Capítulo 6.

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—Jungkook —Jin respiró. Nunca había estado tan feliz de ver a alguien en su  vida—. ¿Dónde está Dae Hyun?

—Está a salvo, Jin —replicó Jungkook —. Está con mi madre. Ella no dejará que le pase nada.

—¿Él está… —Jin tragó duro cuando sus emociones se acumularon en la garganta— ¿Está bien?

Jungkook apoyó la palma de la mano contra la rejilla de metal.

—Está bien, Jin. Lo juro.

Jin presionó su mano contra la rejilla justo donde estaba la de Jungkook. Solo se tocaba una pequeña cantidad de piel, pero era suficiente para proporcionarle a Jin un poco de alivio… hasta que escuchó a los perros ladrando. Miró hacia atrás pero no vio nada. Eso no significaba que no pudiera escucharlos o que no estuvieran viniendo a por él.

—Por favor, apura —lloriqueó Jin desesperadamente mientras el miedo lo devoraba—. Namjoon soltó a los perros aquí dentro. Puedo escucharlos acercarse.

Jin no sabía lo que Jungkook hizo, pero un momento después, la rejilla fue arrancada de la pared. Unas manos se extendieron y lo agarraron antes de que pudiera escalar por el conducto. Lo sacaron para fuera y luego fue arrastrado a un par de fuertes brazos que hicieron que quisiera acurrucarse en ellos y nunca dejarlos.

—Viniste a por mí —murmuró, asombrado.

—Sí, bebé, lo hice. — Jungkook no estaba sonriendo, pero Jin casi podía sentir el alivio del hombre—. ¿Cómo estás de mal herido?

Jin meneó la cabeza.

—No es nada. Estoy bien.

—Eso no es nada —gruño Jungkook —. ¿Te lo hizo Namjoon?

Jin miró en profundidad dentro de los ojos de Jungkook antes de asentir con la cabeza lentamente.

—Estaba bastante enfadado cuando no le dije donde estaba Dae Hyun

—¿Por qué? —el ceño de Jungkook se incrementó—. Dae Hyun no es su hijo. ¿Por qué habría de preocuparle?

—Eso no es cierto —insistió Jin—. Namjoon es...

—No es el padre de Dae Hyun. Tu nombre es el único que aparece en los papeles de adopción.

Jin frunció el ceño.

—Pero eso no es...

—Es hora de irnos, chicos —interrumpió Taehyung —. Jimin dice que puede ver guardias empezando a buscar en el patio. Solo les llevará unos cuantos minutos decidir buscar aquí también. Tenemos que irnos antes de que eso ocurra.

—Joder.

Jin soltó un grito y luego se retorció para agarrarse cuando los brazos de Jungkook lo alzaron. Dios, el hombre era fuerte.

—¿Qué estás haciendo? —él no era grande para ser hombre, bastante pequeño de hecho, pero era lo bastante grande—. Bájame.

—No hay tiempo, Jin.

—Jungkook, ¿qu...

—Silencio, Jin —dijo Jungkook.

Jin sabía lo suficiente sobre intentar escapar de Namjoon para saber que tenía que obedecer la orden de Jungkook. Si los guardias de Namjoon se estaban acercando, cualquier ruido alertaría a los hombres armados de su escondrijo. Jin tenía el fuerte presentimiento de que esta era la oportunidad. Esta era su última oportunidad de escapar de Namjoon. Si no lo hacía hoy, nunca lo haría.

No quería morir.

Cuando alcanzaron el borde de la dársena de madera y Jungkook lo depositó en brazos de otro hombre, un hombre que ya estaba en el agua, Jin empezó a preguntarse si iba a morir de hipotermia en lugar de una bala.
Lógicamente sabía que el agua no estaba tan fría, pero no había nada de lógico en su situación. Percibió el agua como el hielo contra su piel. Se estremeció mientras sus músculos se contraían.

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