Snow Flower [KTH&JJK]

8. Navidad

Estar enamorado es una suerte.

Pero estar enamorado de una persona increíble no solo a ojos propios, es un milagro.

Jimin estaba enamorado del mejor alfa que pudiera pedir...No, de la persona más preciosa que alguna vez conoció a lo largo de sus veinticinco años. Taehyung era más que alfa, era un espíritu hermoso que debía ser amado y apreciado y Jimin sentía que era él a quien se le había encargado ese deber de amarlo con cada minúscula parte de su ser, existente o no, Jimin vibraba por Taehyung.

No era ningún secreto, pero a él no le importaba, siempre y cuando estuviera cerca de él para calentar su corazón.

Fue amor a primera vista, o tal vez un flechazo. Porque ya estaba hundido en su mirada cuando lo vio pasar por la puerta de la habitación del hospital y ni siquiera lo había podido observar como se merecía, pues las lágrimas en sus ojos lo privaban de su sentido de la vista, convirtiendo todo en una gama de siluetas borrosas y colores grisáceos y opacos.

Su madre había muerto tras un aparatoso choque en un día lluvioso, donde las llantas patinaron por el asfalto y tomó una decisión: Apartar el auto por su cuenta antes de llevarse consigo más vidas con único deseo vibrando entre la vida y la muerte; que sus cachorros estuvieran bien, que Suho tuviera la oportunidad de ver la luz del sol  y que Jimin viviera de verdad.

Miles de accidentes automovilísticos sucedían cada día en todas partes del mundo, pero a Jimin jamás le importó tanto hasta que recibió la llamada mientras estaba en el trabajo y tras llegar al hospital, le anunciaron la funesta conclusión: Habían salvado al cachorro, pero no a la madre.

Parecía todo una mala película.

Tenía que serlo.

Porque Jimin no lloró hasta que le permitieron tener a su hermano en brazos. Un ser tan pequeño y frágil que había desafiado a la muerte sin siquiera intentarlo.

Y fue como si el cristal de su corazón se quebrara, dejándose llevar por las lágrimas mientras sostenía al cachorro entre sus brazos con delicadez, al contrario de su alma que caía a pedazos con cada estremecimiento de su cuerpo.

Cuando la puerta se abrió y una alfa entró, no pudo esconder el dolor ni las lágrimas.

Otro sollozo.

Pero no había sido suyo.

Oh, ¿El alfa lloraba?

Kim Taehyung tenía un corazón gigante que no cabía en su pecho. Tan grande que, rompiendo las reglas de su código laboral, se encontraba frente al omega mientras las lágrimas escurrían en sus mejillas en compañía de su dolor.

"Hemos hecho todo lo que pudimos".

Tenía que haber dicho.

"Lo lamento. Debí haber dado más de mí" Dijo Taehyung en realidad, estrangulando sus manos en un vano intento de retener la culpa que lo envenenaba.

Tiempo después, Jimin comprendió que había sido la primera muerte de Taehyung y aunque estaba consciente de que eso tendría que ocurrir tarde o temprano, se había postrado ante él con el corazón en sus manos en búsqueda de perdón y la culpabilidad expuesta en su llanto.

Ambos lloraron en silencio, mientras el cachorro dormía totalmente ajeno a la situación.

Tres meses después en su búsqueda por rellenar su cocina, Jimin atisbó entre la multitud una silueta familiar.

¿Cómo no reconocerlo?

"Salvaste la vida de Suho, mamá y yo te lo agradeceremos siempre".

Tuvo que invitarle un café porque el alfa parecía gravemente afectado por sus palabras y pensó que se desmayaría en cualquier segundo.