☆CAPÍTULO 11☆

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"Sora, amor, enserio tienes que quedarte quieto"

Tome la pequeña cintura de mi hijo y lo volví a colocar a mi lado en el auto, yo ya estaba acostumbrado al Ferrari de Ventus por todas las veces que me llevaba a clases y me llevaba de regreso, pero para sora, un auto tan bonito interiormente no pasaba desapercibido, esto era como la tercera o quizas la cuarta vez que lo volvía a sentar, ya sea evitando que quiera entrar entre el asiento del piloto y del copiloto para llegar a los botones o queriendo apoyar sus pies sobre el asiento trasero, sea como sea, no deseaba que ensucie o rompa algo que definitivamente costaría más que mi vida.

Por decisión mía, me sente en la parte trasera con el, Ventus estuvo de acuerdo para que cuide de Sora, pero quizás debí considerarlo mejor, en este tipos de autos era extremadamente complicado estar sentado atrás, por que de por si eran, en su mayoría, modelos deportivos, donde solian tener más espacio los asientos de adelante, eso sumándole que encima algunos Ferrari ni asientos traseros tenían, por no mencionar que este solo contaba con dos puertas, no cuatro, como los vehículos comunes.

"Quizas para la próxima lo dejare conducir"

Arquee una ceja al raro comentario, Ventus estaba tan relajado, con un brazo colocado sobre el apoyabrazos de su lado y el otro sobre el timon, el miraba al frente, pero sabia que su oído estaba más que atento a lo que sucedia con mi hijo.

"Claro, lo que digas." Respondi ironico, ganándome una mirada por su parte, aunque uso el espejo retrovisor para conectar sus azules con mis ojos ámbar.

"Esta bien, vani, no seas controlador, deja que sora se divierta."

"Si lo suelto, te hará chocar."

"El solo quiere tocar, creo que si lo dejas, ya le quitaras la curiosidad."

"Si, claro." Rode los ojos y acomodé a mi pequeño por no se que número de veces. Escuche a mi hijo bufar y retorcerse para que lo deje, quejándose con sus constantes "Papáa." Era tan adorable. Lo acerque a mi y le di un pequeño piquito en los labios, sacandole una sonrisita cuando por fin se quedo quieto y lo sente sobre mi pierna, más relajado, "¿Y como se supone que sabes tanto sobre bebés?"

"No lo se, solo estoy suponiendo cosas" Respondió Ventus despues de un largo silencio.

Ignorando el ambiente un poco incomodo que se formo, me dedique a mirar por la ventana del precioso auto, Ventus me habia comentado que era un 612 scaglietti, sessanta o algo asi, me dijo que fue creado por el presidente de la compañía Ferrari, también Ventus dijo que tenia otros autos en la casa de sus padres, pero que este era como su consentido, no quise preguntarle por los otros, seguro mi billetera lloraría de solo imaginarse los precios de los demás vehículos.

Si lo pensaba mejor, nisiquiera tenia idea de a donde nos estaba llevando, quería preguntarle y sacarme de dudas, lo hice, de hecho, pero más de una vez me calló con movimientos de cabeza y sonrisas cómplices que no entendía, así que al final solo subí a mi hijo y a mi en la parte trasera y deje que nos llevara hasta el fin del mundo, daba igual, un paseo era un paseo.

Cerre mis ojos por lo que considere fueron unos segundos, aunque al parecer estaba equivocado, senti el ligero movimiento en el auto y cuando abrí los ojos, Ventus ya no se encontraba en el lugar del piloto. Me desperece rápidamente y cuando volví a ver a mi pequeño sora, el me señaló hacia un lado.

"¡Ahí ta!" Dijo con su apenas voz ronca, volviendo a removerse en mis brazos, queriendo bajarse.

"Tranquilo, niño." Bromee y mi hijo me miro con un pequeño puchero. Bese su pequeña naricita, observando a nuestro alrededor, definitivamente estábamos en un garaje más que gigante, rodeados de muchísimos autos iguales de caros que el spagetti de Ventus, como me gustaba decirle cuando pensaba en el caro vehículo.

the perfect omega | Kingdom Hearts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora