Crossover Mine's Shipps⁴ (De cenizas de amor³)
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+18
+Malas palabras
+Violenc...
Amenadiel estaba un poco preocupado por la reacción que tendrá Lucifer; al enterarse de que su antiguo amor es un exiliado.
──Amenadiel hermano, ¿Por qué tienes esa cara de haberte chupado un limón? ──preguntó Lucifer con su típica sonrisa
──Mieczyslaw. ─susurró lo más bajito posible pero Lucifer había escuchado perfectamente─, Es un exiliado. Hmm, está aquí en los Ángeles.
La cara del diablo era todo un poema, ahora su única pregunta es: ¿Lo sigue amando? ¿Qué hay de la detective Decker? Sintió sus piernas flaquear causándole un fuerte mareo.
Desde su caída no había visto al querubín del que se enamoró, sintió como su mundo se volvió a desmoronar, estaba sintiendo lo mismo que sintió el día que fue llevado al infierno.
Se dio cuenta de algo muy importante.
Lo sigue amando más que a su propia vida.
La detective ya no existía para el.
──¿Dónde está? ──preguntó
──Está conociendo al pequeño Charlie, ... Él no es el mismo, Lucifer, él a cambiado mucho. .. No hay nada del antiguo querubín que un día tú conociste, el día de la rebelión y tú caída él solo se marchó. ──Lucifer le miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza
──¡¿Qué?! ─gritó─ ¿Cómo qué se marchó? ¡¿Porque hasta ahora me lo dices?! ──exclamó a la vez que su aspecto iba cambiando
──Creí que no querías saber nada de él. ... ¿Qué no estaba enamorado de la humana? ──preguntó sin llegar a comprender del todo a su hermano
Lucifer guardó silencio, Amenadiel tenía razón. Suspiró y camino hacia la barra para servirse un trago doble.
──Quiero verlo. ──soltó después de varios minutos de silencio
──Si eso quieres te llevaré con él. Pero antes quiero saber que pasará con la humana, sabes cómo es nuestro hermano. ──dijo con obviedad
──Ella ya no es importante para mí. ──dijo muy seguro de sus palabras
──Entonces no te importará que la haya asesinado. ──dijo una voz tan suave y delicada; desde la puerta del ascensor.
Lucifer palideció, no por lo que él dijo, si no por escuchar su voz por primera vez en un millón de años.
Amenadiel desapareció dejándo a esos dos, claro sin antes darle una mirada de advertencia a Lucifer.
──Mieczyslaw. ─pronunció saboreando su nombre─ Sigues igual de hermoso desde que padre te creo. Tan lindo, tan dulce, tan apetecible. ──decía mientras dejaba caricias en su rostro con gran timidez.
Si el gran Lucifer tímido.
El querubín se estaba incomodando por lo morboso que habían sonado sus palabras.
Lucifer comprendió dos cosas muy importantes; Su pureza está intacta al igual que su divinidad. Él seguía amandolo igual como lo hizo en el paraíso. Lucifer le miró con ojos amor, su distancia se volvió diminuta.
El querubín le miró nervioso, sabía lo que Lucifer quería hacer, él no sabía si era correcto corresponder el beso a su hermano.
──Debo irme. ──se obligó hablar, antes de que él logrará desaparecer Lucifer ya lo había tomado de la cintura para evitar perderlo nuevamente.
── Núnca. ─espetó─ Eres mío, siempre lo has sido.
El querubín iba a protestar pero sus palabras quedaron atrapadas en los labios del caído.
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──Bienvenido al infierno. ──susurró Lucifer en sus labios, el diablo no era estúpido como para quedarse en la tierra y que su padre le quitará al amor de su existencia.
El querubín se asustó, nunca había estado en el reino de Lucifer.
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