Capítulo 11

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—Si vas a matarme solo deja que el chico se vaya de aquí, Yoongi. —le pide débilmente el castaño mientras trata de razonar con el tipo que sostenía el arma. Hoseok aterrado se aferra con su vida al brazo de Taehyung.

—¿Crees que no sé que gracias a este imbécil es que estás vivo? Me han dicho que él te salvó la vida.

—No ha sido su culpa, él me encontró y me trajo aquí.

—Oh, Kim Taehyung. ¿Acaso soy yo o parece que me chuparías la polla con tal de verlo vivir? —pregunta el pelinegro con burla, sus fríos ojos totalmente clavados con furia en ambas personas.

—Él no tiene ninguna relación en esto.

Hoseok se aferra aún más a Taehyung cuando Yoongi realiza el amago de quitarle el seguro al arma.

—Pero tú sí y él te conoce ahora, no dejaré ningún cabo suelto que intervenga en la maravillosa vida que tendremos Jimin y yo —suelta con veneno y le apunta primeramente a Taehyung con el arma sin dudarlo ni un segundo, Hoseok grita aterrado—. Espero que te atragantes en el infierno con las pastillas que le dabas a Jimin, maldito traidor hijo de perra.

Y Yoongi jala del gatillo fallando en el disparo al instante por el cuerpo de Jeon Jungkook tirándose encima de él, la bala había impactado en una lámpara quebrándose de inmediato.

—¡¿En dónde está Jimin?! ¡Habla ahora! —exige con desesperación mientras forcejea con Yoongi.

—¿Qué te hace pensar que te lo diré, bastardo? —responde brindándole un golpe certero en el abdomen que lo dejó sin aire.

—¡Jungkook!

Yoongi sonríe enormemente cuando escucha el nombre salir de los labios de Kim Taehyung, lo ha pillado.

—No me digas que también te preocupa, vaya Taehyung, ¿acaso te gusta toda persona que ves?

Jungkook jadea dolorosamente recuperándose del golpe y de inmediato vuelve a taclearlo con fuerza abrupta; el arma cae debajo de la camilla del hospital. Yoongi en un ágil movimiento lo toma del brazo y le mira con una seriedad diabólica antes de partirle el hueso de manera horripilante.

El grito de Jungkook resonó por toda la habitación. El castaño intentó pararse de la camilla siendo detenido instantáneamente por Hoseok quien le impedía intervenir.

Yoongi aprovecha para buscar el arma que perdió por forcejear. Hoseok reúne valentía quien sabe de dónde para patear el cuerpo del pelinegro con fuerza, Taehyung niega efusivamente intentando levantarse pero para su mala suerte la herida en su abdomen comenzaba a doler, los puntos no tardarían en abrirse si seguía así.

—¡Tú, Jungkook! ¡Levanta tu amargado trasero y ven a ayudarme ahora! —le grita Hoseok angustiado cuando nota a Yoongi levantándose de golpe, trata de esquivar su ataque pero falla recibiendo grave daño en el rostro.

—Maldito hijo de puta.

El arma sigue debajo de la camilla, Hoseok se toca el rostro con dolor y Jungkook está al colapso de desmayarse por el gran dolor de su brazo roto.

Yoongi vuelve a golpear el rostro de Hoseok con fuerza. Taehyung, frustrado de no poder levantarse, no se rinde y vuelve a intentarlo. El chico de tez pálida se burla antes de tomar el arma que estaba debajo de la cama, le apunta al castaño directo al pecho pero sus deseos sádicos se ponen en espera cuando Jungkook y Hoseok se fueron directo hacia a él intentando noquearlo o quitarle el arma, cualquier opción era su salvación.

Los colores del rostro de Taehyung se pierden al escuchar un nuevo disparo, únicamente dejándolos en un silencio.

—¡No, no! ¡Joder!

Hoseok niega frenéticamente indicando que el herido no era él cuando siente la mirada del otro, ambos miran a Yoongi y a Jungkook en busca de saber quién era el herido.

Y Taehyung supo que era Jungkook cuando lo vió caer al suelo entre un gran charco de sangre.

—¡Doctor, doctor! Algo pasa en la habitación. —se escucha un grito femenino del otro lado.

Yoongi le dedica una mirada gélida a los dos chicos antes de escapar de manera victoriosa por la ventana.

Hoseok no podía detenerlo, no al menos a un tipo como él, tan violento y armado.

—¡Jungkook! ¡Mierda, Jungkook! Levántate ahora, ¡házlo! —ordena alterado el castaño levantándose de la camilla sin importarle las quejas de Hoseok sobre su herida.

Un hilo de sangre brotaba por la boca del menor, él respiraba difícilmente a causa del impacto de bala.

—¡Oh, Dios mío! ¡Entren rápido, está herido! —les hace saber la enfermera. Detrás de ella dos hombres enfermeros entran con urgencia para levantar con cuidado al joven malherido.

—¿Qué ha pasado? —cuestiona el doctor mirándolos con angustia.

Hoseok se apresura a contestar al no ver señales de Taehyung por hablar.

—Un tipo entró... e intentó asesinarnos. Él ha escapado por la ventana. Tenía un arma y no podíamos detenerlo.

El doctor niega con una expresión afligida en su rostro, casi apenada.

—Lo siento mucho, él se hizo pasar por un familiar... y por eso la señorita de recepción le dió el número de la habitación.

—...El chico que acaban de llevarse, ¿va a estar bien? —Hoseok le cuestiona inseguro al no saber si era un buen momento debido al estado en shock de Taehyung.

—Un doctor más calificado y mejor que yo está revisándolo, le aseguro que su amigo está en buenas manos —responde mirando a ambos—. Si me disculpan, debo atender este asunto y llamar a la policía para reforzar la seguridad del hospital.

El doctor sale de la habitación y Hoseok se gira para ver a Taehyung, por un momento se asustó de verle así, inmóvil e inexpresivo. Era como si estuviera en una especie de trance mental, pero de un momento a otro lo vió llorar desconsoladamente.

—Primero Jimin y ahora también Jungkook. Él... joder, no quiero que le suceda algo. —expresa limpiando sus lágrimas rápidamente.

Hoseok no sabía si su corazón estaba roto por verle así o solo por las palabras que decía.

—Encontrarán pronto a Jimin. Y Jungkook va a recuperarse, es fuerte...

—Necesito tener a Jimin devuelta a mis brazos. —susurra mirándolo con ojos llenos de melancolía.

Y Hoseok imposible de resistir más, abandona la habitación con el corazón roto.








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Yoongi jadea agotado en cuanto llega a la casa, había corrido como nunca entre las tantas calles de la ciudad. Abre la puerta bruscamente y la cierra de la misma manera, por suerte nadie lo había visto, así que no tenía porqué preocuparse. No aún.

—¿Jiminie? ¿Cielo? —cuestiona en voz alta abriendo la puerta de la habitación en donde había dejado al chico de cabellos rubios.

Suelta un suspiro de alivio cuando nota que seguía durmiendo, se veía como un pequeño ángel. Con cautela se recuesta a un lado suyo para admirarlo mejor, parecía que se había dormido entre lágrimas.

—Lo siento... —murmura muy apenas y lo abraza por detrás posando sus labios en la cabeza de Jimin—. Siento que no puedas recordar nada de nuestro amor.

El pelinegro seguía inexpresivo mientras mantenía su desesperado agarre en el menor, era incapaz de querer soltarlo.

—Yoongi... mh...

El mencionado frunce su ceño cuando ve al chico moverse con inquietud, podía escuchar su propio nombre entre susurros. Quiso despertarlo sacudiendo su cuerpo con suavidad, pero lo que escuchó le golpeó fuertemente dejándolo sin aliento.

—Yoongi lo prometió... Él existe...
















MENTAL SANATORIUM. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora