[30 Days Of Smut] - ShowHo

26. Búsqueda 🐰

Claustrofilia: Deseo de permanecer en espacios cerrados, cerrando todo, puertas, ventanas, etcétera, siendo lo opuesto a claustrofobia.
Hoseok activo.

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Liberando un largo bostezo, un hombre alto y poco arropado contra el frío, se cubre la boca mientras permanece sentado en el cómodo sillón de su casa, inmueble que compró hace seis meses o más, a muy buen precio por ser amigo del vendedor. Desliza sus dedos tranquilamente por el material del mueble donde descansa su trasero y cuerpo, y estira su espalda en el cómodo respaldo acomodando sus brazos encima de los cojines esponjosos, echando un vistazo a la ventana que apunta a la calle. No está acostumbrado a ver jóvenes vendiendo en medio de la calle, cocheras en todas las casas, sacar la basura para que los encargados se la lleven (en lugar de separarlos como lo hacía en su país natal), ver a tanta gente extremadamente alta, etcétera.

El ruido de unos tacones bajando las escaleras llama su atención, fija su vista en las piernas de una mujer que baja a su paso las escaleras de madera, modelando unos tacones de charol color rojo y punta de aguja, unas piernas perfectamente depiladas, vestido color blanco con un cinturón grueso rojizo que simula un corset, su cabello largo y ondulado suelto, además de una bolsa mediana oscura. La mujer se da cuenta de que es observada, frunce sus cejas luciendo hermosa gracias al maquillaje natural que se ha puesto, resaltando sus labios gorditos y aquellos ojos redondos, luciendo amenazadora como siempre. Ella nació con su porte elegante y perfecta, hasta permite que lo juzgue.

"¿Qué?" Pregunta en coreano su esposa, torciendo sus labios tímidamente, borrando en un segundo la imagen amenazadora.

"Luces perfecta" Lo halaga su marido, usando el mismo idioma, dando un salto para salir del sillón e ir a besarla.

"Nunca te resistes a mis labios" Entre risas, la mujer acepta un corto beso, cubriendo con pena sus labios al separarse.

"¡Ewww!" Desde las escaleras, una voz chillona emite un quejido en un tono muy alto, interrumpiendo el momento del matrimonio.

La pareja ríe al mismo tiempo, se asoman hallando al más joven de la casa ya vestido, aferrando sus manos gorditas en su mochila. El niño frunce el ceño, a esa distancia parece que sus ojos no están abiertos, sus mejillas gorditas se han teñido de un lindo rosa y menea su cuerpo. Indeciso en bajar, espera a que alguno de sus padres responda al pequeño berrinche, haciendo más notable los morritos de sus labios gruesos. El padre sube unos cuantos escalones, estira sus fuertes brazos y el niño salta muy feliz, siendo atrapado al instante. Si no hubiera hecho ejercicio desde sus veinte años, seguramente hubieran caído juntos, sin embargo, se da el lujo de alzarlo en el aire unas cuatro veces, sacándole risas escandalosas. La madre los interrumpe con unas señas, ambos dejan de jugar y bajan juntos las escaleras, saliendo en familia.

"¿Y si voy contigo, mami?" Inocente, el hijo pregunta desde atrás, abrazando su mochila semi vacía.

"No, Honey, hoy papá te va acompañar en la junta, será sólo por hoy porque me llamó Santa Clos" Argumenta la madre usando una blanca mentira, viendo cómo su hijo se emociona más.

"Por eso quiero faltaaar" Alargando la vocal, el niño mueve sus piernas de adelante para atrás.

"Honey, ya pronto lo verás, resiste unas semanas más, ¿no quieres ver a Changkyun?" Su padre utiliza chantaje, eliminando la pequeña rabieta en el menor.

A partir de ahí Jooheon se puso hiperactivo y habló el resto de viaje sobre su único y primer amigo en la escuela, porque resultó ser el segundo coreano que de milagro no ha olvidado su idioma natal, entonces, el empalagoso de su hijo se aferró a él, ya que no tiene que practicar el inglés. Como está ocupado trabajando, su esposa es quien va a las juntas de padres, y por primera vez su jefe le permitió asistir a esa junta porque extrañamente a su esposa la solicitaron para solucionar el problema de un contrato en su empresa. El día inició al revés.