-¡Sophie!- exclamó Oliver Wood llamando la atención de la rubia que acababa de salir de la clase de pociones, confundida se dio la vuelta dejando escapar una suave risa al ver a su novio que parecía que acababa de correr un maratón; se despidió de sus amigas asegurando que las alcanzaría en el comedor y se acercó al Gryffindor que apoyado en sus rodillas trataba de recuperar el aire.
-Oliver, ¿Estás bien?- el castaño asintió, se enderezó dedicándole a su novia una cansada sonrisa- ¿Qué sucede?-
- Llevo buscándote toda la mañana-
-¿No podías esperar hasta las 6? porque no has olvidado nuestra cita, ¿Cierto?- interrogó. No sería la primera vez.
-No, claro que no lo olvidé pero quería hablar sobre eso. No voy a poder ir- respondió luciendo ligeramente culpable. Sophie frunció el ceño.
-Tiene que ser una broma-
-Vamos linda, es algo importante y te lo voy a compensar-
-¿Si? ¿Qué es tan importante como para cancelarla?-
-En unos días Slytherin tendrá partido contra Hufflepuff, vi el que tuvieron con Ravenclaw y son muy buenos pero estoy haciendo una estrategia que puede que-
-No puedo creerlo- interrumpió al castaño- ¿por eso vas a cancelarme? por el maldito quidditch- bufó
-Sabes que es importante para mí- respondió frunciendo el ceño- es mi último año, mi última oportunidad de ganar la copa para Gryffindor-
-¿Y no podrías pensar en tu estrategia otro día?-
-Solo quedan 2 partidos y-
-Y eso justifica que siempre me canceles- respondió la rubia cerrando fuertemente sus ojos en un intento de que no escaparan las lágrimas acumuladas.
-No es eso. Tú sabías desde que comenzamos que yo amo el quidditch... Solo es un día, lo compensaré- intentó tomar sus manos. La rubia retrocedió abrazándose a sí misma. Suspiró.
-Tienes razón. Tendría que saber que siempre estaré después del quidditch en tu lista de prioridades- respondió con una falsa sonrisa.
-Sabes que no es así-
-Los hechos hablan por sí mismos. El mayor tiempo que paso contigo es durante clases. Intenté de todo para que esto funcione pero ya estoy harta, no hay lugar para mí en tu agenda-
-Solo es una maldita cita-
-¿Y la semana pasada que, después de mover todo mi horario para poder verte, me dejaste plantada? ¡ni siquiera tuviste la decencia de avisarme!- Acusó. Oliver se encogió en su lugar- cinco de cada diez citas me has cancelado y la mitad del resto me has dejado plantada- exclamó.
-Yo-
-Me dijeron que estar contigo era un error, que justamente esto iba a pasar. Tenían razón.- Interrumpió. Lágrimas corrían por sus mejillas. Se quitó la mochila buscando furiosamente un sobre en el fondo de ella. Lo encontró.
-No digas eso Sophie, sabes que yo te amo pero no puedo distraerme en este momento por-
-No te preocupes- interrumpió apartándose de Oliver que intentaba rodearla con sus brazos, se colocó la mochila.- Ya no tendrás que preocuparte por esta distracción. Esto se acabó.- Se limpió las lágrimas furiosamente con el dorso de la mano que sostenía el sobre.
-No. Sophie no puedes-
-Cállate, no quiero escucharte- interrumpió. Pegó con fuerza el sobre a su pecho que cayó al retirarse. Se dio la vuelta comenzando a caminar.