imagina: vas a salir con tus amigas a festejar el compromiso de annie y hitch. Terminas borracha y reiner se encarga de ti.
nota: ambientado en un universo alterno donde asisten a la universidad. (a) tu apellido.
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—¿Adónde irás? —Cuestionó, dejando su actividad a un lado para acercarse a la (c/c).
—¿No te lo dije? —Él negó—. Bueno, las chicas y yo iremos a un restaurante y luego a un bar a festerjar el compromiso de Annie y Hitch, así que podría llegar tarde, no me esperes despierto. —Besó sus labios fugazmente. —Aunque no sé porque te lo digo si de igual manera no me harás caso. —Se encogió de hombros, abriendo la puerta y yéndose del departamento.
Fue por Historia e Ymir a su departamento, siendo atendida por el par, saliendo de allí para dirigirse al auto de la rubia.
—Hitch me escribió, dice que ya están en el establecimiento. —Guardó su celular luego de escribir una respuesta. —Hace un tiempo que no salimos, de cierta forma estoy emocinada con esto.
—Hmm, sí, nosotras también. —Habló Historia, sonriéndole un poco a la castaña en el puesto del copiloto. —Hemos estado estresadas y no recuerdo la última vez que salimos de fiesta.
—Extrañaba tanto estar con ustedes, derecho me tiene mal. —Bufó. —Estoy feliz de que Annie y Hitch se casen, creí que ustedes serían las primeras.
—(n), Historia y yo si nos casamos, aunque fue por civil.
La (c/c) abrió sus ojos sorprendida, fruncido el ceño confundida—, Historia, soy tu mejor amiga y nunca me dijiste, ¿Quién más sabe? —Se cruzó de brazos.
—Frieda únicamente. —se encogió de hombros. —Iba a decirte, pero no quería que se volviera un tema de conversación, no quiero hacer un escándalo.
—Reiss, ¿Qué más secretos me escondes?
—Juro que ningún otro más, (a).
..
El rubio dejó el control remoto a un lado al escuchar la voz arrastrada de su novia. Suspiró, poniéndose de pie y caminando a la puerta, la cual abrió, encontrándose con Pieck y la novia de esta intentando callar y sostener a su inquieta (n).
—Detesto cuando se pone así. —Mumuró, tomando a la chica y cargándola en su hombro como saco de papas, agradeciéndole a la pareja por tomarse la molestia de haberla traído hasta la puerta. —Tomaremos un baño antes de ir a la cama.
—¡Siii, un baño! —Rió un poco. —Oye, cielo... Cielo, ¿A qué no adivinas cuántos tragos me bebí? —Cuestionó, arrastrando cada palabra que soltaba. —¡Me bebí más de veinte!
—Hmm. —Caminó a la habitación y sentó en el colchón a la (c/c) una vez dentro. —¿Te puedes quedar quieta?
—Tu no me das ordenes. —Intentó ponerse de pie, pero Reiner no se lo permitió.
