OVERLORD: Renacimiento

CAPITULO VI: GREMIO

PASILLOS DEL 9NO PISO DE LA GRAN TUMBA DE NAZARICK

"Entonces ya llegaron algunos", suspiro cansado el joven miembro de Ainz Ooal Gown. Luego de escuchar el mensaje de Tabula, mientras se aproximaban cada vez más cerca a la gran sala.

¿Por qué presentía que se venía algo desagradable?, como aquella vez.

Una potente aflicción, predecía la molesta presión pulsátil en su sien.

¿Por qué?

No debería de haber reclamos, ni dudas de que habían obrado en bien para su gremio, recolectar recursos es fundamental para mantener la base a flote, una de las reglas básicas de cualquier gremio era conseguirlos de cualquier manera a cualquier costo, "un costo razonable" se erguía mejor pensado para tacaños y renuentes a gastar recursos como alegaban ciertos amigos.

La gestión de sus finanzas y armas era administrada sabiamente por los más aguerridos a esos campos, por lo tanto, podía estar totalmente despreocupado en cuanto a ese tema, depositar la confianza en la capacidad de sus compañeros había llevado al gremio a ser uno de los más grandes y conocidos, sobre todo temidos.

Aunque resaltaban ciertas figuras más que otros en el característico gremio de aberraciones, en las que se hallaba el gran campeón mundial, el siempre cauteloso estratega, la infame catástrofe, el diestro ninja, la implacable nephilim, el innovador tecnológico, el habilidoso y gran maestro herrero que recibía solicitudes de otros gremios para trabajos supuestamente menores que de igual forma rechazaba por respeto a sus camaradas, por supuesto el pulpesco recolector de información no se dejaba opacar, y otros más figuras que se habían ganado la correspondiente y bien merecida fama.

Su agradable, previsorio, coleccionista y a veces cleptómano (con todo lo que tiene que respecta con Yggdrasil) líder no pasaba desapercibido, aunque no tanto por su poder, ni intelecto a comparación de otros componentes del gremio, sino destacaba por su inquebrantable diligencia en los PvP y acumulación de objetos incluso criaturas variadas con las que podía cruzarse por Yggdrasil. Y no se puede olvidar su gran título como maestro del gremio, el célebre gremio renombrado por ser protagonista en la invasión de la alianza de gremios, dando un devastador numero de 1500 jugadores y npc mercenarios en total.

Día de la invasión, Sala de conferencias

Esa vez, unas horas antes del final de esa numerosa carga ofensiva a la tumba, se dio una gran e incómoda reunión para determinar cómo proteger sus queridos riquezas y vidas, todo transcurría sin percances en cuanto las preparaciones de las ultimas defensas y arreglos para el enfrentamiento culminante contra ellos, que la mayoría daba por hecho, claro la tensión y nervios estaba presente en sus corazones aunque nadie se animaba a manifestarlo, la reunión se desarrollaba precariamente hasta que, se insinuó la posibilidad de intentar despistar al enemigo en caso de huir a cualquier otro mundo con la mayoría de tesoros que se pueda llevar. Al parecer la insinuación de planear tal enmarañada manera de escapar no fue descabellado, ni rechazado por completo por todos los presentes en general.

Lo peor es que nadie contradijo o brinco de inmediato para oponerse o al menos intervenir con otra sugerencia.

Según lo vio desde su perspectiva la mera mención altero a más de uno, pero el silencio resulto mucho peor que lo anterior.

Inicio una corta discusión, luego de un punzante momento de mudez, realidad que nunca creo posible, ni quiso guardar en su memoria. Las primeras respuestas partieron, tarde pero como se suponía que debió ser, rechazando por completo tal recomendación, lo inesperado sucedió cuando más de uno pidió reconsiderarlo, eso era suficiente para instaurar el silencio en todos de nuevo.