OO3.

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CAPITULO TRES.

Savannah llegó a la puerta del Gran Comedor, espero unos cuantos minutos y luego llegó Harry con una gran sonrisa iluminando su rostro.

Savannah suspiró antes de darse vuelta a saludarlo y cuando lo vió le devolvió la sonrisa.

Potter le colocó las manos en la cintura y la acercó para darle un beso en la mejilla.

—Perdón la demora, estaba hablando con Ron y me distraje. —dijo rascándose la nuca con nerviosisimo.

—Oh, tranquilo, no pasa nada. —dijo Savs con tranquilidad.

Pendejo, pensó ella.

Comenzaron sus rondas, inspeccionando que ningún alumno se encuentre fuera de su sala común. Todo estaba saliendo bien, estaban charlando animadamente y parecía ser una noche tranquila. Savannah le había comentado sobre los dragones de Lianne y una que otra mentira piadosa sobre ella.

El plan realmente iba saliendo perfecto hasta el momento; Harry no desconfiaba de ella y se estaba enamorando, es más, le contaba con libertad todos sus planes.

La verdad era que nadie sabía que su familia y ella eran seguidores del señor oscuro. Su padre era un mortífago muy reconocido y temido pero jamás se quitaba su máscara y por ende, nadie conocía su rostro, sólo Voldemort y Bellatrix. Tampoco sabían su verdadero nombre ya que ocultaba su nombre detrás de un apodo. No había manera que alguien supiera que los Mitchell eran mortífagos fieles a Lord Voldemort. Nadie sospechaba de ellos. Savannah sabía ocultar muy bien su marca tenebrosa al igual que Lianne.

No era ningún secreto que los Lombardi y los Mitchell tenían descendencia Veela; pero realmente nadie jamás leía el libro informático sobre Wilas, casi nadie lo sabía.

Iban subiendo las escaleras rumbo a la torre de astronomía hasta que Savs escuchó unas risas bastantes, DEMASIADO, familiares.

Se detuvó con brusquedad.

Lianne y Theo.

Harry al notar que Savs se detuvo a unos cuantos escalones, la miró extrañado y se quedo quieto en su lugar.

Savannah tuvo que improvisar y en cuestión de segundos encontró la excusa perfecta.

Se dió vuelta, dándole la espalda a Harry y comenzó a toser frenéticamente, dando a entender que se había ahogado. Potter se acercó a ella, —¡Savi! —gritó el chico.

Savannah lo miró y tomó su hombro, —Harry, perdón, ya estoy mejor... sólo me ahogué.

—Savi, entremos a la torre de astronomía así tomas un poco de aire.

La pelinegra asintió y se acercó a la puerta, preocupada, deseando que sus amigos ya no estén en la sala.

Cuando abrieron la puerta el lugar estaba vacío, iluminado por la luz de la luna. Un viento suave entraba a través de las ventanas.

Savannah se acercó con cautela a la ventana y suspiró, estuvo cerca, pensó.

Harry se acercó y le sobó la espalda con tranquilidad.

—Gracias por preocuparte por mi, Harry. —dijo mientras lo miraba y le sonreía— Es lindo de tu parte.

Potter sonrió y se acomodó la corbata, —No es nada, Savi, eres importante para mi. Al principio me sorprendió que te hayas acercado a mi y debo admitir que dudé un poco de ti pero ahora sé que es una de las mejores cosas que me pudo haber pasado este año—confesó— Realmente me gustas y...

FALLING. | d.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora