Cuatro días.
Sólo eso había tardado Harry en tratar de ver a Draco y que este accediera.
¿Por qué?
Porque Draco comenzó a sentir compasión y miedo por el pobre de Hedwig, que había ido casi 10 veces por día a su casa, durante tres días. En cada viaje, la lechuza se veía más cansada y enojada, queriendo morderlo y atacarlo. También porque sus padres se veían bastante extrañados de que Draco recibiera tanta correspondencia y comenzarían a preguntar, su madre ya había comenzado a giñarle un ojo creyendo saber quién era, con esos puntos en contra, no le quedó más que aceptar.
Al cuarto día Draco había respondido pidiendo hora, lugar y fecha, la respuesta le llegó rápidamente, con la letra menos ilegible que le había conocido al azabache, respondió simple amenazando a Harry con no verlo si se atrevía a mandar otra carta.
—Ya estoy aquí, Potter. ¿Qué es lo que quieres? —preguntó nada más ver a Harry sentado afuera de una librería muggle.
Agradecía a Merlín que no lo citó en el mundo mágico o en el callejón Diagon. En su lugar, estaban afuera de una librería que también era cafetería, los que se sentaban a fuera pedían café mientras conversaban o hacían otras cosas y los que estaban dentro se dedicaban a tomar café y leer. A pesar de toda la gente que había en ese lugar, se escuchaba bastante silencioso.
—Siéntate, Draco, quiero hablar de forma tranquila —ofreció el de lentes con una sonrisa, señalando la silla que estaba al frente.
En el momento en que Draco se sentó, una camarera tomó su orden y desapareció dentro del lugar.
—Bien, hablemos —decidió omitir el hecho de que el ojiesmeralda lo había llamado por su nombre. Draco también lo había llamado por su nombre en un par de ocasiones.
—¿Por qué me besaste? —preguntó directo el otro. Quería respuestas para su corazón, nada de simplicidad.
—Tu forma de hablar tranquilamente es muy extraña —se quejó el rubio.
—Porque siempre haces lo mismo.
—¿De qué hablas? —claro que sabía a qué se refería exactamente.
—Me besas justo en el peor momento para mejorarlo todo —explicó Harry—. Cuando estábamos en la torre de astronomía en sexto año hiciste lo mismo.
—Porqué siempre te portas como un idiota, pensando en todos menos en ti, poniendo a todos por encima de ti y menospreciando tu persona.
—Eres un idiota —dijo Harry sin poder evitarlo. Incluso su corazón latía más rápido.
—Gracias, Potter, me alegra saber que cuando intento hacer algo bien me lo agradecen de corazón.
Esperaba el insulto de vuelta, así es como siempre comenzaban sus peleas. Harry decía algo estúpido y Draco no podía no hacérselo notar insultando su poca inteligencia, después el azabache se enojaba y todo se iba por el caño.
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PARVA CORNERS
FanfictionLa historia de amor que existio entre Harry y Draco no se acabó con su ruptura, han pasado siete años desde esa noche y cuando logran verse las chispas aún logran sentirse. El verse nuevamente abre más puertas y posibilidades para que se amen librem...