Snow Flower [KTH&JJK]

6. Despertar.

Jungkook despertó sin dolor.

Por primera vez desde tiempos inmemorables, abrió sus ojos y lo único que sintió fue...la nada.

Una completa sensación de entumecimiento y ensoñación que le hicieron los párpados revolotear, sin poder salir del trance en el que su cuerpo estaba sumergido.

Y era extraño.

Todo muy extraño.

El techo blanco por completo pero sin luces blancas industriales que calaban detrás de los ojos cuando las miraba sin querer, sino adornado con suaves focos que le brindaban a la habitación un subtono cálido y no frío como el que estaba acostumbrado.

En su confusión, pudo ver paredes cremas y muebles que jamás en su vida había visto...

Y joder, ¿Olía a bosque?

¿Jungkook estaba en un bosque?

Sus brazos se alzaron en un vano intento de tomar algo que le ayudara a alzarse de donde estaba, pero lo único que sostuvo fue aire, haciéndolo soltar un suspiro cansado.

Nada de su alrededor era conocido, pero ¿Cuántas veces no había pasado ya por eso?

Jungkook estaba acostumbrado a despertar en habitaciones distintas y cuando recostaba su cabeza en algún lugar para dormir, imaginaba algún día despertar y no encontrarse rodeados de paredes, pero era un omega demasiado ambicioso.

Volvió a suspirar, ahora viendo el mástil que se encontraba a su lado, conectando una bolsa transparente al interior de su codo a través de una pequeña y delgada manguera. Tironeó suavemente de ella por inercia, sabiendo lo que aquello significaba.

¿Había vuelto a enfermar?

En algún momento hubiera perdido la cabeza, pero ya había perdido la capacidad de sentir algo. Por lo que único que pudo hacer fue esperar pacientemente a que alguien viniera a tratarlo.

Así que cuando la puerta se abrió y una cabeza de rizados cabellos castaños se asomó, no se molestó en prestar atención, conociendo la rutina.

Jungkook había dejado de luchar hacía mucho, por lo que ya no patalearía cuando lo desvistieran, ni soltaría salvajes mordidas a cualquiera que intentara acercarse. No, Jungkook ya no hacía eso.

Era un omega bueno.

Y los omegas buenos obedecían.

Sin embargo, sí que frunció la nariz cuando la gruesa voz pareció hacer temblar las paredes de la habitación.

O tal vez sólo era él estremeciéndose y sintiéndose pequeño.

"Antes te la haz quitado como si no fuera nada" Rio suave el alfa. "Si te molesta puedo quitarla pero preferiría que no, es para que tu cuerpo no esté tan débil, pero si es eso lo quieres puedo hacerlo. Sólo  por favor no la arranques, te lastimas".

¿Qué decía el hombre?

Algo confundido y aún adormecido, sólo pudo optar por extender su extremidad y mantenerse quieto mientras le hacían su chequeo diario.

Seguramente le dirían que había tenido otra recaída. Aquella bolsa sólo estaba conectada a él cuando eso sucedía, más era extraño que su vientre no doliera ni se estremeciera en espasmos dolorosos que le hacían los ojos picar en lágrimas.

No, no le dolía nada.

"Tengo que acercarme para quitarte la intravenosa, ¿Está bien?"

Dios, ¿Por qué está preguntando?