solo una ramera que abraza los muslos de la Emperatriz Viuda ¡Me das asco!

Normalmente cualquier cosa que dijera, Shi Qing Xuan no le prestaría atención, pero esa última frase hizo que su cuerpo se estremeciera e involuntariamente sus ojos revelaron sus emociones

"Me das asco"

Era la primera vez que alguien lo miraba con ojos frío y lleno de desprecio. El dolor todavía persistía en sus brazos como si  hubiera sido grabado con fuego, lo quemaba por dentro y hacía que su corazón se retorciera dolorosamente.

Esa expresión no pasó de ser percibida por Qi Rong, parpadeo varias veces incapaz de creer lo que presenciaba. Esta mujer siempre estaba sonriendo y desbordaba de alegría cada vez que la veía con la Emperatriz Viuda Zhou, incluso cuando se encontró con él y la molesto de miles de formas, su comportamiento jamás cambió, pero ahora vio como la luz de sus ojos se apagó.

Todo Por Ti (Tian Guan Ci Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora