Sasaeng [VHope]

6. Mío

El concierto había sido algo pesado, pero eso no evitaba que se sintiera feliz y contento por dar tal espectáculo a sus fans.

Estaba a nada de salir, pues sus compañeros le habían invitado a comer algo delicioso, pues al igual que él, estaban algo agotados y con hambre, ya que desde temprano habían estado haciendo pruebas de sonido, practicando algunos bailes y checando una que otra cosa extra.

— Hope-ah, te esperamos en la camioneta, ¿Vale? — aviso YoonGi asomándose por su camerino.

— ¡Está bien Hyung, ya estoy ahí! — le respondió alegre pese a que estuviera muy cansado.

Ambos se dirigieron una sonrisa y finalmente la puerta detrás suya se cerró.

Solo faltaba quitarse el maquillaje, que era alérgico a el, pero había una que otra cosa que no le gustaba de el y la hundía entre miles de capas de maquillaje. Terminaba con erupciones, pero no eran tan graves, de eso se excusaba. Simplemente, sentía que el no era tan bueno o lindo con sus compañeros, sus inseguridades le hacían cometer incluso actos que perjudicaban a su persona, como el maquillaje.

Soltó un suspiro aliviado y se colocó su cubrebocas, cargando su mochila para salir por una puerta trasera, que era vigilada por guardias para evitar que alguien no deseado se colara y causará un desastre.

A lo lejos pudo distinguir las típicas camionetas negras que los llevaban y los traían. No dudo nada en subirse, sin siquiera checar la placa antes como siempre debía hacer para evitar accidentes, porque estaba muy cansado, que solo quería comer algo e ir a dormir.

Se apoyó contra el sillón y le pareció extraño que no estuvieran sus compañeros ahí, quizá habían ido antes por algo que se les había olvidado o algo por el estilo.

Estaba usando su teléfono revisando las redes sociales en las que las fans bastante contentas publicaban y presumían sobre el concierto de aquel día, cuando le pareció realmente extraño que no llegarán sus compañeros.

Todos se veían cansados con ganas de ir a casa, ¿Por qué no estaban ya en la camioneta?

Extrañado marco el número de YoonGi y mientras escuchaba el pitido, miraba por la ventana, sus dedos moviéndose ansioso contra su pantalón. ¿Había sucedido algo? ¿Habían tenido problemas nuevamente con los sasaengs?

— ¿HoSeok? ¿Estás ahí? ¿Dónde estás y por qué aún no entras a la camioneta? — escuchó la preocupada voz de YoonGi a través del parlante.

Se quedó mudo por unos minutos tratando de asimilar lo que le decía. ¿No sé suponía que ellos aún no llegaban?

Un extraño escalofrío recorrió su espina dorsal y se giró lentamente antes de soltar un grito al ver el rostro de alguien desconocido a unos escasos centímetros del suyo.

— Está bien, estás en la camioneta correcta mi amor. Nos llevará a lo que será nuestro futuro juntos.

Se estremeció al escuchar aquella voz profunda con un tono escalofriantemente dulce y cuando se giró ni siquiera tuvo tiempo de gritar por ayuda o golpear las ventanas porque un trapo cubrió la mitad de su cara, las puertas del carro se cerraron y escucho una voz que gritaba "¡Arranca, arranca!". Todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar y poco a poco sus músculos se fueron relajando, su teléfono deslizandose por sus dedos sin poder ni siquiera colgar.

— ¿HoSeok? ¿HoSeok? ¡Mierda HoSeok, ¿Estás bien?! — gritaba YoonGi desesperado ante toda la conmoción y los largos dedos de TaeHyung tomaron el teléfono para pegarlo a su oído.

— Está bien. El ahora es mío como siempre debió ser.