-Deberías alejarte de él- comentó Hermione sin despegar la vista de su libro de pociones- no te traerá nada bueno-
-Vamos Herms, es una buena persona- respondió por lo bajo sin dejar de ver al pelinegro que se encontraba estudiando a unas cuantas mesas de ellas.
-No lo creo-
-Te lo juro. Cuando estamos a solas él-
-Ese es el problema- interrumpió cerrando fuertemente su libro, recibiendo una mirada reprobatoria de Madame Pince. Suspiró.- Solo te trata bien cuando están solos, pero ¿y el resto de tiempo?. No se si se te olvida pero he estado presente cuando él, Malfoy y Zabini se meten contigo. No es nada lindo-
-Tiene que hacerlo por su padre- respondió la rubia enterrando su cabeza entre sus brazos en el escritorio. Hermione suspiró, le dio la vuelta a la mesa para sentarse junto a su rubia amiga y compañera de habitación.
-Sabes que mi intención no es hacerte sentir mal Lydia. Eres mi amiga y por eso te lo digo-
-Él no es malo... y me quiere- susurró.
-Si lo hiciera no te diría esas cosas tan ofensivas jamás. Y no me vengas con que lo hace por su padre. Al diablo él y su padre-
-Lo quiero-
-Pero mereces algo mejor. Eres una de las mejores personas que conozco Lydia; inteligente, amable, astuta, noble y valiente; además eres muy bonita. Mereces a alguien que quiera gritar por todo el castillo que estás con él. No a alguien que te dice mil y un cosas bonitas cuando están a solas y en público solo te humilla. Lo que cuentan son los hechos, no las palabras.-
-No se que hacer- contestó rendida.
-Haz lo que creas que es mejor para ti. Pero ten muy en cuenta lo que te digo... eso no es amor.- Dejando un beso en la frente de la rubia Hermione se fue en busca de Harry y Ron. Lydia soltó un suspiro y volvió a mirar al pelinegro que esta vez la observaba arqueando una ceja. Cuando sus ojos se conectaron Nott dejó escapar su característica sonrisa ladeada esperando el sonrojo de la que consideraba su rubia, pero esta se limitó a fruncir el ceño y tomando sus cosas salió de la biblioteca.
Lydia caminaba tranquilamente en dirección a la torre de Gryffindor cuando una mano cubrió su boca y fue arrastrada, no sin dar batalla, a un aula vacía. Intentaba arañar a su agresor cuando este habló.
-No fuiste- acusó Theodore Nott soltando a la rubia después de haber puesto un hechizo insonorizador.- Te esperé por dos horas en nuestro lugar pero nunca apareciste.- terminó molesto. Ella lo observó sin inmutarse.- ¿No vas a decir nada?-
-Solo una: terminamos.- respondió seria descolocando al castaño.
-Qué dijiste-
-Que terminamos-
-Pero... ¿por qué? ¿qué hice?- preguntó confundido y la rubia bufó.
-¿Es en serio? Qué te parece insultarme con tus amigos cada vez que tienes oportunidad o el mantener nuestra relación en secreto durante dos años porque te avergüenza salir con una mestiza-
-Tú sabes que solo lo hago por mi padre-
-Pues esto es lo que tu padre querría, ¿no?-
-No puedes hacerme esto-
-Yo no te estoy haciendo nada. Solo te doy lo que querías- respondió girándose para salir del aula. Lágrimas se acumulaban en sus ojos y lo que menos quería era que su ahora ex-novio la viera llorar. Una mano se aferró a su brazo-
