Capitulo 6: Preparativos.

806 71 10
                                    

        CAPITULO 6: Preparativos.

En cuanto le di el "sí" a Murasakibara, no había esperado esa reacción, pero de alguna forma sabía que yo le daría el sí (había aprendido a conocerme como la palma de su gran mano), el ya tenía preparado un ramo de flores, rosas blancas para ser exactos, una de mis flores favoritas, y este hombre sabia como hacerme feliz.

Empezamos los preparativos, le pedí a Akashi que fuera como mi "dama de compañía" solo que en hombre, ya que bueno, yo no era muy buena haciendo amigas y solo quería que Akashi estuviera a mi lado. Fuimos a comprar el vestido para la boda y la verdad había sido en extremo divertido, había algunos con los que solo reíamos al verme con el... Pero nunca creí que yo pudiera llorar al llevar ese vestido que me enamoro, aquel que me hizo verme como una novia, el que me hizo desear que la boda fuera en ese momento solo para no quitármelo.

-A... Akashi, ¡di algo!- no podía creer lo que veía, a pesar de la simpleza de mi vestido, era hermoso, tanto que a Akashi se le habían acabado las palabras.

-Es que... Reira, así pareces una novia... Ese definitivamente es tu vestido- lo vi sonreír y acercarse a mí para abrazarme -Pronto será tu boda y yo estoy más que feliz de ver que al fin serás feliz-

-Akashi... No empieces de sentimental ahora- lo regañe, porque sabía que si me abrazaba así y me decía ese tipo de cosas yo comenzaría a llorar... Y sin evitarlo, eso paso.

-Rei... Deberías ir a quitarte el vestido y a que te tomen medidas para que hagan el tuyo- Akashi me separo de él, limpiando mis lágrimas -El día de tu boda te verás hermosa- me sonrió y luego beso mi frente.

-Está bien- sonreí ante esos actos que hacían a Akashi algo especial, no solo por su empeño de ser siempre el que gana.

Fui con la señorita a que me ayudara a quitar el vestido y a que me tomaran medidas (fue algo vergonzoso, al parecer tenía un poco más de pecho del que yo creía), para después salir de ahí, reuniéndome con Akashi quien se rio de mi porque mi maquillaje se había corrido un poco.

-¿Que más te hace falta?- Akashi era mi acompañante ese día de las compras, aun nos faltaban los zapatos, e ir a la florería para escoger el ramo, los arreglos de mesa y los arreglos para la iglesia que por cierto, los votos serian estilo Tim Burton, ya que me encantan sus películas.

-Solo los zapatos, pero esos serán más fáciles de conseguir... Solo espero sobrevivir a ellos-

-Te dije que necesitabas acostumbrarte a usar zapatos altos, así no estarías sufriendo como ahora, y con tu altura deberán ser de doce centímetros como mínimo, si no quieres verte tamaño hobbit al lado de Atsuchi- se burló de nuevo de mi estatura como solía hacerlo siempre.

-Ya verás que encontrare unos bonitos y que no me hagan sufrir tanto... Porque aunque no lo creas, he estado practicando... Mis pies terminan muriendo al final, pero he estado practicando-

-Sí, ahora te haces la "yo todo lo puedo"- me abrazo y caminamos así por un largo rato, muchas veces, antes de conocer a Murasakibara me hacia la pregunta de ¿Por qué no me enamore de Akashi?... Pero en estos momentos me contestaba todo.

-Deja de mirar a cuanta chica se te atraviesa- ahí estaba yo, golpeándolo de nuevo -ya te dije que yo decido quien se casa contigo... ¡Ni eso! Yo decido quien será tu novia y punto-

-Sí, si ya no me regañes, mira ahí debe haber zapatos bonitos- y bueno ahí estaba el cambiándome el tema intentando distraerme, y como siempre, lo lograba.

Entramos a la zapatería, tardando unos pocos momentos, encontré unos zapatos bonitos, blancos y de tacón, tenían un poco de plataforma así que eran más cómodos que los demás, de hecho pude caminar sin sentirlos siquiera (benditas las horas en las que me ponía a practicar en mi casa cuando Murasakibara se iba a jugar básquet después del trabajo, era más fácil para mí.

Para terminar fuimos a comer algo a alguna fuente de sodas que nos encontramos en el camino, la comida era rica y barata, nos fijamos en el lugar para cuando quisiéramos salir, así nos vendría bien un cambio de aires, ya que siempre íbamos a cafeterías o a restaurantes que ya hasta sabían que pediríamos de la carta. Akashi me llevo hasta mi casa a petición de Murasakibara, al parecer él estaba más nervioso que yo, su instinto protector se hacía más notorio conforme se acercaba el día de la boda, él se encargó de buscar el lugar para la recepción, la iglesia y la comida, mañana iríamos a ver los pasteles, para escoger uno que nos guste a ambos.

-Ya llegue Murasakibara- Avise entrando a mi casa, dejando las bolsas de compras en la sala donde teníamos todas las cosas para la boda.

-Bienvenida Reira- me contesto desde la cocina - ¿Ya has comido algo? Hice un poco de postre de café con chocolate-

-Pues, ya comí pero tengo espacio para un postre- entre a la cocina donde lo vi adornando algunos postres individuales -siempre tengo espacio para tus postres-

Vi cómo me sonrió, dejando de hacer lo que estaba haciendo, poniendo un poco de chantilly en su dedo, embarrándolo en mis labios.

-Rei... Te has ensuciado un poco, permíteme limpiarte- se acercó lentamente a besarme, dulcemente, como solo él podía besarme; lo abrace profundizando el beso, había extrañado tanto eso en todo el día...

-Te extrañe Murasakibara... Extrañaba tus besos- susurre apenas separándome de él, sintiendo que al hablar aun nuestros labios se rozaban.

-Sabias que no podía ir contigo- se excusó, sabiendo que si el novio ve el vestido antes de la boda todo podría salir mal.

-Lo se... Pero es tu culpa por no estar despierto cuando me fui-

-Entonces, déjame recompensarte- volvió a atrapar mis labios en un dulce beso, como siempre, él tenía el control, sabia como hacerme enloquecer con esos besos que siempre sabían dulces, no solo por el cariño que Murasakibara ponía en ellos, sino porque siempre la pasaba comiendo dulces.

-Estas perdonado- sonreí cuando se separó -Siempre sabes cómo hacerme feliz con pequeñas cosas-

-Es mi trabajo... Hacer que mi prometida este feliz cada día que pase conmigo- ahí estaba su lado romántico haciendo su trabajo en mi corazón.

-Y por eso te amo más que a nada en este mundo- me quede observándolo, me encantaba verlo sonrojar un poco cada que decía eso... "Te amo" una palabra que aún no decíamos abiertamente, ni la repetíamos muchas veces pero ambos sabíamos que eso era lo que sentíamos el uno por el otro... No nos casábamos por mero compromiso.

-E... Este... Querías postre ¿verdad Rei?- sonrió pasándome un vaso con mouse de café con chocolate, decorado con chantilly y una hoja de menta.

-Se ve delicioso Murasakibara- sonreí -Por cierto, ¿has visto ya lo que falta para la boda?- 

-Solo me falta lo del banquete y a que vayamos a escoger el pastel, Kaga-chin y Kise-chin se ofrecieron a hacerlo así que sé que será un pastel bueno- sonrió sentándose a mi lado.

-Entonces, ¿todo está preparado y listo para llevarse a cabo?- sonreí recargándome en él, metiendo una cucharada de postre a mi boca, saboreándolo -Murasakibara... ¿Puedo confesarte algo?-

-Lo que tú quieras- escuche como terminaba su postre y estiraba su brazo tomando otro. 

-Quiero ser la única mujer en tu vida que te haga feliz... Y quiero cocinarte, aprender a preparar los platillos que te gustan y sobre todo, la única mujer que te amé- me sonroje y me gire para verlo.

-Eres una tonta- me miro serio... Oh no... Ya he hecho algo mal -Ya eres todo eso y más, no sé qué pasara el día que tengamos que estar lejos- miro hacia otro lado -te parecerá extraño pero ni siquiera sé que pasara el día de la boda cuando yo esté en la iglesia y todos los demás estén ahí, y tú, como buena novia llegaras tarde-

-¿Crees que llegare tarde?- reí ante eso.

-Todas llegan tarde, y mis nervios estarán comiéndome y no sabré que hacer-

-Llegue tarde o temprano... Estaré ahí para casarme contigo porque te amo-.

Purple HairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora