Sasaeng [VHope]

5. TaeHyung

— Ese es el resultado, señores Kim, no pueden cambiarlo.

TaeHyung no entendía porque estaba rodeado de tantas personas en batas blancas, pero algo si entendía. Él no era normal como los otros niños y por eso, sus padres lo habían mandado ahí.

Ambos lucían tan desesperados por hacer algo al respecto, también había una pizca de decepción en sus rostros y, ¿Cómo no? Ellos eran personas millonarias, perfectas, que no podían darse el lujo de dar tal imagen, de un hijo enfermo.

Por supuesto que no.

Y TaeHyung lo comprendió al cumplir tan solo 15 años, cuando sus papás lo corrieron de casa y comenzaron a depositarle en una tarjeta para que el solo se mantuviera. Prácticamente, estaban pagando para asegurarse que TaeHyung no se revelará como hijo suyo y, poco le importaba en realidad, porque gracias a sus problemas mentales sumado a la falta de cariño, se había sumido en tal depresión, ataques constantes de ansiedad y se había acostumbrado a vivir con la constante sensación de la falta de aire.

Eran días casi normales para él.

Y a pesar de que aseguraba fervientemente que HoSeok le había salvado, no eran más que sucias mentiras para intentar convencerse.

Si se tuviera un poco de amor propio, no estaría envuelto con chicas igual de locas que él planeado en secuestro, un crimen de tal magnitud que lo veían como una cosa bastante normal, como si de adoptar perros se tratase solamente.

Eran vacios que ellos intentaban llenar con el amor de un ídol, que tanto juraban amar a sus fans cuando solo era una mentira que decían para lucir bien ante los ojos de los demás y si realmente lo hacían, era solo un sentimiento de admiración o gratitud, no amor.

Algo que ni TaeHyung, ni sus amigas comprendían.

O quizás si lo hacían, pero no querían entenderlo, porque solo querían llenar el vacío de su corazón tratando de autoconvencerse que su ídolo tenía sus ojos solo para ellos.

Y a pesar de que todo ello estuviera bastante mal, ahí estaba parado detrás de un montón de gente esperando el momento adecuado para atacar, para tener a su tan amado HoSeok entre sus brazos para no soltarlo jamás.

Cada uno estaba distribuido en el escenario con sus cubrebocas puestos al igual que una gorra, ya que lamentablemente una de las chicas estaba en la lista negra y cuando llevarán a cabo sus planes, iban a distinguirlos por el rostro y si algo llegaba a salir mal, estarían vetados de todos lados.

Y eso no era algo que pudieran permitirse.

Al igual que todos, supo mezclarse bien entre la multitud y no lucir como un sospechoso chico raro, gritando y saltando como todo el mundo cada que uno de los ídolos se presentaba al escenario con una sonrisa a cantar o todo caso, rapear.

Primeramente, pasaron dos muchachos, un duo, que eran bastante jóvenes pero se habían ganado el corazón de casi todo el mundo.

En segundo, paso un chico un poco mayor, un rapero de nombre artístico Agust D que se sabía que tenía una buena conexión con J-Hope. Mayormente, eran juntados por las fans a pesar de que no formarán un dúo y que fueran artistas independientes. Por su constante interacción en las redes, la mayoría suponía que estaban saliendo, pero lo habían negado en directos y en algunas entrevistas, solo eran muy buenos amigos, pero eso no evitaba que todas las fans los juntaran constantemente, cosa que no le agradaba mucho a TaeHyung, de hecho, con la simple idea de pensar en ese Agust D desayunando con el rapero, besando las mejillas de su HoSeok y riendo juntos por un buen chiste le hervía la sangre.

Lo detestaba. Lo detestaba tanto que de ser por el habría reventado un martillo en su estúpida y obesa cara de mierda, pero no podía hacerlo, porque una de las chicas era quien se lo llevaría. Al menos iban a separarlos, eso estaba por seguro.

No se mostró muy emocionado cunado hizo presencia, una mueca formandose en sus labios pero no hizo nada más, solo le miraba desde su lugar molesto, resentido y con sus manos hechas puño.

Una vez que finalizó, aquel rayito de luz, su rayo de esperanza se presentó con su típica alegría desbordante e incito a las fans gritar, cosa que lo logro y todas comenzaron a saltar felices. Era entendible, con la sola presencia del contrario a todos se les formaba una sonrisa en su rostro.

Finalmente, pudo sonreír sinceramente y grito, grito tan fuerte como las demás, sus manos estirándose hacia el escenario siguiendo la canción de HoSeok, se sabía al derecho y al revés todas sus canciones y las cantaba eufórico con todo el público.

Y sus ojos se conectaron finalmente.

Por un mínimo segundo, los preciosos orbes café del rapero se fijaron en el, pero sintió como si se tratase de una eternidad. Su corazón latió con rapidez y estaba a nada de desplomarse en el suelo.

Lo había notado. HoSeok lo miro. Lo miro y no con asco, como miles de personas en su vida, lo miro con esa característica sonrisa de corazón, sus ojos desbordantes de amor y su voz melodiosa resonaba contra el parlante, volviendo un mágico momento para el.

Quería tener ya a HoSeok en sus brazos. Quería abrazarlo, quería besarlo, quería tenerlo solo para él. Que ningún rapero patético o miles de fans se interpusieran entre ellos.

Iba a tenerlo. HoSeok era suyo. Y el era de HoSeok

Nadie se lo iba a impedir, aún si debía matar a sangre fría o comete actos atroces.

Haría todo para tenerlo, solo para él.