27| Sterek

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“──Sexo sin compromiso──”

Derek jamás pensó que algo así llegase a pasar.

Estaba muy seguro de su heterosexualidad pero ahora en realidad lo está dudando.

Derek.

—Te sorprenderías, si lo probaras.

—Stiles, yo no…

—Der, el sexo es un juego muy divertido. Sólo hay que atreverse a experimentar.

Niego con la cabeza, preso de los nervios. No quiero experimentar. Con el sexo normal que conozco, me sobra y me basta. Tras unos segundos que a mí me parecen eternos, Stiles aprieta los botones y los gemidos desaparecen. Unos instantes después, los cristales se vuelven oscuros y las cortinas caen.

—Gracias —consigo balbucear.

Me levanta de su regazo y me mira con el rostro serio.

¡Stop! ¿En que momento me senté en su regazo?

—Vamos, Der. Te llevaré al loft.

Media hora después y tras un extraño aunque no incómodo silencio, sólo roto por su conversación al teléfono con una mujer, llegamos a mi loft. Se baja conmigo del coche y me acompaña. Su actitud vuelve a ser fría y distante. Sube conmigo en el ascensor. Cuando llegamos a mi puerta, quiero invitarlo a pasar, pero me interrumpe:

—Ha sido una cena muy agradable, señor Hale. Gracias por su compañía.

¿Qué?

¿Desde cuándo es tan caballeroso? Y por qué mierda me gusta tanto y me poner nervioso.

Desde cuándo yo Derek Hale soy tímido ante él.

°°°

Stiles

Mi humor ahora es negro. Espero que nadie me tosa en las próximas horas o lo va a pagar muy caro. Me conozco y soy un mal "arpía" cuando me enfado.

—Debo parar esto —digo en voz baja—. Pero ¡ya!

Pero antes debo obtener lo que quiero porque a mí nadie me dice ¡No!

°°°

Derek.

Escuché el timbre sonar con intensidad. El aroma a menta y Jasmine llegó a mis fosas nasales.

Abrí la puerta y allí estaba el con una bolsa en sus manos y una botella de vino.

Lo deje entrar y lo que me dijo me dejó expectante.

—Desnúdate.

Su orden me hace salir del limbo de fresas y burbujitas en el que él me había sumergido y, todavía excitado, protesto:

—No.

Sin apartar su mirada de mí, repite sin cambiar su gesto:

—Desnúdate.

Chamuscado en el horno de emociones en el que me encuentro, niego con la cabeza. Él asiente. Se levanta con cara de mala leche. Tira los artilugios que lleva en su mano sobre la cama.

—Perfecto, señor Hale.

¡Buenoooo!

¿Volvemos a las andadas?

Al verlo pasar por mi lado, reacciono y lo agarro por el brazo. Tiro de él con fuerza.

—¿Perfecto qué, joven Stilinski? —le pregunto, envalentonado.

Con gesto altivo, mira mi mano en su brazo. Entonces, lo suelto.

—Cuando quiera comportarse como un hombre y no como un niño, llámeme.

Eso me enciende.

Me fastidia.

¿Quién se ha creído ese presuntuoso?

Yo soy un hombre. Un hombre independiente que sabe lo que quiere. Por ello respondo en los mismos términos:

—¡Perfecto!

Aquella contestación lo desconcierta. Lo veo en sus ojos y en su mirada.

—¿Perfecto qué, señor Hale?

Sin cambiar mi semblante serio, lo miro e intento no desmayarme por la tensión que acumulo en mi cuerpo.

—Cuando quiera comportarse como un hombre y no creerse un ser todopoderoso al que no se le puede negar nada, quizá lo llame.

¿He dicho «quizá lo llame»? Madre mía, pero ¿qué es eso de «quizá»?

Deseo a Stiles.

Deseo desnudarme.

Deseo que se desnude.

Deseo tenerlo entre mis brazos y voy yo y le suelto: «Quizá lo llame».

Seré idiota, siempre tendré que verlo y hablarle por las reuniones de manada. No hay nada que impida lo que sea que nos está pasando.

Una tensión endemoniada se cierne entre los dos. Ninguno parece querer dar su brazo a torcer, cuando mi mano busca la de él y éste, sorprendiéndome, la agarra. Lentamente y con cara de mala leche, se acerca a mí y me besa. Me pone su gesto serio.

¡Vaya, me encanta!

Me succiona los labios con deleite y yo le respondo aún en mi estado de shock, ¡Oh por dios! ¡Estoy besando aún hombre!

De nuevo se separa y se sienta en la cama. No hablamos. Sólo nos miramos. Me quito las zapatillas. Sin pestañear, le sigue el pantalón y a continuación la camiseta. Me quedo ante él en ropa interior. Al ver que él respira con profundidad, me siento poderoso. Eso me gusta. Me excita. Nunca he hecho una cosa así con un hombre, pero descubro que me encanta.

Instintivamente me acerco a él. Lo tiento. Veo que cierra los ojos y acerca su nariz a mi falo, Doy un paso atrás y noto que se mosquea. Sonrío con malicia y él me imita. Con una sensualidad que yo no sabía que tenía, me bajo un poco el bóxer y vuelvo a acercarme a él. Esta vez me agarra con fuerza por las nalgas y ya no puedo escapar. Vuelve a acercar su nariz a mi falo y me estremezco cuando siento su aliento y un dulce mordisco en mi depilado monte de Venus.

Sin hablar, levanta la cabeza y con una mano me saca el bóxer. Me acerca más a él y se mete mi falo en su boca con un gesto posesivo. ¡Dios! Estoy tan excitado que voy a gritar. Juguetea con mi pezón mientras yo le revuelvo el pelo y lo aprieto contra mí. Vuelvo a sentirme poderoso. Sensual. Me miro en los espejos de mi armario y la imagen es, como poco, intrigante. Morbosa. Cuando creo que voy a explotar, me separa de él y, sin necesidad de que diga nada, sé lo que quiere. Durante unos segundos veo cómo me recorre con su mirada hasta que dice:

—Eres precioso.

Que el pecado inicie.

Mi dulce tentación.

Oír su ronca voz cargada de erotismo me hace sonreír y, cuando él me tiende la mano, yo se la acepto. Se levanta. Me besa y siento sus poderosas manos por todo mi cuerpo. Me deleito. Me tumba en la cama y me siento pequeño. Esto no debería pasar, debería ser todo lo contrario. Stiles me mira altivo y un gemido sale de mi interior en el momento en que él me coge de las piernas y me las separa.

—Tranquilo, der, lo deseas.

¿Ahora ya no soy señor Hale?

Se quita la camisa y vuelvo a gemir. este joven es impresionante con su sensual torso. Aún con los pantalones puestos se pone a cuatro patas sobre mí y coge uno de los artilugios que me ha regalado.

—Disfrútelo señor Hale.

Cierro los ojos y me dejó llevar por el momento.

Definitivamente esto tiene que ser solo un sueño húmedo. Después de todo Stiles es el sueño húmedo de todos y todas.

Mine's Shipps⁴ (Crossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora