Capítulo 2.

418 45 4
                                    

POV Eva.

Es lunes. Hoy empiezo la rutina diaria de ir al instituto y estoy realmente con miedo.

No sé lo que me puedo llegar a encontrar, pero tampoco tengo las expectativas muy altas.

Me considero una persona que no es ni muy positiva ni muy negativa, pero es que estoy muerta de miedo, hoy estoy mas negativa de lo normal.

Empieza a sonar el zumbido de un teléfono móvil, añadiendo en él, el sonido tan coñazo de la alarma.

Maravilloso, no he dormido una mierda por rayarme.

También soy una persona a la que, se le meten las cosas en la cabeza y no para de darle vueltas.

Me levanto y comienzo a buscar la ropa entre la maleta, la cual está muy más o menos deshecha, pero quiero ponerme un buen outfit y qué mejor que unos pantalones de campana y una camiseta ancha.

Cojo lo dicho y me dispongo a ir al baño, para darme una ducha y así estrenarla, ya que era nueva.

Veo como empiezan a caer gotas sobre mi cuerpo y cierro los ojos, hundiéndome en mí misma para relajarme, teniendo una ducha caliente y relajante.

Veo como las gotas de agua van recorriendo mi cuerpo. Es una sensación que me ayuda a concentrarme, estar tranquila y muchas más. Por ello, nunca viene mal una ducha.

Salgo de la ducha enrollándome en una toalla y comienzo a secarme y a vestirme.

Decido ponerme la ropa que he elegido antes y me miro en el espejo.

Mala idea porque mi autoestima no es que ayude mucho, así que niego y bajo hasta el salón, donde mis padres, ya vestidos, me esperan a mi y a mi hermano para ir en coche hasta el instituto.

– Veenga, que llegamos tarde. – Dice mi madre, tan insistente como siempre.

– Qué si, mamá. – Decimos mi hermano.y yo a la vez, cogemos las cosas necesarias y vamos al coche, subiéndome con mi familia al vehículo de color rojizo.

– ¿Nerviosos? – Dice mi padre.

Para nada, no he dormido en toda la noche.

No sé si es realmente miedo a lo que me pueda encontrar, a no encajar... No lo sé.

Simplemente, muevo la cabeza de lado a lado para no preocuparles esbozando una pequeña sonrisa.

– Pues perfecto, ¿y tú, Marcos?

– Papá, no tengo 3 años.

– Háblale bien. – Digo, frunciendo el ceño.

Odio cuando se pone contestón o vacilón, es mi hermano y todo lo que sea, pero hay veces, casi todas, que no lo soporto.

Mis padres se quedan en silencio, mi hermano también y deciden empezar el recorrido en coche.

Me limito a ponerme los cascos y pongo mi playlist de One Direction, el disco de Midnight Memories en especial.

Me inundo en la música y me dejo llevar por ella, tanto que me duermo por el camino.

Pasado unos minutos, noto como alguien me acaricia el brazo para sacarme del sueño.

– Eva... Ya hemos llegado, han sido 10 minutos. – Dice mi madre, a lo que asiento y abro los ojos frotandomelos debido al sueño.

– Voy.

– Suerte a los dos, anda. – Nos deja a ambos un beso en la frente y bajo del coche, viendo el enorme instituto desde su entrada delantera.

A mi hermano, al ser más mayor que yo, le tocaba en una clase distinta a la mía.

LIMERENCIA || Hugo y Eva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora