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Jin supo que había algo diferente en el momento que abrió los ojos. La primera prueba era el cálido cuerpo presionado detrás de él. Namjoon no había dormido en la misma cama con él desde el inicio de su matrimonio. Namjoon tampoco lo abrazaba tiernamente, como si él le importase. Jin aguantó la respiración mientras se giraba para ver quién lo abrazaba. Jungkook. Jin soltó el aliento que había estado reteniendo. Debería de haberlo sabido antes incluso de abrir los ojos. Aunque sus músculos le dolían un poco, como si se hubiera extralimitado en el trabajo, no tenía ningún dolor. Lo que en sí mismo debería de haber sido una prueba para él. Nunca había permanecido mucho tiempo sin dolor mientras estuvo al cuidado de Namjoon.
No había recibido nada salvo amabilidad y comprensión de Jungkook, algo que nunca habría imaginado de un hombre tan fuerte y poderoso. Jin quería empaparse de él. Quería estar rodeado con todo lo que era Jeon Jungkook. Jin intentó tranquilizar su respiración cuando los ojos de Jungkook se abrieron.
No estaba seguro de que esperar. Ciertamente no la sonrisa que recibió.—Bueno días, bebé.
Dios, a Jin le encantaba eso. Le devolvió la sonrisa.
—Buenos días, Jungkook.
—¿Cómo te sientes? —los dedos de Jungkook eran gentiles mientras acariciaban ligeramente el borde del rostro de Jin—. La hinchazón ha disminuido un poco, pero tu mejilla se está volviendo realmente púrpura.
—Me queda mejor el verde.
Los ojos de Jungkook se abrieron de par en par antes de soltar una risa.
—Me imagino que sí.
Jin deseaba tener algo inteligente e ingenioso que decir, pero nada acudió a su cabeza de inmediato. En su lugar, salió con la pregunta que estaba rondando su mente.
—¿Me besarías?
Las cejas de Jungkook se alzaron.
—¿Qué?
El rostro de Jin enrojeció. Dejó caer la vista y empezó a girarse para apartarse, terriblemente avergonzado. Nunca debería de haber...
—¡Jungkook! —Gritó Jin cuando fue agarrado y dado la vuelta—. ¿Qué…
Jin gimoteó cuando Jungkook capturó sus labios, robándole todo pensamiento de la cabeza como así el aliento de los pulmones de Jin.
Gimió ante el beso mientras el aroma a almizcle de Jungkook llenaba cada poro de su piel.El beso era ardiente, una sabrosa caricia. En cuestión de un momento, el beso se volvió más demandante, más salvaje. Jin se deleitaba en su pasión, su aliento atrapado mientras en sexy hombre lo besaba incluso más profundamente.
Cuando los labios de Jungkook se alejaron de su boca y comenzaron a moverse por su mandíbula hasta su cuello, Jin echó la cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso a Jungkook. El gruñido que reverberó a través del pecho de Jungkook hizo que el pulso de Jin se acelerase frenéticamente.
Era la cosa más jodidamente ardiente que jamás hubiese escuchado.
Jin lloriqueó cuando Jungkook se apartó. Se agarró a él, sólo para dejar caer las manos sobre el colchón cuando Jungkook se irguió y comenzó a desvestirse. No había mucho de lo que desprenderse. Estaba vestido de forma simple, solo con una camiseta y una par de pantalones de pijama.Aún así, Jin levantó la cabeza para mirar. Su respiración se aceleró cuando los duros y ondulados músculos fueron revelados. Jungkook se veía duro y fuerte. Tenía las piernas largas y robustas, y los hombros parecían de un metro de ancho, y como bronce tallado.
Cuanta más piel fue expuesta, menos aire parecía haber en la habitación. Jin estaba jadeando pesadamente en el momento en el que Jungkook agarró las perneras de sus pantalones y tiró de ellos hacia abajo por sus piernas.
Jungkook se subió de nuevo a la cama. Se arrodilló entre los muslos de Jin, luego se inclinó sobre su torso. Agarró el dobladillo de la camiseta de Jin y tiró de ella, sacándola por su cabeza y lanzándola por encima de su hombro.
Desnudo, Jin tuvo el repentino impulso sobreprotector de taparse. Dejó de lado toda la vergüenza cuando Jungkook se inclinó y lamió uno de sus pezones.
Jin no pudo reprimir un gemido de puro placer que escapó de sus labios mientras se arqueaba hacia arriba en el aire.

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Chance or Fate
Fiksi IlmiahJeon Jungkook era un hombre en problemas. En una misión de la agencia de protección, de la que era dueño junto con sus hermanos, de alguna manera se encontró siendo disparado y arrinconado en un almacén por el tercer hombre más poderoso del cartel d...