Al terminar de cenar los jóvenes se organizaron para luego ir a la fiesta.
Andrés dejaría a Mateo en el departamento de este para poder ducharse y cambiarse la ropa y el iría a su casa a hacer lo mismo. Cuando le avise que ya estaba preparado volverían a la casa de Diego quien ya estaría listo, le devolvería las llaves del auto a sus padres quienes seguían allí.
Por recomendación de los adultos irían y volverían en Taxi.
La noche cálida, las estrellas brillando, la luna iluminando, los jóvenes en las calles yendo y viniendo, era una noche prometedora.Diego
Mis manos masajeando mis cuero cabelludo, la espuma del shampoo caía por mi cuerpo debido a las potentes gotas de agua de la lluvia artificial, el vapor se elevaba.
Suelo bañarme con agua caliente sin importar si el clima exterior era caluroso, considero esto relajante.
Pasaba el jabón por la esponja y luego a esta por mi cuerpo, anelando que se impregne en mi piel el aroma suave del jabón.El sonido de mi teléfono anunciando una notificación me sacó del momento agradable que estaba teniendo.
Cerré el grifo y busque la toalla para secar mis manos.
Vi que era de Andy, decía que ya había llegado a su casa y comentaba lo incómodo que fue estar solo con Mateo en el auto.
Contesté con un "Jajajaja" y aproveché para reproducir Nico and The Niners de Twenty One Pilots.
Canté despreocupado, nadie podría escucharme.
Volví a la ducha para quitar los restos del jabón y cantar un poco más.Al terminar sequé mi cuerpo con la toalla de forma suave para no lastimar la piel, luego seguí con el ritual crema humectar y loción corporal.
Con la toalla en la cintura salí hacia mi habitación.
¿Que me pongo?
Este si que era un problema en este momento.
Espero no lucir ridículo, ni llamativo aunque tampoco aburrido.
Una camisa hawaiana oscura de manga corta y un jean negro estaría bien.
Accesorios.
Busque un cinto negro y un collar de cadena de plata, y los anillos de siempre.
Unos socks cortos y Vans clásicas.
Bueno, creo que estoy listo.
Me acerqué al espejo de cuerpo completo.
Toqué mis brazos, tan delgados.
Mi piel tan pálida.
Bajo mis ojos las ojeras tan oscuras, parecía oso panda.
Está claro el porque yo nunca sería la opción de nadie, ni la primera ni la última.
Estaba absorto a los que reflejaba el espejo.
Unos golpes en la puerta de mi habitación me devolvieron al presente.
Intenté fingir mi mejor sonrisa.Andrés al verme sonrió un poco apenado, supongo que se siente mal por lo que pasó antes, le mostré una sonrisa más amplia para que sepa que todo está bien, no estoy enojado, no podría enojarme con el por algo tan tonto.
Bajamos y ahí estaba Mateo, de espaldas, estaba hablando con mi padre quien al verme sonrió complacido, feliz de que no pase otro día encerrado en mi habitación.Mati se dio vuelta y con la misma expresión relajada de siempre me dijo -Hola de nuevo.-
El taxi paró frente a la dichosa privada donde se daba la fiesta.
En la entrada había jóvenes fumando y conversando entre ellos que al vernos entrar nos saludaron de forma genuina.Había luces de colores, tragos de todo tipo, la música sonaba fuerte y clara, el calor producido por el movimiento de muchos cuerpos en un espacio cerrado, era una auténtica fiesta universitaria.
Tanto Andy como Mati habían encontrado a varios compañeros quienes se acercaban a saludar y se quedaban.
Me sorprendió la facilidad que tiene Andrés para socializar.
Me gustaría ser como el en ese aspecto.
Los amigos de Mateo parecian agradables hasta intentaban incluirme en su charla pero mi timidez y sentimiento de inferioridad me hacían retroceder.
Al ver que mis acompañantes estaban distraídos en sus asuntos decidí acercarme a la improvisada barra y pedir un tequila.
Había un grupo de cinco varones allí, uno de ellos me miró y arrastrando las palabras por el estado de ebriedad dijo -Oye, niño ¿No eres muy pequeño para estar aquí?- Sus amigos rieron.
Paso de hablar con borrachos, son muy tercos.
El encargado de la barra me da el pequeño vaso y rápido consumo el contenido sintiendo una mezcla entre calor y ardor.
Otra vez el borracho intenta llamar mi atención con sus amigos atentos.
- Así que el niño bebe- las risas estúpidas de sus amigos me causaban molestia, rodé los ojos y me decidí a responderle.
-¿Puedes dejar de molestarme?
Intercambió miradas con los suyos y sonriéndome me examino de arriba a abajo hasta volver a mis ojos.
-Te dejaré en paz, solo si hacemos una pequeña competencia- propuso.
Y en este punto accedí, no quería tener que seguir lidiando con el.
Al notar que no me negué continuó- El que toma más shots de tequila gana- su sonrisa arrogante colmó mi paciencia.
-Empecemos, ya quiero dejar de escucharte- dije y sus amigos lo miraron esperando su respuesta pero solo se limitó a pedir las bebidas.
1, 2, 3, 4 , 10, 11...
La gente se aglomeraba a nuestro alrededor y haciendo el conteo.
El alcohol me hacía sentir confiado y capaz de cualquier cosa.
Llevaba el decimoquinto shot a mi boca cuando una mano me lo arrebata, mi ceño fruncido se deshizo al ver que era Mateo.
Ya hasta me había olvidado que vine con el.
-Oye, tú, estamos compitiendo-.
Mateo solo lo miró restando importancia y con su otra mano me jaló del brazo sin lastimarme.
-No me digas tu noviecito no te deja tomar, cariño- le dedique mi mirada más furiosa, los demás solo corearon "ou".
-Diego, vamos- Habló Mati, estaba serio otra vez.
-Es una lástima que tengas novio, niño, pensaba llevarte a la cama- dijo moriendose levemente el labio.
-¿Quier- me vi interrumpido por Mateo que vacío el shot en la cara del tipo.
Tomó mi cuerpo y me puso adelante de él dirigiéndonos a la salida.El clima había cambiado y el aire era muy fresco, miré la hora en mi teléfono.
05:45-¿Y Andy?- pregunté encogiendome por el frío, al notar esto quitó de sus hombros el suéter, lo pasó por mi cabeza y yo hice lo demás- Gracias-.
-Creo que sigue adentro ¿Puedes mandarle un mensaje?-.
-Claro- redacté el mensaje avisando que estábamos afuera y lo envié.
Nos sentamos en una banca, era un poco incomodo el silencio hasta que el lo rompió.
-Diego, yo quisiera saber algo- lo miré y siguió- ¿Te sientes incómodo cuando estás conmigo?
Espero que la oscuridad de la noche ayude a que mis otra vez sonrojadas mejillas pasen desapercibidas.
-¿Por qué lo preguntas?-
-Solo responde, no me voy a molestar ni nada parecido- Tomó mi mano que era pequeña a diferencia de la de él.
-No-.
Parece que mi respuesta le gustó, vi como su cuerpo se relajaba y en su rostro aparecía una sonrisa, nuestros ojos estaban conectados, sentí que no había nada ni nadie a nuestro alrededor.
Su cuerpo se acercó al mío y yo por primera vez no me alejé, solo me quedé quieto, miré su cara, tan atractiva, sus largas y rizadas pestañas, sus ojos color cielo, y sus labios rosados y carnosos, volví a mirarlo a los ojos y el cortó la poca distancia.Sus labios y los míos chocaban y se volvían a encontrar, absorbía y mordía mi labio inferior, abrí un poco mi boca y el sin dudarlo metió su lengua la cual succioné de la forma más sensual que pude, dirigió sus manos a cada lado de mi cintura pegándome a su cuerpo, sentí un cosquilleo en mi estómago ante el tacto, una de mis manos acariciaban su nuca y la otra recorría desvergonzada su abdomen marcado.
Tomó un poco de distancia y levantando mi cadera me sentó en sus piernas, volvió a besarme y a acariciar mi cuerpo ya sensible, la sensación era exitante.
En el intento de acomodarme mejor moví mi cadera hacia adelante, no fue mi idea más inteligente, sentí algo duro debajo de mi trasero.De pronto me puse nervioso y me alejé.
-Lo siento- ambos nos miramos sorprendidos tras haber dicho lo mismo.
-Yo, no debí hacer eso- dijo arrepentido, sentí un dolor fuerte en mi pecho, mi poca autoestima se fue- no debí hacerlo porque estas ebrio y estaría aprovechandome de ti-.Así que era eso, sonreí y dejé un pequeño beso en sus labios.
-Tranquilo Mati, todo está bien, tienes mi consentimiento, pero estamos en un lugar público- el pareció entender el porqué de mi reacción y me abrazó más relajado.
Escuchamos unos pasos acercándose y nos reincorporamos.
-Por fin los encuentro- dijo Andy sonriente, más que siempre, ya me contará.Pedimos el Taxi y cada uno bajó en su casa, primero yo pues era el que vivía más cerca.
Entré y al parecer mi padre estaba ya durmiendo, subí cauteloso para no molestar.
Me dí una ducha rápida evitando mojar mi cabello.
Ya seco y con el pijama puesto me fui a dormir feliz, luego de muchas noches llorando hasta caer rendido en sueños, por fin me siento feliz.Abrazando el suéter de Mati que tenia su perfume me deje ir al mundo de los sueños.
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Ubaldo cupido - matiego
RomanceUbaldo Ortega quiere hacer feliz a su único hijo quien debido a un rechazo amoroso está sufriendo depresión. Su objetivo es buscar a alguien que cumpla las condiciones para ser la pareja de su primogénito, alguien que pueda hacer que olvide a Cuauht...