-¡Quieto!- exclamó Elizabeth en el primer peldaño de la escalera con trapeador en mano. Por primera vez en meses se encontraba sola en casa. Los mellizos se habían ido con Bill y Fleur a pasar el día en "el refugio" y su elfina, Lyann había sido prácticamente obligada por ella y su esposo a tomar vacaciones. Llevaba poco más de 4 horas limpiando la casa, tenía el propósito de dejarla impecable y tirar todo lo que ya no servía; principalmente los miles de juguetes que sus hijos se empeñaban en guardar a pesar de que nunca volverían a utilizarlos. Estaba demasiado cerca de cumplir su cometido, acababa de trapear la planta baja y lo único que le faltaba eran las escaleras. No permitiría que el pelirrojo estropeara absolutamente nada de su trabajo, no al menos hasta que hubiera terminado.
-¿Sucede algo?- preguntó extrañado Fred Weasley desde el marco de la puerta de entrada. Decidió salir temprano para pasar el día con su esposa e hijos; pero acababa de encontrarse con la nada frecuente imagen de su esposa con la camisa que él solía usar para estar en casa, unos pequeños short que quedaban parcialmente cubiertos por la gran camisa y llevaba el cabello recogido en un moño despeinado; tenía el trapeador en mano y lo miraba amenazante.
-Tienes lodo en tus zapatos, vas a ensuciar mi piso limpio-
-Se puede volver a limpiar-
-Si te atreves a dejar una sola huella voy a matarte Weasley- el pelirrojo soltó una risa divertido y dejó su maletín a su lado recargándose en el marco de la puerta.
-Nunca dices nada cuando Lyann es la que limpia, hipócrita-
-Era una tonta malagradecida, a partir de hoy el que ensucia limpia-
-Es fácil decirlo, hacerlo es algo totalmente distinto-
-¿Amarraste a los niños para que no pisen tu suelo?-
-No están- respondió Elizabeth y Fred se enderezó rápidamente
-¿Cómo que no están?-
-Bill y Fleur vinieron por ellos-
-¿Y cuando van a regresar?-
-Dijeron que en la noche, por eso me puse a... ¡Qué rayos estás haciendo!- exclamó furiosa al ver cómo el pelirrojo rápidamente cruzaba la estancia. La tomó de la cintura y atrapó sus labios con los suyos.- ¿Qué haces?- preguntó al separarse para respirar.
-¿Hace cuánto que no estamos solos en casa?-
-No lo sé, demasiado-
-Exacto, no voy a desaprovechar esta oportunidad- respondió volviendo a juntar sus labios.
-Pareces desesperado, no es como que hayas pasado mucho tiempo sin sexo, lo hicimos esta mañana- dijo divertida
-Pero ya no salimos de la habitación o el baño- respondió apartándose de su cuello- es buena la variedad-.
-¿Si? ¿Y dónde pretendes que lo hagamos?- el pelirrojo la miró con una gran sonrisa plasmada en su rostro. La tomó por las piernas haciendo que le rodeara la cintura con estas y se dirigió con ella a la cocina.
-¿Y si mandamos a los niños una temporada con Bill y Fleur?-
-¿En serio estás considerando mandar a la niña de tus ojos lejos?-
-Solo un par de días, necesito tiempo a solas con mi esposa- respondió Fred apretándole contra su pecho. Tras varias horas por fin habían llegado a descansar a su cama. Hacía un buen rato ya que había oscurecido por lo que los niños estaban a punto de llegar.
-Pasamos tiempo a solas-
-Con los niños en la otra habitación. No puedo disfrutarte igual. Además hace tiempo que no salimos-
-Podríamos dejarlos a dormir con sus abuelos uno de estos días-
-Tu padre los malcría demasiado-
-Igual que los tuyos-
-Son sus primeros nietos.- justificó- Da igual con quien se queden, solo quiero tiempo contigo- Elizabeth enternecida subió hasta su rostro para depositar un pequeño beso en sus labios.
-Es tiempo de que te vistas- dijo separándose con una sonrisa
-¿Ya va a llegar el otro?-
-En cualquier momento.- bromeó- Ya van a llegar los niños.-
-Los escucharé cuando lleguen-
-Tienes mucho que limpiar abajo-
-¿Es en serio?-
-¡Claro que sí!- exclamó Elizabeth- dejaste huellas por todo mi piso, y la cocina y biblioteca...-
-Vamos Lizzie, me dejaste muy cansado-
-Eras tú el que quería hacerlo por toda la casa-
-No te vi muy negada-
-Muévete- respondió sonrojada. Tomó la sábana y se envolvió en ella. El pelirrojo suspiró y se levantó. Se puso su pantalón de pijama.
-Es la última vez que Lyann se toma vacaciones- refunfuñó al salir de la habitación.