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Ubaldo

Hoy no pude posponer la junta y ademas de eso debo quedarme un par de horas en la oficina.

Aunque hoy no pueda estar muy presente con mi hijo desde aquí comenzaré mi plan para hacerlo feliz, el primer paso ya está completo, ya le he conseguido un psicólogo, muy profesional y con buenas recomendaciones.

Pero eso no es suficiente, mi hijo quiere amar, y eso se le va a cumplir. Pero el no puede enamorarse de cualquiera, por ello he decidido que encontraré al "novio perfecto" para mi hijo. Este debera cumplir con todas las expectativas que he pensado pero sobre todo será elegido de acuerdo a los gustos de Diego.

1. Educado.

2. Responsable.

3. Atento.

4. Inteligente.

5. Simpatico.

6. Carismatico.

7. Leal.

8. Debe saber como amar correctamente a Diego. (mas importante)

*knock knock*

Ese sonido me sacó de mi tarea, guardé el anotador donde habia apuntado todo para llevar a cabo mi plan.

Pase- exclamé- al abrirse la cuerta vi a mi asistente, a su lado se posicionó un joven.

-Sr. Ortega, le presento a Mateo Symanski, el estará trabajando con nosotros- estreché mi mano con el joven- el Sr. Symanski estudia en la misma universidad que su hijo Diego y el Sr. Cuauhtémoc.

-Oh, entonces debe conocer a mi adorable hijo- le dije mientras lo invitaba a sentarse, Elsa por su lado se retiraba de mi oficina.

-Si Sr. Ortega, de hecho compartimos algunas clases- dijo dejando escapar una diminuta sonrisa.

-Ya veo...- Me quedé observandolo, podia llegar a ser uno de los candidatos de mi plan, pero necesito conocerlo mas, debe complir con todo.

*Mateo*

Me desperté temprano, hoy es mi primer día de trabajo, he tenido la suerte de quedar como ayudante de Ubaldo Ortega.

Al llegar a la oficina del Sr. Ortega nos saludamos y el me invitó a sentarme, pero luego comenzó a hablarme sobre Diego, su hijo, conozco al chico, tenemos algunas clases en común, aunque estos últimos días no ha estado yendo a la universidad.

Luego de esa charla sobre el primogénito Ortega, el Sr. comenzó a entrevistarme, no voy a negar que estaba nervioso, quería que el tenga la mejor impresión de mi.

-Bueno Mateo...- en este momento siento más nervios que antes- me agrada tu actitud, estás totalmente aprobado- sonrió ampliamente y estiró su mano, la cual estreché, por fin puedo respirar tranquilo.

*Knock Knock*

Decidí no prestar atención a nada más que el trabajo que me asignó el Sr. Ortega, así que no me di vuelta a ver quien era.

-Pase- dijo el Sr. con un tono más alto y escucho la puerta abriendo y cerrándose.- hijo, que agradable sorpresa, ven permíteme presentarte a alguien- entendí que se refería a mi por ello me di vuelta y me levanté de la silla.

-Hola, un gusto me llamo Diego- me sonrió mientras estiraba su brazo, le correspondí y devolví la sonrisa, no quería soltar su suave mano, pero supongo que de no hacerlo se vería extraño, hasta para mi lo es de solo pensarlo.
-El gusto es mío, mi nombre es Mateo Symanski.

¿Que me pasa?
¿Porque no puedo dejar de verlo?
¿Porque quiero que me sonría y sentir la suavidad de sus manos?

Esas preguntas han estado rondando en mi mente desde que Diego se retiró.

-He terminado mi trabajo, y al levantar la vista veo que mi jefe está sonriendo mirando un anotador y anotando algo.
-Sr.- dije para llamar su atención- he terminado.
-Muchas gracias por tu trabajo de hoy Mateo, puedes retirarte, nos vemos mañana.
-Gracias, hasta mañana- dije saliendo de allí.

Conecté mis auriculares al teléfono.
Suena "Do i wanna know?", pasé por Starbucks donde pedí un café y dos croissants para llevar, quería solo llegar a mi casa, me sentía cansado, pero no solo por el trabajo, si no por no encontrar respuestas lógicas a las preguntas que mi mente creó.

Mi maldita mente seguía pasando la imagen de la sonrisa del Ortega menor, y recreaba la sensación de sus suaves y pequeñas manos, mi piel se estremeció.

¿Que es este sentimiento? Es tan nuevo para mí.

Ubaldo cupido - matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora