Capítulo 3

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El lugar estaba estallando de gente, las luces estroboscópicas y la máquina de niebla envolvía a las personas en la pista mientras sus cuerpos se rozaban debido a el exceso de gente. Muchos estaban en la barra platicando o haciendo competencias de shots. Harry intentó hablar pero su voz se perdió en la estridente música. No podía creer en dónde estaba y qué estaba haciendo; Harry se había dejado convencer por algunos chicos de su grupo de ir junto con Niall a una fiesta llena de universitarios, donde había barra libre solamente para probarles a ésos chicos que no era un niñito. Iba acompañado de Niall y un chico un grado mayor que ellos. Harry ya no era un niño pequeño, estaba en la fiesta y eso era prueba de que podía hacer cosas como los mayores. El problema fue cuando entró al gran salón infestado de gente mucho mayor que él, no veía a nadie a la vista de su escuela y mucho menos de su edad.
Diez y seis años, tienes diez y seis años. Pronto cumplirás los diez y siete Harry, no te intimides. Compórtate como tal.

Niall y Harry estaban estáticos cerca de la puerta sin decir palabra, tan solo observando y esperando que el otro dijera qué hacer. Porque la verdad esque nunca habían estado en una fiesta de ese tipo y no sabían qué hacer, ya que el chico que los trajo los había abandonado quién sabe cuándo.

-¿Y...?- dijo Niall para romper el silencio.

-Y... ¿Va-vamos a la barra?- preguntó nervioso Harry. Niall asintió con la cabeza, en ese momento cualquier propuesta era buena porque no tenía idea de qué hacer.

Ambos se sentaron en la barra y miraron incómodos a los bailarines en la pista, como esperando algo, lo que sea. Como que de repente alguien conocido se apareciera y les hiciera la platica o como que una chica se acercara para ir a bailar con ellos.

Justo por la puerta principal, Zayn, Louis y Lev, acompañados por dos chicas entraban y se dirigían a la barra.

-¡Hey! ¡Chicos!- gritó una voz ronca pero juvenil a la espalda del rubio. Liam. ¡Por fin una cara conocida! El castaño se acercó y los saludó aliviado, era probable que Liam hubiera venido también para probar que no era el cachorrito inocente que todos creían, y al igual que ellos, debía de estar perdido en esto al igual que ellos.

-¿Con qué van a empezar las damas?- preguntó Lev, a modo irónico, pues las chicas que había traído eran nada menos que unas malditas zorras borrachas.

-¡Shots!- gritó emocionada una de ellas, ésto provocó la risa de Lev y Zayn.

-Espero que ellas no crean que pagaremos un centavo de su cuenta. ¡Toman más que un camionero!- dijo Zayn a Louis riéndose, sin ser escuchado por las dos chicas.

-Dame shots de vodka azules como aquellos para las señoritas, y.. ¿Louis?- preguntó Lev, mientras se dirigía al chico que atendía la barra.

-Sólo una cerveza, Lev. Alguien los tiene que cuidar.- respondió el ojiazul riendo.

Lev y Zayn se echaron a reír y las chicas sólo sonrieron, como las zorritas rubias saben hacer.

-¿Y...? ¿Qué tal se la están pasando?- preguntó Liam.

-Ehh... Bien, bien. Y-y ¿Tú?- respondieron al mismo tiempo.

-¿Quieren sinceridad? No tengo idea de qué hacer. ¿Quieren que les mienta como lo haría a un chico mayor si me preguntara? Genial, la fiesta está cool.- respondió Liam, liberando la tensión al decir lo que había rondado por la cabeza de los tres por una hora. Sí, una hora. Habían estado UNA HORA sin hacer nada, sin saber qué hacer, mirando la pista recargados en la barra. El rizado se sintió liberado, no era el único de sus amigos que se sentía incomodo y agobiado por estar ahí.

Las risas borrachas de Debanny y Staycey agobiaban un poco a Louis, intentando arrastrarlo a la pista para bailar. Pronto, Lev y Zayn fueron a la pista con ellas; sus amigos sólo estaban un poco borrachos, aún aguantaban y no cometían estupideces como otras personas en la fiesta. Así que Louis y su segunda cerveza de lata, aún sobrio, se quedó solo en la barra mirando a los demás. Una bebida colorida llamó sus atención al otro lado de la barra. Era un vaso con forma de cono invertido cortado en la punta, con un líquido que degradaba de azul en el fondo a blanco, parecía tan solo vodka con algo de refresco y colorante, con una manzanita verde rebanada adornando. Una chica que se veía mucho menor a él, tal vez de unos diez y siete años, pelirroja teñida, hablaba con un hombre que parecía de cuarenta años y después con el barista. La chica agarró la bebida y disolvió una pequeñísima pastilla en el vaso. Todo esto captó totalmente la atención del castaño e intentó seguir con la mirada a la chica para ver a dónde y con quién se dirigiría.

-Woah...- se le escapó a Harry al ver una guapísima chica pelirroja teñida acercarse a ellos ¡Y de su edad! Al fin algo bueno en esta incómoda noche resultaba bien.

-Hola, me llamo Clarisse. ¿Y ustedes?- dijo la pelirroja. Todos contestaron y comenzaron a platicar sobre la fiesta.

-Parece que es su primera vez aquí.-

-¡Lo es!- soltó Liam, ganándose un codazo por parte de Harry.

-Bueno, ehhh... L-la de él sí, es decir... Yo...- contestó nervioso el ojiverde, intentando en vano quedar como un infante ante la chica. Aunque ella soltó una risita.

-A que no se pueden tomar ni entre los tres un especial de manzana verde.- los retó la muchacha acercándole el vaso.

-A que sí.- le respondió Harry retador. No dejaría que nadie pensara que era un niño. Mucho menos alguien tan atractiva como ella.

-Harry, no creo...- masculló Niall, pero fue acallado por la dura mirada verdosa del rizado y la voz de la pelirroja pidiendo al barista la bebida.

Niall y Liam se miraron preocupados por la tontería que su amigo iba a hacer. Pero no dijeron nada, así son los hombres.

-¡ESPERA!- gritó una voz dulce pero masculina, cuyo propietario sujetaba el hombro del chico.- ¡Escucha! ¡Ella le ha hechado algo hace rato! La ví hacerlo.-

Harry se detuvo en seco, no lo podía creer. Casi se había dejado drogar por una atractiva chica. Significaba que ella le había visto la cara de inocente o idiota. Cualquiera de esas dos opciones era horrible y le llenaba de ira. ¡Él no era un iluso! ¿Cuántas veces habría que repetirlo?

La niña sólo se fue huyendo, eso era delito y la podrían meter a la correccional.

-¿En qué pensabas blanca nieves eh?- le espetó el castaño ojiazul a Harry. Y de hecho, irónicamente, la situación cuadraba como en el bendito cuento. Aunque el chico había hecho la referencia debido a la piel lechosa del niño.-¿Eres idiota o qué? Nunca aceptes bebidas de extraños, mucho menos de chicas bonitas. ¿Me captas primerizo? ¿Sabes qué es la trata de personas eh, niñito? ¿Sabes cómo funciona?-

Ése momento se suponía que era en el que Harry se enojaba, le reclamaba al extraño que él no tenía poder sobre él porque era un completo desconocido, le reclamaría por tratarlo como un estúpido niño y dejarle en claro que tenía diez y seis años bien cumplidos y ya no era un niño pequeño. Después, el rizado se iría molesto y saldría por donde entró. Pero no fue así.

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