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Un mes pasaba más rápido de lo que Misuk podría querer, cada día una nueva nota aparecía en el casillero de Haechan y este cada día se veía alegre debido a eso. Escuchar como el chico de cabellos oscuros hablaba alegre con Jeno sobre su admiradora secreta era una de sus actividades favoritas, aunque no una que pudiese hacer muy seguido, lo que menos quería era que el chico que vivía en sus pensamientos recordara que las siglas OMS eran exactamente como Ong Mi Suk.

— Eres tú ¿Verdad? — Aisha había tardado más de lo que imaginaba y allí, en la habitación de Misuk sacó aquella duda que tenía desde que la admiradora secreta había aparecido.

La joven más baja asintió con su cabeza, ocultarlo a su ya mejor amiga no iba a ayudar en nada e incluso si tenía suerte ayudaría a que esta le diera consejos sobre si lo que estaba haciendo estaba bien o era una tontería.

"¿Pensará que soy extraña?" El ceño de Misuk se frunció de pensar en esa posibilidad pero esta se fue tan rápido como llego al escuchar a su amiga.

— Es bonito que hagas eso, Misuk. Pero ¿No te gustaría decirle tus sentimientos? — Desde que Aisha se había atrevido y le había dicho a Jeno lo que sentía terminado por hacerse pareja no había dejado de decirle a su amiga que quizás decirle a Haechan lo que sentía era lo mejor.

— Él ni siquiera se da cuenta de que estoy ahí, Aisha. No hemos hablado más de seis veces en estos meses y estoy segura de que ni siquiera recuerda mi nombre. Con Jeno y tú era diferente, se hablaban todos los días, era hasta obvio que ambos se gustaban. — Un suspiro escapó de sus labios una vez terminó de hablar, su corazón dolió con cada palabra que salió de su boca que, aunque no quisiera eran totalmente verdad, la única forma en que tenía atención de Haechan era por sus notas y ni siquiera era atención por ella directamente era por "La admiradora secreta".

La mano de la más alta termino sobre el cabello su amiga, despeinando aquellas hebras grisáceas tratando de subirle el ánimo.

— ¡No seas negativa! Estoy segura de que si comienzas a hablar más con él va a estar interesado totalmente en ti. Debes dejar de solamente hablar con el trío de bobos. — Misuk soltó una risa ante aquel apodo que había decidido Aisha para sus tres amigos más cercanos. — Me sorprende que ninguno de ellos se de cuenta todavía de que babeas por Haechan. — Aquel comentario logro encender totalmente el rostro de la menor quien dio un suave golpe sobre el hombro de la chica de cabellos rojos.

— ¡No he babeado! — Chilló en su defensa haciendo reír a Aisha.

Así la tarde paso entre risas y bromas entre ambas hasta que la hora de que Aisha partiera a su casa llegó junto a la hora de escribir la nueva nota.

Porque sí, Misuk cada noche se esforzaba escribiendo una nota que tuviese un pedazo de su corazón para el chico del que ya estaba perdidamente enamorada.

¿Ha sido una buena semana para ti? Mañana finalmente es viernes ¿No es fantástico? Sé que te gusta ir a beber los días viernes, por favor ten cuidado.

Alguien cercano me dijo hoy que quizás debería decirte todo en persona, pero soy demasiado cobarde para hacer algo así. ¿Cómo podría si mirándote de lejos ya siento que mis piernas tiemblan? No, prefiero que mi apariencia quedé solamente a tu imaginación y así jamás causarte una desilusión.

Porque me gustas, Haechan. Cada día más y ya comienza a doler.

— OMS.

Su mano fue a su propio pecho, no mentía, cada día dolía más verlo desde lejos sin poder ser ella quien compartiera su tiempo con él y no aquellas chicas que se le acercaban. Pero no quería decepcionarlo, no quería mostrarse y ser rechazada, sabía que eso dolería aún más y que después de eso ya no podría volver a verlo.

Finalmente, el día siguiente dejó aquella nota en su casillero, incluyendo en esta algo especial que por suerte logro entrar por el pequeño espacio. Allí iba una cadena de plata con una bonita cruz colgando de esta. Ni siquiera espero a ver su reacción como solía hacer, Misuk simplemente huyó.

La hora de la comida había llegado y se encontraba esta vez con Hendery en una de las mesas del enorme comedor. Jaemin se encontraba ocupado buscando algunos libros mientras que Yangyang se había resfriado y no había asistido. Estaba tranquila, algo decaída pensando en que quizás debió quedarse a verlo, a ver si sonreía como cada día con esa extraña nota de hoy.

— Hendery como siempre es un gusto verte. ¿Misuk te encuentras bien? — Escuchar aquella voz decir su nombre logró hacer que dejara de jugar con el flan que se encontraba en su bandeja. Observó a Haechan quien se había sentado justo frente a ella y la observaba.

"Di algo, no lo dejes esperando."

Su cabeza se movió, no pensaba decirle que se encontraba decaída por no verlo en la mañana.

— Sí, lo estoy. — Su voz tembló ligeramente y estuvo a poco de desviar la mirada a otra zona, pero el brillo en el cuello ajeno llamó su atención. Allí colgando se encontraba el collar que había dejado junto a la nota.

Su corazón se aceleró al verlo, pensó que lo tiraría o quizás lo guardaría sin utilizarlo, pero no, allí estaba usándolo frente a sus ojos.

Pero todo cayó sobre ella como un balde de agua fría cuando la boca de Hendery se abrió.

— ¿Ese no es tu collar Misuk? Podría jurar que ese es el que compraste hace un par de días. — Pensaba que Hendery se había olvidado de cuando se habían encontrado en el centro comercial después de que ella compara aquel regalo.

La mirada intensa de Haechan se dirigió a Misuk totalmente confundido, pero solamente allí fue que lo pensó y que las palabras salieron de sus labios.

— Ong Mi Suk.

Y la había descubierto finalmente.

The Perfect Boy [Haechan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora