imagina: están por entrenar en invierno, el clima es muy frío y reiner y tu buscan calor en el otro.
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Los chicos se preparaban con sus uniformes y abrigos para el entrenamiento de ese día en la nieve. Era un invierno helado y aunque (n) amaba la nieve, empezaba a odiar el frío justo ahora.
—Cada vez el frío se sale de control... Hace un año no hacía tanto. —Se abrazó a si misma. —¡R-reiner! —Corrió hacia la dirección de su novio y lo abrazó para buscar calor en él.
—Tienes frío, eh.
—¿Tu no? —Sacó su rostro del pecho de él y lo miró a los ojos. Reiner asintió a su pregunta. —¿Cómo pueden hacernos entrenar con este ambiente? —Una ráfaga completamente fría golpeó sus cuerpos y (n) chilló, aferrándose todavía más al cuerpo de su novio. —¡Joder!
Pasó mucho para que el instructor llegará con los encargados que darían el entrenamiento en esos días de invierno. Informaron que el lugar de entrenamiento quedaba más alejado del campamento, así que caminarían un largo y tortuoso trayecto hasta llegar a su destino.
Todos maldijeron mentalmente por lo que debían pasar durante ese mes.
..
Cuando por fin llegaron a su destino, una fría y fuerte brisa los recibió. La (c/c) tomó de pronto el fuerte brazo del rubio y caminó junto a él hacia el lugar.
—¿Qué dices de jugar en la nieve? —Cuestionó, pateando la expesa y blanca nieve.
—Esta muy fría, no sería bueno. —suspiró afligido.
—Hmm, sí... Tienes razón.
Durante el trayecto, la pareja se dispuso a conversar sobre muchas cosas mientras se abrazaban el uno al otro para tener calor entre ellos. El frío era muy fuerte y la manera de buscar calor era con el otro. Incluso Connie y Sasha estaban a punto de unirse a ellos, pero les lanzaron miradas duras y frías iguales que las ráfagas de vientos que habían, y eso bastó para que se alejaran de su afectivo y poco cálido alrededor.
Al llegar al esperado lugar de entrenamiento, los supervisores indicaron como harían las cosas en tan frías condiciones, todos preguntándose todavía cómo es que les hacían esto en días con tan baja temperatura.
Al final todo resultó bien, excepto para Daz, él se había lastimado y Christa siendo muy amable se encargó de llevarlo al campamento para que recibiera ayuda medica. Y aunque todo haya salido tal y como los supervisores lo esperaban, cada recluta continuaba muriendo del frío invierno.
—Reiner, ¿Podrías abrazarme otra vez? —Pidió casi en un murmuro mientras se frotaba las manos entre sí, creando algo de calor entre ellas, recibiendo un asentimiento de Reiner a su pregunta.
Se puso detrás de la muchacha, rodeándola con los brazos, dándole el calor que se había perdido antes. (n) suspiró feliz y se acunó en sus brazos los de Reiner como si fuera una gran y cálida manta.
—¿Mejor?
—Sí, muchísimo mejor... Gracias, cariño. —Besó la barbilla de él y sonrió con dulzura. —Ya quiero llegar a las cabañas para comer y dormir.
—Lo mismo digo.
Una fría brisa los volvió a golpear, obligándolos a cerrar sus ojos y aferrarse a sí mismos, pero en el caso de la pareja, aferrarse el uno del otro.
—Señor, que suerte tienen algunos. —Soltó Connie tiritando, viendo con envidia a la (c/c) y el rubio.
