4 - Olivia, Clio y Lara

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Capítulo cuatro: Olivia, Clio y Lara.

Olivia

—Entonces le grité "¡Eres un idiota!"—chismea Lara entre risas. Lleva una hora hablando de Dios sabe quién—Es el amigo ideal, me gusta invitarlo a casa porque obedece a mis caprichos, es un bebé.

Un bebé... o un idiota. 

Acabo de tragar la segunda pastilla para una tormentosa jaqueca que me causó el alcohol, hace frío, son las putas diez de la maldita mañana y tengo que tolerar los irritantes chillidos de Lara por un chico. 

¿Podría el universo detestarme más?

Mi noche terminó de la peor manera, luego de vomitar hasta la conciencia me dormí profundamente en la cómoda cama de Clio. Sin embargo, me despertaron temprano porque a la insoportable de Lara se le ocurrió venir justo ahora.

Y Arsen... fue tan vergonzoso verlo a la cara luego de esa incómoda conversación. Y también lo que pasó después de esa conversación. Para mi suerte él se marchó temprano.

— ¿Y?—preguntó Lara acercándose peligrosamente a Clio. — ¿Cómo estuvo anoche?

Aquí vamos.

Clio soltó una risotada. 

—Liv se emborrachó hasta vomitarle el rostro a Arsen.

Clio y Lara rieron burlándose.

— ¡Eso no fue así!—me defendí exasperada. Técnicamente le escupí el rostro al inicio de la noche.

—Oh cierto, no fue así. —Ambas comenzaron a calmarse hasta que Clio continuó, —también se vomitó la ropa.

Eso sí sucedió. Luego de nuestra incomoda conversación ambos entramos en la casa y bebí un poquito más, demostrando cuánto me importaban sus órdenes.

No le veo la gracia, perdí mi dignidad, mi ebria dignidad.

—Como sea, esas estupideces son justificadas.

—Ajá, así como tú presencia también justifica lo virgen que eres—soltó Lara chocando los cinco con Clio.

Que manera de desperdiciar oxígeno.

—Luego de vomitar en sus propios pies, en el baño y en el jardín se fue a MI cama—se quejó Clio asqueada. ¿Tan mal estaba? Recuerdo todo excepto unos cuantos detallitos.

—Se nota cuánto se divirtieron toda la noche...

Clio la rodeo con sus brazos asfixiándola.

—Si que te extrañamos.

Lara Pease, una joven de dieciocho años, mandíbula ovalada, cabellos rojizos lacios y cortos a la altura de sus pequeños hombros que repudiaba ella misma frente a su reflejo, una altura promedio y unos grandes senos que resaltaban en todo su delgado cuerpo. Ella no podía tolerar vivir consigo misma, sus ganas de destruir cualquier rastro de humanidad en ella eran insaciables. Pero siempre fue tan espontánea y agradable de ver que su gracia era indiscutible.

Lara, Clio y yo. Somos las clásicas amigas de secundaria "el grupo de tres" con ocho años de amistad (de tolerancia diría yo).

Desde hace tiempo Lara y yo no teníamos mucha afinidad. Inconscientemente busco una excusa para enojarme con ella, cualquier cosa que ella haga me enfada.

Mi problema con Lara es muy simple; No puedo perdonarla. Somos un matrimonio desgastado.

Pero no voy a entrar en detalles, solo no puedo perdonarla aún, es todo lo que debes saber.

Self LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora