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imagina: reiner se enamora de ti.

nota: (a) tu apellido.

nota: (a) tu apellido

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—Reiner Braun, tu pareja para el combate es (n) (a). —Exclamó Keith, mirando la lista en sus manos.

Los mencionados caminaron a algún lugar del patio de entrenamiento, colocándose en posición de ataque para iniciar de una buena vez la pelea.

Reiner la miró con una sonrisa de esas engreídas, pensando en que debería controlar su fuerza con la chica para no lastimarla. Por otro lado, (n) lo miraba con molestia. Era claro que a ella no le agradaba para nada el rubio, le parecía un ser tan idiota, por eso nunca trató de llevar una relación amistosa con él. No quería tener nada que ver con Braun.

Reiner corrió a su dirección, con intensiones de dejarla en el piso, sin embargo, eso nunca paso. (a) fue muy habilidosa. Esquivó el golpe y le dio una patada fuerte en la pierna, dejándolo con un dolor insoportable que provocó un leve desequilibrio, lo que le sirvió a la (c/c) para tomarlo del brazo y hacer cierta técnica que intentó copiar de una rubia antipática de apellido Leonhart.

—Te ves tan patético... Pensando que quizás podrías ganarme —ahora era ella quien sonreía de forma engreída—, Veo que no viste venir esto. —colocó su pierna sobre el pecho de él y se cruzó de brazos. —Tal vez para la próxima, idiota. Arriba, a ver si puedes mandarme al piso esta vez.

Reiner chasqueó su lengua, poniéndose de pie, preparado para dejarla en el suelo. Frunció el ceño ligeramente y volvió a correr hacia ella. Esta vez, el combate fue más feroz para ambas partes. Ella iba con todo y él también, no iban a caer tan fácilmente.

El muchacho se alejó un poco de ella para tomar un poco de aire, cosa que aprovechó la (c/c) para también hacer lo mismo.

—¿Ya te vas a rendir? —cuestionó ella.

—Ya quisieras.

Volvieron al combate, el cual estaba casi por acabar. Uno de los golpes de Reiner estuvo a punto de parar en el rostro de (n), pero ella lo vio venir. Tomó el brazo de él y jaló este junto con todo su cuerpo, dejando al chico nuevamente en el suelo.

—Vaya, vaya, volviste a fallar. —dijo jadeante. —Deberías seguir practicando tus ataques, son un asco.

—(a), eres tan cruel. —sonrió de medio lado, cerrando sus ojos mientras calmaba su respiración descontrolada y su acelerado corazón.

—Y tu tan débil, Braun.

..

Desde aquel combate, Reiner no ha dejado de pensar en (n) y sus asombrosos ataques de esa vez, queriendo copiar algunos para cuando deba enfrentarse con alguien más.

𝘳𝘦𝘪𝘯𝘦𝘳 𝘣𝘳𝘢𝘶𝘯 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora