- ꒰‧⁺ 𝙀𝙉 𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀
una jóven que posee
una gran decendencia mágica,
es sometida a realizar una misión
𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝘂𝗮𝗹 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗳𝗮𝗹𝗹𝗮𝗿. ·˚ * 🔭
OBRA TOTALMENTE MIA.
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El verano habia pasado sorprendentemente rapido y ahora, Savannah estaba sentada en el comedor de la mansión Mitchell, desayunando con sus hermanos y sus padres.
En las vacaciones se había dedicado a pensar y enfocarse en el plan que tenía que completar. En esta misión no estaban permitidos los errores y mucho menos fallar.
Ella tenía en claro que Potter tenía un enamoramiento con ella desde el primer año, pero la chica slytherin jamás le había dado importancia; ella odiaba a Harry y tener que estar en una relación con el, obligada, era simplemente desagradable.
Sabia que la misión era prácticamente pan comido pero aun así, tenía una complicación y esa es Granger.
La joven Mitchell había pensado minuciosamente en todos las posibles complicaciones y errores que podría tener, no habia posibilidad de que este plan saliera mal. Estaba todo fríamente calculado.
Sabía que la sangre sucia de Gryffindor sospecharía de ella. Savannah habia ignorado a Harry Potter durante años y de la nada estaría demostrando un gran interés amoroso en el, hasta ella misma desconfiaría de que alguien se acercara a Lianne de esa manera extraña y random.
Pero en fin, ella había pensado y averiguado muchos sucesos que usaria a su favor, como por ejemplo; ser prefecta.
Este año, Draco, Potter, Lianne, Hermione, Neville -y chicos de otras casas, que ella no conocía y tampoco le interesaba- habian sido elegidos para ser prefectos.
Dumbledore habia acordado que las casas debían mezclarse así que Slytherin patrullaba con Gryffindor dos veces a la semana y los demás dia se sorteaba entre Ravenclaw y Hufflepuff.
—Y bien, hija, ¿estás preparada? —dijo su padre, sacándola bruscamente de sus pensamientos.
—Sí, padre. Está todo planeado y minuciosamente arreglado. No habrá fallos, lograré esto. —dijo la chica, mirándolo a los ojos.
—Claro que si, Savs, siempre estás preparada para complacer al señor oscuro. -Italia dijo con voz cruel—Savannah, savannah, savannah, savannah, la chica perfecta.
—Amor, tú eres muy capaz pero eres pequeña y aun no estas preparada para estas cosas. —dijo su madre con dulzura.
La hermana mayor rodó los ojos y se quedó callada. Estaba demasiado cansada para discutir con la Mitchell más pequeña.
Stefan bajó las escaleras a paso apresurado, totalmente peinado, perfumado y arreglado.
—Hola familia, buen día, ¿me extrañaron? —sonrío— No sé por qué pregunto algo que ya sé. —dijo mientras tomaba una tostada y besaba en la frente a todos los integrantes de la familia.
Stefan era el hermano perfecto. En realidad para Savs toda su familia lo era. Su padre había tenido errores con ella que le dejaron ciertos traumas pero aun asi, su familia lo era todo y daría todo por ellos.
