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—DoYoung...—Levante mi mirada del ordenador, para encontrarme con el nuevo asistente de JiHyun.—¿Puedes ayudarme con algo?—Asentí en silencio, esperando a que me indicara en que necesitaba ayuda.—Es la impresora...

—¿De nuevo?—Fruncí el ceño y al mirar al chico frente a mi, note como su camisa tenía algunos manchones sobre su camisa.—¿Qué es esta vez?

—JiHyun-

—Señorita Cha.—Corregí, no se porqué tenían la manía de tratarla como si fuera igual que nosotros, aunque fuera más joven que nosotros, seguía siendo nuestra jefa.

—Si, eso, La señorita Cha.—Se corrigió y continuo explicándome su problema.—Me ha pedido una copias, cuando he puesto a hacer las copias hizo algunos ruidos extraños y no salieron.—Suspiré y me puse de pie, para caminar hasta el cuarto de copiado.

Efectivamente, la maquina estaba emitiendo un sonido. Me acerqué a la impresora para ver de que se trataba. 

—JinYoung.—Cerré mis ojos contando hasta tres, inhala y exhala.—¿Si sabes que a las impresoras debes recargarle la tinta?

—¿La tinta?—El chico se acerco con cautela hacia mi, señale la luz parpadeante de la maquina.—¿Eso no es de encendido?— Me pare frente al estante de repuesto y le entregue los cartuchos de tinta.—¿Cómo se supone que haga eso?—Miro la impresora, la tinta y luego a mi. 

—Las instrucciones están a lado.—Señale y me di la vuelta para ir de vuelta a mi lugar de trabajo.

—JinYoung, ¿Ya tienes las copias que te pedí?, Las necesito...—Su tono fue decayendo al notar mi presencia en aquel lugar.—DoYoung.—Nunca pensé ver a JiHyun sonrojada y mucho menos evitando el contacto visual conmigo.

—Señorita Cha.—Hice una reverencia y di grandes zancadas hasta mi sitio.

Deje mi cabeza caer sobre mi escritorio, revolví mi cabello y volví a mi posición original. 

No estaba en la jodida secundaria. 

Solo había sido un beso...

Beso el cual le correspondí, si.

Tal vez le había dado mas vueltas al asunto de lo que quería, tal vez recordaba el beso mejor de lo que esperaba, tal vez aquella confesión se repetía en bucle por mi mente. 

Y por más ilusión que me hiciera, aquella confesión aún era poco creíble, teniendo en cuenta que JiHyun estaba fuera de sí misma.

Un vaso de café con un post-it verde fluorescente ,se deslizo por mi escritorio, dejándome ver la mano de JiHyun y sin mediar una palabra, se marchó. 

¿Qué demonios?

«Hora de almuerzo.

Por favor.»

Morosis: Far Away; Kim DoYoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora