2-Olivia y el alcohol.

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El capítulo que van a leer a continuación tantea temas delicados.

Los personajes harán y dirán cosas moralmente no aprobadas; al principio sonarán chocantes pero en el desarrollo entenderán que cada cosa era debida para que la historia evolucione, cambie y se desenvuelva de la manera que debe ser. Respetemos y entendamos que se trata de ficción, muchísimas gracias por entender ♥♥♥.

Capítulo dos: Olivia y el alcohol.

Olivia, inconscientemente consciente...

— ¿Estás bien?—susurró su voz preocupada, sentí sus dedos rozar con mi nuca levantando mis cabellos, ayudándome a expulsar todo lo que pudiera en el retrete. Mi cabeza da tantas vueltas que no puedo ver las cosas con nitidez.

Probé enfocando mi vista en la mano izquierda pero no hubo remedio. Mi visión estaba tan inestable como mi vida amorosa.

—No puedo vomitar, —informé sin dejar de ver mi mano—Intenté pero no puedo...

Estoy entre dormida y despierta, el alcohol relajó todo mi cuerpo, no puedo evitar soltar estupideces aún estando mi cabeza consciente.

—Liv debes intentarlo, —decía la voz lejana de Dion. Ella es increíble, siempre está dispuesta a ayudar a los demás. —Intenta estimular tu garganta.

No entiendo nada, esto es nuevo para mí. Nunca me había purgado, es tan asqueroso pero por alguna razón no me interesa que lo sea. Había intentado hacerlo en otras ocasiones, cuando se acercaba la etapa veraniega de mostrar piel y me sentía gorda. Sin embargo, nunca pude hacerlo, me era imposible hacer que mi cuerpo expulse la comida. Se negaba a hacerlo, entonces recurría a las dietas extremas o evitar algunas comidas.

¿No lo sabías, verdad? Claro, nunca lo había mencionado. Estabas muy ocupado en ti para notar algún percance en mi salud.

¿Purgarme? Nunca pude entenderlo o hacerlo bien, mi cuerpo jamás cedió y creo que fue mi culpa. Lo hice demasiado suave.

—Si no lo haces te sentirás horrible por la mañana y Nana se enfadará mucho contigo, —dijo Dion sobando mi espalda con gentileza.

Esto no es bulimia y no puedo comparar una enfermedad con alcohol es enfermizo, esto se trata de quitar todo el alcohol que tengo encima, de otra forma por la mañana conoceré una dolorosa resaca. Sin cuidado, mi cuerpo recibió la orden, mis dedos se deslizaron por mi boca atragantándome con bestialidad.

¿Estoy tan ebria que ni siquiera puedo controlar mis dedos? Sí, al aparecer mi consciencia está intacta pero no mi cuerpo.

Luego de limpiarme caminamos a quien sabe dónde, una ventisca azotó mi cuerpo caliente, reí ante la divertida sensación.

—Te sentarás aquí hasta que se te pase, —ordenó Dion mirando detrás de mí. —enseguida regreso.

Me dejó sentada en una maceta de tierra seca.

¿Por qué me siento más ebria que antes? No siento el efecto desvanecerse, siento mucho calor y ganas de bailar aunque ni siquiera puedo mantenerme erguida.

Mi visión está algo defectuosa aún, puedo ver las cosas de cerca pero a lo lejos solo veo a todas las cosas del jardín bailar.

Qué extraño es el alcohol...

— ¿Quieres agua?—se oyó.

Mi mirada recorrió el cemento del suelo buscando pies.

Bip, bip, bip, bip.

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