Problema andante

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— Maria, tenemos que hablar, ¿Tony está en casa? — Decía el mayor mientras la mujer seguía viendo que todo estuviera en orden en el comedor, en el cuál, posteriormente comerían.

— Salió de fiesta otra vez... — Su cara reflejaba tristeza, su único hijo prefería irse de fiesta, conocer gente nueva, llamar la atención, todo por estar enamorado de un hombre, con él cual su padre jamás permitiría una relación amorosa.

Maria era consiente del gran problema de su hijo, pero no sabía cómo acercarse, nunca supo cómo...

— Ese chico es incorregible, pero bueno... Encontré a un chico, pero no parece un chico cualquiera.. — María rodó los ojos, odiaba la manera en que Howard le daba más importancia a cualquier otra cosa que a su propio hijo.

— No quiero a otro Steve, Howard — Algo muy en el fondo le decía que su esposo estaba obsesionado (de una manera romántica) con el capitán Rogers y que esa era la razón por la que siempre le dijo a Tony que sus sentimientos hacía el soldado estaban mal, pero siempre trataba de ignorar esa voz en su cabeza, tal vez solo era una loca idea suya.

— Lo parece pero no, perdí el control del auto y casi lo mató... — María abrió los ojos de golpe, mientras el otro hablaba — Pero sobrevivió, sin quejarse, fue como si no le hubiera dolido tanto el golpe...

Sabía que había algo raro en el chico, lo descubrió desde que vio como el golpe no le hizo nada, ninguna lección grave, tenía que investigar pronto.

— ¿A que vas con todo esto? — La molestia era cada vez mas evidente en el rostro de María, y Howard lo sabía.

— El chico tiene habilidades especiales, es muy inteligente, me ayudo a reparar el coche, por lo que falló en el accidente donde casi el chico pierde la vida, podría decir que es igual de inteligente que Tony, no tiene familia así que...

— Howard no me digas que...

— Su nombre es Peter... — María estaba a punto de decirle a su esposo que acababa de cometer el error de su vida, pero en cuanto vio al joven, un instinto maternal se apoderó de ella y lo único que pudo hacer fue correr hacia el niño e inspeccionar sus heridas.

— ¿E-estas bien? ¡Howard, pero que le hiciste al chico!

— Me han pasado cosas peores, esto no es nada — Decía Peter con un aire tranquilo, tratando de no preocupar más a la mujer a su lado.

— No digas eso, ve al baño y date una ducha, te traeré algo de ropa, curare tus heridas y después bajaremos a cenar ¿Te parece bien Peter? — La amabilidad era evidente en los ojos de aquella mujer, fue entonces en donde pudo comprender el porqué Tony había heredado tanto esos rasgos de preocupación, además de la belleza.

— Gracias por todo señora Stark

— Soy Maria, no tienes porque decime de otra forma

— Es por respeto..

— Se que me respetas hijo, lo sé porque ya te he visto antes, eres muy buena persona, lo sé, mi corazón me lo dice, ahora vete a bañar, se te infectaran las heridas si no las limpias, el baño es por aquí — Howard se quedo en shock al ver como su esposa trataba al joven con tanta amabilidad, confianza y cariño, como si realmente ya lo conociera de alguna parte, sensación que él también sintió, motivo por el cual no dejó que se fuera con Steve...

Porque ambos padres sabían que el castaño era la salvación de su hijo...

(...)

— Auch...

— Perdón Peter, pero si no te pongo alcohol, se infectará la herida — Peter ya se encuentraba limpio, con ropa de Tony y al cuidado de María.

— Disculpe mi atrevimiento pero ¿Porque cambió de opinión al verme? — Peter durante toda la conversación estuvo oculto, escuchando todo lo que decían, tenía miedo, porque sabía de la molestia de la mujer y estaba harto de ser solamente una carga para las personas a su alrededor.

— Se que mi esposo se trae algo con el capitán Rogers, lo peor de todo esto es que mi hijo también está enfermo de amor por él y tengo miedo de que todos salgan lastimados... Sentía que estabamos perdidos.. Hasta que te vi, tu eras el chico de mis sueños, aquel que cuidó de mi hijo cuando ese maldito capitán lo abandono y lo engañó, eras tú, nadie más, todos se fueron, menos tú, te quedaste y eso sólo significa una cosa... — Las palabras desconsertaron a Peter, tanto que no sabía que responder

— El señor Stark hizo mucho por mi, no iba a traicionarlo al igual que todos los que decían ser sus "amigos" — En ese momento, Peter supo que había metido la pata y feo.

— Sabía que mi hijo podría ayudar a los demás si quisiera, tenía fe en que mi hijo en un futuro cambiaría — Cada palabra confundía más al pobre castaño, cómo si ella ya supiera que...

— Señora yo...

— Se que tu no eres de esta época, se nota en tu ropa, se que algo muy fuerte te trajo aquí — La sonrisa amable de María no desapareció de su rostro, dándole un poco de confianza al menor.

— ¿Cómo lo... ? — Además de todo lo anterior mencionado, la sabiduría de esa mujer era lo que más le sorprendía al castaño.

— Peter, vi como mi hijo te abrazaba, te triplicaba la edad... — Peter recordaba ese momento, cada segundo de esos minutos en los cuales el amor de su vida moría entre sus brazos (O mejor dicho, en los de Pepper), llorando cómo nunca lo había hecho, sufriendo el dolor más grande de su vida, perdiendo parte de su corazón en ese instante.

— Tenía cincuenta años... — Un par de lágrimas escaparon fugazmente de su rostro, que inmediatamente trató de secar y ocultar, pero fue imposible ocultar aquello, más cuando su voz lo traicionó al cortarse — Yo..

— Se que lo quieres, ahora él tiene dieciséis, creo que es mas legal ahora ¿No? O tú ¿Qué opinas Peter? — Sabía lo que la mujer quería decir, pero no podía tomar en cuenta la posibilidad, no podía quedarse con ese Tony ya que ese no era el suyo...

— Yo.. Mire, ayudaré a su hijo, pero no pudedo quedarme aquí, si lo hago... si altero la línea temporal, no pasará lo que tiene que pasar, por lo tanto no voy a nacer... Si eso no pasa ¿Quien ayudará a Tony en un futuro?

— Tienes razón, has lo que consideres mejor, confío en ti Peter... — Secó sus lágrimas con un pañuelo limpio mientras lo abrazaba, tratando de que se desahogara un poco de aquel recuerdo viviente.

— Gracias Maria — Peter se comenzó a apartar minutos después ya más tranquilo, cuando su respiración volvió a ser más normal.

— A ti Peter, gracias por venir a ayudarme... Ahora vamos a cenar, espero que Tony llegue a tiempo — Dijo la mujer mientras guardaba todas las herramientas con las cuales realizó la asepsia y se fueron al comedor... Con María teniendo ahora la sonrisa mas grande del mundo.

Perdido en el tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora