SIN CLASIFICAR
Por Espartaco Posse Varela
“Lo más importante de la comunicación
es escuchar lo que no se dice”.
– Peter Ferdinand Drucker –
“No es que me guste procrastinar, no cuento con mucho tiempo ahora mismo, por eso me tomo lo del reto del grupo como un estímulo, pero si tengo muchas cosas que hacer, ya eso me condiciona y termino dejándolo todo. Yo creo que es mejor que sigamos con lo de Dácil, el resto de las propuestas será idóneo dejarlas para cuando esté más desahogado. Poseo incluso varios asuntos literarios que despachar con mi hermano y lleva meses esperando por mí”.
En ese instante Sam frunció el ceño y de reojo miró a Peter mientras seguía con atención las escuchas telefónicas por los auriculares, Pablo siguió:
“Espero que no te sientas molesto, creo que tus ideas son excelentes, pero ahora mismo me pillas en un momento en el que no disfruto de demasiada holgura en cuanto a tiempo. Tengo una historia por terminar, una fábula a medio rehacer con mi hermano, el reto de Dácil, los trabajos de mi esposa, unos poemas que grabar... En cuanto pueda te escribiré 600 palabras, perdón, eran 300. Seguimos luego, que tengas un buen día”.
—Algo huele mal Peter, esta conversación, no creo que sea entre narcos. El jefe nos debe haber pasado mal la pista del sospechoso número uno de Canarias.
—No creo, ellos deben hablar en clave, hay una cantidad expresada en la conversación serán ¿600 kilos por 600 palabras? Y Dácil debe ser el lugar del encuentro, o el comprador, ¿no?
—Sí, es obvio que en clave están hablando tenemos que descifrar todo por partes, como lo diría Jack. ¿Sam, hace cuánto que te pasaron al departamento de escuchas telefónicas de la DEA?
—Esta es mi primera semana.
—Entiendo, que normalmente los narcos hablan retorcido o algo así, de encubierto, pero debemos hilar fino quizás “Fábula” sea un nuevo pedido, deben estar involucrados en la operación su esposa y su hermano; serían quienes empaquetan la merca y “grabar poemas” querrá decir “¿pesar la droga?”
Ambos sacan unos lápices y anotan en sus libretas.
—Entonces, “asuntos literarios” puede ser “tengo pedidos atrasados”
—“Historia” igual a “cargamento” por eso sería “tengo un cargamento que terminar”
—A la sazón “Holgura” debe ser “dinero”. Tiene ya demasiado y ¿no necesitará más? O sabe que lo escuchamos y se expresa así. ¿Sam podrías preparar el agua para beber algo? Debemos ir reemplazando y poder descifrar sus operaciones camufladas–. Peter se levanta en busca del líquido. Sam acerca las tazas y las pone al lado de la cafetera. Sea lo que sea a donde nos conduzca esta conversación nos merecemos un buen café, ¿no?
—También, ¡un par de locas!… —sonríe asintiendo Peter con entusiasmo—, Si no hubiera números podría sospechar que no se trata de algo especial, pero tenemos 600 y un tal Dácil, y parece que hay espina encerrada, ¿no?
—Menos mal que no es como las escuchas presidenciales, en donde nos hacen escribir los informes palabra por palabra, ¡detesto esa tarea!
—¿Sam, --con los binoculares puestos-- mira el cuerpo de Sin clasificar, me parece que vino demasiado temprano? ¿ahora quién de los dos baja a recibirla?
—¡Ey! ¿Crees que alguien ahora nos estará escuchando a nosotros? ¿Mira si aparece ahora el jefe?
La jugada es simple, baja, hazla entrar y la escondemos aquí en el faro. ¡Ve rápido por ella!
Al salir Sam, logra captar la atención de la mujer, e intenta atraerla para que entre en la oficina rápidamente, mas se encuentra cara a cara con su superior quien lo ve in fraganti y le increpa sonriendo:
—Pero, ¿qué hace usted ahí, al borde del acantilado?
—Creí que esta mujer vendía roscas, bajé para comprar algunas y poder así acompañar al café con algo dulce junto a Peter...
ESTÁS LEYENDO
Relatos de Dácil
Fiction généraleCuentos y relatos provenientes de ejercicios de Facebook, con el humor característico y originalidad del narrador argentino. Espartaco Posse Varela.