El chico de mis sueños - Banginho/Minchan [Terminada]

Capítulo 16

Era la quinta vez que acudía a la avenida y lo había vuelto a hacer solo. Hyunjin tenía demasiados trabajos pendientes y exámenes que aprobar, a si que se disculpó y prometió que iría otro día con Chan.

Llegó al mismo banco con el mismo café que siempre pedía en la cafetería de la esquina. Sacó su libreta con todos sus sueños y bocetos del chico y comenzó a dibujar cosas que veía hasta que llegase la hora. Se puso a dibujar en plan profesional una bonita estampa que apareció delante de él minutos después, protagonizada por unos abuelitos que daban de comer migas de pan a unas palomas.

Sonrió satisfecho cuando aquellos sucios trazos con el carboncillo comenzaban a tomar forma. Empezó a dibujar el vestido holgado que llevaba la mujer, con elegantes adornos de flores, y el traje elegante pero discreto que llevaba su marido.

-Jo, mira. Está dibujando a esos abuelillos...-Comenzó a decir una voz que venía de su izquierda, acercándose poco a poco a donde estaba él. Chan alzó un poco su mirada del cuaderno y pudo ver a los tres mismos chicos de ayer, con el de mejillas regordetas y su guitarra en cabeza y mirándole a la vez que seguía su camino. 

-Jisung por dios, deja a la gente en paz.- El de más baja estatura, que si no recordaba mal se llamaba Changbin, le agarró del brazo y le apartó de él un poco.- Luego dices que no te gusta que la gente te mire cuando tocas.

-¡Pero...!

-Venga- Changbin tiró de nuevo levemente de Jisung y siguieron su camino, haciendo este último pucheros mientras inflaba sus mejillas y se quejaba.

Estos dos chicos comenzaron a caminar hacia su izquierda, dirección al paso de peatones en el que iban a esperar a que se pusiese en verde. En su marcha, dejaron atrás al chico que les seguía en silencio, mirando el cuaderno de Chan con las manos metidas en sus bolsillos.

-Se te da muy bien.- Dijo con voz tranquila mientras señalaba el dibujo de los abuelitos.

Su corazón se encogió al escuchar su voz.

Posó lentamente su mirada en el chico que le había hablado y quedó completamente mudo. Las palabras que había estado ensayando desde que supo que podría encontrarle algún día, habían desaparecido sin dejar rastro. Sus ojos observaron para lo que él había sido imposible ver fuera de sus sueños. No podía creer que lo tuviese ahí delante de él, mirando sus dibujos, tan perfecto como lo era él solo. Tragó con dificultad y abrió la boca para decir algo, pero los dos chicos que se habían ido, llamaron al chico de sus sueños.

-¡Vamos Minho, que llegamos tarde!

Minho