Harry. Harry, vuelve a tu asiento, no camines. No, Harry, no. Es mala idea. ¡Harry, niño terco, regresa! ¿Qué estás haciendo? Harry, hazme caso. Harry no jodas, esto saldrá mal. Regresa a tu asiento y finje que sólo te paraste a tirar basura. Harry, detente. ¡HARRY!
La vocesita de conciencia abrumaba a Harry a cada paso que daba, pero estaba convencido de hacerlo.
-¿Puedo ir al baño?- preguntó el rizado. La profesora asintió sin despegar la vista de su libro de literatura inglesa renacentista. Hamlet.
Los ojos azules del castaño pasando por el corredor había captado la atención de Harry a mitad del cuestionario que resolvía en ése momento. ¿Pero qué harían unos ojos celestes, pequeños y expresivos, rondando los pasillos de su escuela?
Louis se mostraba neutral caminando entre las aulas del instituto. El pequeño trabajo de llevar a una escuela el capuchino con leche deslactosada de la directora de esta escuela no le haría nada mal; el sencillo trabajo de cargar un vaso a unos cuantos pasos del Starbucks le haría ganar unos cuantos dólares extra.
Harry seguía al chico sigilosamente hasta la oficina de la directora. Uno, dos, tres escalones; cuatro cinco, seis, sie...
-¡Oye!- Harry había tropezado con el ojiazul. El café se había derramado en la ropa de ambos.
-Yo... Lo siento.-
-No, yo... Está bien. ¿Por qué me seguías?-
Mierda se dio cuenta.-Eh.. Yo creía que te conocía.-
El cubo de rubik en la cabeza de Louis acomodó las piezas para intentar recordar el rostro del pequeño rizado con cara de cachorro y piel de...
-¡Blanca Nieves!- recordó Louis
-¿Qué?- perfecto, él se acuerda de la manera menos atractiva de mí.
-Eres el chico del antro, ¿cierto?-
-Sí.- suspiró Harry, resigando por que el chico recordara su estupidez.
-¿Estudias aquí?-
No, sólo me gusta andar rondando específicamente ésta escuela con el uniforme puesto.-Lo siento, eso sonó muy estúpido. Digo, llevas el uniforme.- dijo Louis riendo.-Le llevo éste café a la directora. ¿Sabes dónde es su oficina? Llevo recorriendo la escuela por cada edificio como por media hora.-
-¿Quieres que te lleve a su oficina?- oh no, eso fue algo riesgoso. Sonó tan infantil.
-¡Sí! No sabes cómo te lo agradecería.- respondió aliviado el mayor.
Yo sí sé cómo puedes agradecermelo.
La puerta azul que indicaba la oficina a la que Louis debía llegar se encontraba justo en frente de ambos. ¿Por qué Harry no preguntó el nombre del ojiazul para después poder presentarse? ¿Por qué todo ese silencio en el trayecto no habló Louis?
-Gracias.- le agradeció Louis con una sonrisa.
-De nada.- Respondió Harry dejando mostrar su hoyuelo. El rizado se dio la vuelta y decidió volver al aula sabiendo que su plan había fracasado.
-¡Espera! ¿Cómo te llamas?-
-Harry- contestó sorprendido y agradeciendo a Dios la oportunidad de presentarse con el castaño.
-¿Tienes celular, Harry?- le preguntó Louis.
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MOONLIGHT
Random-¡UN LOBO! ¡UNA BESTIA! ¡AYUDENME POR FAVOR!- Mis manos estaban ensangrentadas, sabía qué estaba haciendo. Pero no iba a parar. El olor de la sangre era siempre tan seductor que me calaba los huesos y sacaba mi instinto. Sangre, sangre. Ese líquido...