Snow Flower [KTH&JJK]

2. Omega puro

Viernes, 25 diciembre.

No salió el sol aquella mañana de navidad, donde el aire parecía inundarse de distintos olores e incluso se sentían los sabores en la punta de la lengua. Lo único que recibieron aquella mañana los habitantes de Seúl, fue un cielo oscurecido por grandes nubarrones que apenas se distinguían bajo la constante nevada que trababa las puertas de las casas a causa de sus altos centímetros, convirtiendo lo que debería ser una mañana acogedora y hogareña, en un amanecer helado, grotesco y asfixiante.

La nevada de la noche había estado preciosa, con los copos danzado por el cielo y derritiéndose apenas caían sobre cuerpos cálidos pero que dejó un clima gélido que astillaba los huesos y Taehyung no pudo evitar compararlo con su encuentro con aquel omega, encontrando las mismas similitudes.

Porque por Dios o por quien fuera que tuviera que jurar, eran los ojos más preciosos que alguna vez había visto e incluso logró sentir un pinchazo de frustración cuando esos irises peculiares se oscurecieron en fracción de segundos, seguidos por unos párpados temblorosos y una cortina espesa de pestañas carbonizadas y pintadas con suaves copos de nieve que había caído distraídamente por su cuerpo y a causa de la temperatura mortal en la que se encontraba, mantuvieron su forma geométrica y casi inverosímiles entre aquel entorno tan mundano.

Y cuando actuó por instinto y el cuerpo del omega se movió bajo el suyo cuando lo alzó entre sus brazos, los copos que yacían en cada parte de él al igual que la nieve que se aferró a su anatomía cuando cayó al suelo bajo el toque detonante del auto de Taehyung, el alfa no pudo evitar recordar la voz de su abuela en una noche de verano mientras él se encontraba acurrucado en sábanas ligeras y su habitación estaba resplandeciente bajo la lámpara de noche que formaba estrellas en las paredes y se deleitaba de escuchar a su abuela leerle algún cuento nada en particular, diciendo que los copos de nieve no se derretían en aquellos seres puros.

Y el omega le había parecido el ser más puro que jamás sus ojos hubieran visto...Hasta que sus colmillos se clavaron en lo más profundo de su piel apenas despertó y su lobo, actuando de inmediato ante lo desconocido, encajó sus caninos en el comienzo del cuello del alfa hasta que sintió su piel desgarrarse y la sangre salir a borbotes.

Joder.

Así no eran como funcionaban las mordidas para asesinar ni las mordidas para marcar, porque mientras Taehyung buscaba su celular con la visión borrosa por la calidez de la sangre saliendo entre sus dedos y siendo golpeado por las emociones del omega, terminó de rodillas con el aparato deslizándose entre la mano que lo sostenía, estremeciéndose por todas las sensaciones que lo estaban asfixiando.

Era una mordida a mitad de camino entre los dos rumbos y contenía lo peor de ambas.

No era un alfa para entablar un lazo permanente, pero si los suficientemente temporal para que Taehyung se desmoronara y tampoco había tocado una vena importante, pero los tejidos y el músculo sufrían por el desgarro de sus colmillos cuando se apartó con un siseo sorprendido y todo su instinto se activó en ese instante, sintiendo como su alfa puro vibraba mas vivo que nunca bajo su piel, manifestándose de inmediato ante la mordida.

Taehyung lo sentía en cada molécula de su ser cuando su lobo se despertaba en su interior y aunque ambos eran una sola composición, en aquellos momentos donde la cordura se desvanecía y el instinto puro atacaba, tenía miedo de sí mismo. Así que debiéndola y temiéndola, salió corriendo de la habitación sin poder creerse la avalancha de emociones que se aglomeraban en su interior, cubriendo los suyos propios con una delicada manta que aunque no era suficiente para mezclarse con sus pensamientos, sí que bastaban para descolocarlo a él y su lobo.

Era extraño; pensaba Taehyung mientras intentaba respirar por su boca y marcar a un contacto conocido –y sobre todo, no desmayarse en el proceso–, que las cosas hubieran marchado de aquella manera pero ¿Qué más podía esperar? Había sido demasiado confiado y descuidado.